Por primera vez en la investigación de la muerte del fiscal Alberto Nisman se confirmó que en tres pruebas de laboratorio del barrido electrónico sobre el arma dio positivo. La pruebas se hicieron en el Centro de Información de Fiscales en Salta sobre la pistola de Diego Lagomarsino.
A un maniquí se le cubrió la mano con piel de cerdo para reemplazar la piel humana. Sobre una apoyatura se puso el arma, se disparó y se retiró la muestra. Una de las muestras se sacó en el momento, otra después de diez horas y otra después de 20: todas dieron positivo.
Se pudo comprobar que el arma que mató a Nisman expulsa todos los componentes de la pólvora: en la mano dejó bario, plomo y antimonio.
De esta novedad en la investigación surgen tres hipótesis: la Policía Federal tomó mal la muestra y eso causó que el barrido que se hizo en el laboratorio de la Policía Bonaerense en La Plata y el estudio anterior en Salta diera negativo; o Nisman no tuvo nunca esta arma en la mano.
Días después de que muriera Nisman la pericia determinó que no se detectó pólvoraen la mano del fiscal. En febrero, se volvió a hacer un barrido electrónico en Salta y no se encontraron restos de bario, antimonio y plomo, los tres elementos que se desprenden de la deflagración de un disparo de arma de fuego.
En esas dos oportunidades se analizaron las muestras que peritos de la Policía Federal habían tomado de las manos del fiscal. En este tercer intento se recreó la escena y se disparó el arma con un retrodisparador.
La tercera posibilidad es que alguien se haya encargado de borrar los restos que dejaba la pólvora.
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