¿Podremos salir de la polarización electoral y volver al voto por convicción?

El desafío de los miedos. Tal vez este podría ser el título de la Argentina política por venir. El sábado se conocieron finalmente los nombres de los hombres y mujeres que se proponen para gobernarla. También quienes aspiran a llegar al Congreso de la Nación. Sabemos cómo se llaman. Deberíamos conocer qué proponen ante cada tema central.

La polarización que se despolarizó hace un mes parece haberse reformateado en otra polarización signada por los miedos. ¿Podrán los candidatos despejarlos? Se teme a lo que no se conoce, pero mucho más a lo que se conoce y se padece o ha padecido.

Alberto Fernández encabeza un binomio presidencial cuya compañera de fórmula genera miedos y dudas no ante los propios, sí ante el electorado que tendrá que conquistar. Y mucho más si el desafío es ganar en primera vuelta. Una buena oportunidad hubiera sido la peronización de las listas que se invistieron el pasado sábado; para convencer de que es moderado y que su gobierno, en caso de resultar electo, no será conducido por el sector que genera miedos y dudas.

En el caso del binomio presidencial Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto, este también genera miedos y dudas. No solo porque en la confección de las listas no cotizó la apertura al peronismo de Pichetto. Hay otras incertidumbres comenzando por las grandes preguntas: ¿Qué llevaría al presidente Macri a aplicar políticas contrarias a las actuales? ¿Por qué en un próximo gobierno reemplazaría las leliqs por políticas productivas? Por lo tanto, ¿de qué manera reduciría la inflación, generaría trabajo para desandar la desocupación que su gobierno creó y rescataría a los pobres de su pobreza?

A hoy, la inclusión de Pichetto por parte de Macri y de Alberto Fernández como cabeza de fórmula de parte de Cristina de Kirchner, se parecen más a acciones efectistas que a proyectos políticos.

Groucho Marx decía: «Si no te gustan estos principios, tengo otros». Un tema tan importante como el aborto se impulsó así: sin convicción, con mucha especulación. Tal vez el efecto Amalia Granata tras los votos obtenidos con lista corta en Santa Fe lleva a muchos, incluso al presidente Macri, a repensar sus posiciones. Cuando los mercados no encontraron calma, el desempleo empezó a pisar fuerte y el milagro de la reactivación a través de los brotes verdes no llegó, el Presidente echó mano a la ley de despenalización del aborto. No midió la reacción ni las consecuencias. No llegaron los brotes verdes pero sí llegaron los pañuelos verdes que fueron a duelo con los celestes. En esta oportunidad el presidente Macri se desembarazó en las listas de candidatos de quienes fueron sus alfiles en la defensa del proyecto, como el caso de Daniel Lipovetzky. Ahora se revalorizan las dos vidas y la inclusión de los pastores evangélicos.

Toda acción política que contenga el efecto sorpresa es importante. Pero si no se la inviste de convicción y consistencia, se diluye rápidamente.

Con respecto a la extinta Alternativa Federal, se observa que no había intereses convergentes, por ende, no hubo convicción. Y Consenso 2019 no tuvo consenso. En Buenos Aires la lista de diputados la encabeza Graciela Camaño, quien no es más Frente Renovador, dado que Sergio Massa llevó ese sello al kirchnerismo. En Capital Federal los consensos no aparecieron y sí, a último momento, dos listas: una confeccionada por Marco Lavagna y otra con la firma de Luis Barrionuevo y la anuencia de Margarita Stolbizer.

A propósito, ¡qué rol el de los hijos y las lapiceras! Máximo Kirchner, Marco Lavagna y el «hijo del corazón político», Marcos Peña.

La política ha perdido racionalidad. Era una ley no escrita respetar las expresiones territoriales en la confección de las listas, así como también los votos cosechados. Si para muestra vale un botón, en la provincia de Santa Fe ninguna lista respetó estos aspectos, solo la paridad de género. En el caso de Cambiemos, el 20% de los votos obtenidos por el candidato a gobernador Corral y el 15% de lo cosechado por Roy López Molina como candidato a intendente de Rosario, no fueron tenidos en cuenta.

En el caso de Consenso 2019, la lista fue gestada por el socialismo sin expresión lavagnista. Se autoexcluyeron de integrarla el actual gobernador Lifschitz. Y quien resultó segundo en la categoría a gobernador, Antonio Bonfatti y la actual intendenta de Rosario, Mónica Fein. Se apostó a un sub 45 de apellido ilustre para el socialismo: Enrique Estévez Boero.

En el caso del frente Todos, no se tuvieron en cuenta los votos obtenidos por María Eugenia Bielsa ni Roberto Sukerman. Tampoco tuvo injerencia del gobernador electo Omar Perotti. Se respetaron pactos políticos como en Cambiemos, y tal vez como en Consenso 2019. La lista la encabeza Marcos Cleri, quien al bajar su candidatura a gobernador no alcanzaba un 4% de intención de votos, así como Alejandra Obeid, que no superó el 1,5% de piso de las PASO para competir en la general.

Fuente: Infobae.com     Maria Herminlia Grande

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