Tras el ataque de ayer contra una familia israelí que dejó dos muertos, Tel Aviv cerró hoy durante dos días la Ciudad Vieja de Jerusalén a los palestinos que no vivan allí y advirtió con lanzar una ofensiva militar en Cisjordania similar a la de la segunda intifada, uno de los momentos más violentos del conflicto en las últimas décadas.
La escalada de violencia y tensión entre israelíes y palestinos parece no tener fin.
Hoy más de 120 palestinos resultaron heridos por la represión militar y policial de las fuerzas israelíes en los territorios palestinos ocupados de Jerusalén este y Cisjordania, al mismo tiempo que un millar de personas participaron del funeral de las dos víctimas del ataque de ayer.
Aharon Banita, un soldado de 21 años, estaba con su familia en la ciudad vieja cuando fueron atacados por un palestino. Su mujer y su bebé de dos años resultaron heridos.
Nehemia Lavi, un conocido rabino del seminario Ateret Cohanim, situado en el corazón del barrio árabe de la ciudad vieja de Jerusalén, en la parte este que Israel ocupa desde 1967, también estaba allí con su familia y se dirigían al Muro de los Lamentos a rezar.
El Muro de los Lamentos se encuentra pegado a la Explanada de las Mezquitas, un complejo que alberga la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al Aqsa, el lugar más sagrado para los musulmanes en Jerusalén.
Los judíos, en tanto, reivindican ese mismo lugar como su lugar más sagrado ya que allí se levantaba hace más de 2.000 años el llamado Templo de Jerusalén, destruido por el Imperio Romano.
Desde hace varias décadas que esa zona es un centro de tensión política y religiosa, pero en los últimos meses se convirtió también en el corazón de una escalada incesante de enfrentamientos, represión y amenazas que ya desató una ola de ataques y muertes en el resto de Jerusalén y en Cisjordania.
El ataque de ayer en la Ciudad Vieja de Jerusalén fue apenas el último de una larga lista, que el jueves pasado sumó el tiroteo al auto de una familia de colonos en Cisjordania. Los padres fallecieron en el acto, los hijos no fueron lastimados y el gobierno israelí envió cuatro batallones del Ejército a buscar a los responsables.
Desde la Franja de Gaza, el tercer territorio palestino ocupado y desde hace siete años bajo un bloqueo militar completo, la milicia palestina Yihad Islámica reivindicó hoy en un comunicado la autoría del ataque de ayer en la Ciudad Vieja de Jerusalén y llamó a los palestinos a «vengar los crímenes de los colonos».
Al mismo tiempo, Husam Badran, vocero de Hamas, el partido y movimiento armado palestino que gobierna la Franja de Gaza desde 2006, advirtió que el «pueblo palestino está dispuesto a morir, a ser arrestado y detenido por defender la mezquita de Al Aqsa y disuadir al ocupante», informó la agencia de noticias EFE.
Según las fronteras de 1967, reconocidas por la comunidad internacional y previas a la llamada Guerra de los Seis Días, el futuro Estado palestino estará compuesto por la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén este. Dentro de este último territorio se encuentra la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Luego que la Yihad Islámica se adjudicara el ataque de ayer, los Batallones Al Quds , su brazo armado, difundió un video, en el que amenazó con lanzar una campaña de ataques suicidas, algo que no sucede desde hace más de una década, cuando la segunda intifada palestina estalló y abrió uno de los períodos de mayor represión del conflicto.
Antes de abandonar Nueva York, donde participó de la Asamblea General de la ONU, y volver a Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu convocó una reunión de emergencia con los principales mandos del Ejército, el servicio de inteligencia y la Policía.
Cientos de israelíes se manifestaron anoche en el centro de la ciudad para protestar contra el ataque palestino y hoy los medios hablan de la «continua negligencia» del primer ministro para afrontar los problemas de seguridad actuales.
«El pueblo pide venganza», gritaban cientos de los manifestantes concentrados ante la residencia de Netanyahu, en una expresión espontánea de ira que expresa el sentir de una parte muy conservadora y ultranacionalista de la población israelí. Este sentimiento también es fuerte dentro del gobierno de Netanyahu.
El ministro israelí de Transporte y de Servicios de Inteligencia, Israel Katz, advirtió hoy que si es necesario lanzar una ofensiva militar masiva en Cisjordania como la de 2002, durante la segunda intifada, el gobierno lo hará.
«Tenemos que tomar una decisión, si lo necesitamos lanzaremos una operación Muro Defensivo. Tenemos que endurecer las medidas para ofrecer seguridad a Israel», aseguró en una entrevista con el diario local Maariv.
Mientras esperaban la llegada de Netanyahu, el gobierno israelí ya adelantó hoy algunas medidas. La más importante es el cierre de la Ciudad Vieja de Jerusalén durante dos días a todos los palestinos que no vivan ni trabajen allí.
«Durante los próximos dos días se permitirá la entrada a los ciudadanos israelíes, a los residentes de la ciudad vieja, a turistas y a los alumnos de colegios allí», informó el gobierno a través de un comunicado. En otras palabras, los palestinos no podrán entrar a la ciudad vieja a rezar en la Explanada de las Mezquitas.
La primera reacción se hizo sentir de inmediato. Los comerciantes palestinos y escuelas de la Ciudad Vieja de Jerusalén se declararon en huelga y las estrechas callejuelas de la ciudad antigua, generalmente abarrotadas de gente, estaban esta mañana inusualmente desiertas, aunque igual de tensas que en los últimos días.
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