La instancia judicial más grave, pero no la última

Cristina Kirchner se sentará frente al juez Julián Ercolini el 20 de octubre para responder, por primera vez, por acusaciones de corrupción. Por eso, esta indagatoria judicial es la más grave que enfrenta la ex presidenta desde que dejó su cargo, hace apenas nueve meses.

Cristina Kirchner ya fue indagada en tribunales. No es novedad. La ex mandataria hizo de ese acto judicial un acto político en el que se presentó como víctima del «partido judicial» y del Gobierno. La acusación era por una decisión política si se quiere: le endilgaban haber ordenado que el Banco Central -autónomo y autárquico- vendiera dólares en el mercado de futuros a un precio mayor que el de mercado para eventualmente perjudicar a un gobierno de signo contrario.

Cristina Kirchner está procesada por esa causa, en la que lo que se analiza es si esa decisión política es, además, delictiva. La Cámara Federal resolverá si confirma o no ese fallo en breve.

Pero en este caso no hay política sino hechos: un cajero devenido en millonario, funcionarios locales que desde la Nación repitieron lo que sabían hacer, concentración de contratos de obra pública en Lázaro Báez y $ 15.168 millones que fluyeron de las arcas de la Nación a sus cuentas acá y en Suiza.

Para los fiscales, esta maniobra es un fraude al Estado cometido por la ex presidenta y sus funcionarios para favorecer al amigo, de ahí el cargo de negociaciones incompatibles con su función.

Esta es sólo la primera citación a indagatoria. La segunda, que ya se prepara, es por Hotesur. En esa causa se analizan retornos de dinero que Lázaro Báez hizo al matrimonio Kirchner por el alquiler de sus hoteles.

Son los mismos fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques quienes tienen ese caso, con el mismo juez que ayer citó a Cristina Kirchner, Julián Ercolini.

El retorno por alquileres es un poco más de US$ 4 millones, casi nada comparado con la transferencia de $ 15.168 millones. Pero -como dicen en Tribunales- cada quien lava lo que puede, si no el producto de la corrupción podría ser de libre disponibilidad, sin límite.

La indagatoria del 20 de octubre será el primer capítulo de otro pedido para indagar a la ex presidenta. El equipo de la fiscalía ahora se dividirá en dos: mientras unos trabajan en el cuestionario para las indagatorias, otros redactarán el dictamen para pedir futuras citaciones.

A todo esto, el dinero, el fin último de la maniobra, quedó inmovilizado. El de Cristina Kirchner, el de su hija Florencia y, si avanza el caso Hotesur, también los bienes de la sucesión de Néstor Kirchner, que incluyen los del diputado Máximo Kirchner.

Fuente: La Nación  Hernán Cappiello

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