¿Cómo? La única pregunta económica que un experto y un ministro tenían que contestar y no lo hicieron

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No parece ser casualidad que un experto en economía, Javier Milei, y un ministro del área, Sergio Massa, no hayan pisado con algo de firmeza el plano económico. El primer bloque, quizá pensado como para que ambos expliquen sus planes de los temas que dominan y, además, al tope de las preocupaciones de los argentinos, se pasó entre chicanas, acusaciones, más chicanas, algún slogan ya repetido y luego, más chicanas.

Una pena, quizá los candidatos no recuerden que la mitad de la gente que los miraba por televisión es pobre. Y que este ritmo de inflación y destrucción del salario, terminará por derribar a más de la mitad de los argentinos a esa condición. Una catástrofe económica que merecía algunas palabras certeras.

Massa estrenó en ese momento su nueva profesión: periodista que no escucha. Luego de su versión “charla TED”, cuando salió del atril y caminó unos pasos para ensayar cercanía, empezó con su ya ilustre “por sí o por no”. Claro que no fue un entrevistador de un Milei agazapado y a la defensiva. Massa lo llevaba a que defina con una palabra algunos slogan que él enunciaba. Ahora bien, ninguno de los dos, ni el improvisado entrevistador y el sorprendido podrían haber contestado una pregunta básica: ¿Cómo?

La economía necesita saber cómo se hará la dolarización y cómo se eliminará el Banco Central. También sería necesario conocer cómo hará Massa para crear dos millones de puestos de trabajo siendo que es el candidato por el espacio que contiene al kirchnerismo, un abanderado en no mover la aguja del empleo privado, que se mueve en torno a los 6 millones de trabajadores desde 2011.

La catarata de preguntas de Massa a Milei y las “desmentidas” del libertario | ECONOMÍA

Quizá los candidatos sepan perfectamente que las ideas no son más que eso y que los planes de Gobierno en materia económica, en el remoto caso de tenerlos, no se explican. Si ambos llegaron hasta el actual mano a mano sin dar explicaciones y sólo valiéndose de slogan, palabras generales y ninguna explicación sobre lo que será el eventual gobierno, ¿por qué habrían de hacerlo ahora?

Pues eso fue lo que pasó en este debate, el último antes del balotaje. Como periodista cuesta encontrar una frase o concepto que pudiera ganarse un título que no sea una salida ingeniosa a una de las tantas chicanas que se tiraron. Ahora bien, en esta elección, que según los expertos es más emocional que racional, pues salir bien parado del único mano a mano que habrá entre ambos antes del domingo decisorio, es vital. Y si ambos se pensaron alguna estrategia para imponerse, pues los trazos del plan de Massa se vieron más en el escenario de la Facultad de Derecho.

El capítulo económico fue, quizá, el más flaco de todos. No se avanzó prácticamente sobre ningún tema. Es posible que los dos sepan que no se podrá ganar un sólo voto si son sinceros respecto de lo que viene en materia económica, al menos si quieren hacer de la Argentina un país de cuentas ordenadas. Los remedios que se elaboran en los laboratorios económicos de los candidatos no son inocuos para la gente. Y la gente, por ahora y hasta el domingo que viene, son votantes. Y entonces, se les habla a los votantes, sin profundidad, con slogan y no mucho más.

Debe ser una ambición desmedida la que tiene el sector privado, empresarios, trabajadores y cuentapropistas, de entender qué hará cada uno con los maltrechos números económicos, financieros, cambiarios, fiscales e impositivos. Para los candidatos no es prioridad exponerlos en esta instancia.

De regreso al cómo, no se entiende cómo Milei perdonó al ministro Massa al no llevarlo sobre su gestión. Vale preguntarse cómo ha sido posible que no ponga sobre la mesa cualquier número económico desde que Massa es ministro de Economía. Todos son negativos. Sólo era levantar una ficha al azar y listo, Massa a explicar.

Pero no fue contra eso, como si buscara que con esa connivencia el ministro y candidato lo perdone y tampoco lo exponga ante el cómo. Massa prefirió un inocuo “sí o no”, que Milei ya ha contestado desde hace años, cuando hubiese sido más difícil para el libertario explicar cómo va a hacer la dolarización, o cómo será el camino para terminar con el Banco Central. Al momento de referirse a la entidad prefirió, por caso, sacar a relucir un carpetazo de las épocas del libertario como pasante. Fiel al mejor estilo servicio de inteligencia, usó unos datos, algunos, como para que todo el mundo sepa que sabe algo más. Y así dejar correr todas las versiones a partir de esa perla informativa. Materia: “Carpetazo 1″, si hubiese una universidad de espías.

Massa salió airoso de la porción económica que tuvo el debate, algo similar a lo que sucedió en las elecciones generales cuando fue el más votado. Quizá eso lo lleve a pensar que no debe cambiar nada, si, finalmente, es el más elegido. Y si en un mano a mano, su contrincante político no lo hace rendir cuentas, por qué pensar que algo está mal. Equipo que gana no se cambia, puede ser el pensamiento actual de Massa.

Pero más allá de la eficacia electoral de invisibilizar a los ciudadanos para verlos solo como votantes y, de esta manera, hablarles con latiguillos y sin profundidad, ambos saben que el 11 de diciembre ya no habrá electores por un tiempo. Volverá el tiempo del ciudadano de a pie, que les exigirá ya no sólo “cómo” sino también cuándo, dónde y por qué.

Diego Cabot

Fuente: La Nación

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