La interna que terminó con Neiffert: el ultimátum de medianoche, la discusión en calzoncillos y el atrincheramiento para no renunciar

La escena se pareció más a un capítulo del Superagente 86 que a una película de James Bond. El viernes de hace dos semanas, el subsecretario administrativo de la SIDE, José Francisco Lago Rodríguez, virtual número dos del organismo, estaba cenando con otros altos funcionarios de la Secretaría de Inteligencia cuando decidieron ejecutar la indicación que les habían dado.

Entonces fueron hasta el domicilio de Sergio Neiffert en Martínez, cuando casi era la medianoche, sin avisar y quizás algo intempestivos por los efectos de la cena. Lago Rodríguez y Nicolás Viñuesa, director del área jurídica de la SIDE bajaron, mientras que Cristian Auguadra en la División de Asuntos Internos, se quedó en el auto.

Les abrió la puerta la hija del “señor 5”, quien les imputó el desatino de ir a una casa de familia a esa hora. Ahí se produjo la primera discusión. Lago Rodríguez y Viñuesa insistieron en que querían hablar con Neiffert, quien después de unos minutos salió a la puerta en calzoncillos, según el relato que se reconstruyó posteriormente en el propio gobierno y cuya primera versión publicó El Diario.ar.

José Francisco Lago Rodríguez
José Francisco Lago RodríguezTwitter

Los dos funcionarios invocaron un mandato de Santiago Caputo y le pidieron la quita y delegación de la firma, lo que en los hechos significaba hacerlo renunciar porque implicaba quedarse sin poder de decisión. La discusión escaló y derivó en un griterío que atestiguaron los vecinos, relatores de todo el episodio. Para sumar a la confusión, desde adentro de la casa se escuchaba a la esposa de Neiffert, quien les gritaba a los visitantes: “Váyanse hijos de puta”.

La escena terminó media hora más tarde, cuando Lago Rodríguez y sus acompañantes se retiraron dando un portazo del auto. La cúpula de los espías, dueña de los secretos y del sigilo, había terminado de quebrarse en una riña callejera ante la vista de todos. Un homenaje a Maxwell Smart.

Desde esa noche, la suerte de Neiffert estaba echada. Hace un tiempo había perdido la confianza de Caputo, quien lo había llevado al frente de la SIDE en un intento por tener un control total sobre el área de inteligencia tras el desplazamiento de Nicolás Posse y su hombre entre los espías, Silvestre Sívori.

Cristian Auguadra, el nuevo titular de la SIDE
Cristian Auguadra, el nuevo titular de la SIDE

La primera señal de inquietud se había producido en mayo pasado, cuando fue designado Lago Rodríguez como una suerte de segundo “señor 8”, a pesar de que eso implicaba una superposición con la tarea que venía desarrollando Diego Kravetz. Poco después, Caputo hizo nombrar a Cristian Auguadra para el rol de auditor. Es quien ayer se transformó en el nuevo hombre fuerte de los espías.

Lago Rodríguez y Auguadra empezaron a seguir los pasos administrativos de Neiffert ante la presunción de que había desprolijidades incluso en la contabilidad pública. O al menos eso es lo que pensaba Caputo.

Para algunos transeúntes de “la Casa” como en la jerga llaman a la Secretaría de Inteligencia, a Caputo también le molestó cierta autonomía que empezó a exhibir Neiffert en sus movimientos políticos. No sólo por su acercamiento a Karina Milei, a quien buscó como resguardo ante las acechanzas que percibía, sino también porque se reunió con Javier Milei, sin comentarle nada al asesor presidencial.

Santiago Caputo y Karina Milei
Santiago Caputo y Karina Milei

Hubo otro episodio menor que hizo mucho ruido en la Casa Rosada. Ocurrió hace algunas semanas, cuando Neiffert fue a contarle a la hermana del Presidente un presunto incidente que había tenido en Rosario el operador y ahora diputado Sebastián Pareja. Supuestamente, fue un gesto de su nueva fidelidad, que sin embargo tuvo un efecto adverso.

En definitiva, la disputa en el vértice de la SIDE no se trató realmente de una expresión de la interna entre Karina y Santiago, como fue interpretado muchas veces. Fue una puja dentro del santiaguismo, con un Neiffert desacoplado, de un lado, y Lago Rodríguez y Auguadra, del otro.

Por esta razón, la cuestión incomodó mucho a Caputo, quien se encargó siempre de minimizar su alcance. La semana pasada en su entorno decían: “No vemos tanto ruido. Si hubiera problemas graves lo echaría y listo. El episodio de los gritos en la casa de Neiffert se agrandó de más. Él es de extrema confianza nuestra”.

La versión que circulaba internamente en la SIDE era distinta. Le atribuían a Caputo ser el principal impulsor de la salida del jefe del organismo por las supuestas desprolijidades administrativas y sus rebeldías.

Esta vez los Milei fueron condescendientes con Caputo y le permitieron no sólo embestir contra el infiel, sino conservar su lugar de control en la Secretaría a través de Auguadra, un contador amigo de la familia del asesor presidencial, igual que Neiffert. Aun afectado por toda la interna, el asesor mantiene así el dominio de un área extremadamente sensible.

El final de Neiffert también tuvo ribetes de parodia. En el inicio de la semana le dijeron que debía renunciar y le ofrecieron volver a su antiguo cargo en la Acumar. Neiffert se atrincheró en la SIDE y se negó a correrse, aduciendo que él era un secretario de Estado y no podía descender de rango.

Caputo se enfureció y reclamó su inmediato desplazamiento, que llegó anoche con un decreto que dice: “Dispónese el cese del señor Sergio Darío Neiffert”. No hubo renuncia, lo desplazaron por la fuerza.

Antonio "Jaime" Stiuso conserva su poder en la SIDE
Antonio «Jaime» Stiuso conserva su poder en la SIDE

La sucesión de Auguadra resultó el relevo natural desde que Lago Rodríguez había quedado imposibilitado de ascender después de que se revelara que en septiembre había viajado en primera clase a Azerbaiyán, junto con el director del Servicio de Inteligencia Argentino, Alejandro Colombo, supuestamente para una misión oficial, pero que terminó con los dos espías como espectadores del Gran Premio de Fórmula 1 de Bakú.

Mientras la interna de la SIDE crujía, el organismo quedó virtualmente paralizado. Un hombre que conoce de cerca su funcionamiento describía la semana pasada un “estado de confusión y desconcierto que hace que nadie quiera tomar decisiones porque no se sabe a quién reportar” y decía: “En esta tarea es fundamental tener en claro cuál es la línea de mando, y en los últimos meses ese organigrama estaba totalmente roto”.

Caputo había rearmado el esquema de conducción a partir de su acercamiento con un viejo conocido de “la Casa”: Antonio “Jaime” Stiuso. El oscuro mandamás de la SIDE de las últimas dos décadas actuó como un sherpa, un guía del joven asesor. Conoce de sobra a todos los actores, aunque quienes lo vieron últimamente admiten que está grande y menos dispuesto a ejercer el control absoluto de sus mejores épocas.

En la tarea siempre lo ayuda un aliado cercano, el consultor multipropósito Lucas Nejamkis. Y el triángulo se completa con otro actor de peso, el juez Ariel Lijo. Algunos creyeron identificar un retrato de ese mecanismo cuando vieron reunidos la semana pasada a Neiffert, Nejamkis y a dos jueces federales. Ya era tarde.

Por Jorge Liotti

Fuente: La Nación

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