Dicen algunos técnicos de fútbol que los partidos son momentos y que muchas veces, los resultados dependen de usar bien esos lapsos de tiempo. Pues, si algo ha caracterizado a este Gobierno es una situación similar: períodos donde domina el tablero, otros en los que es dominado y algunos donde está a la defensiva.
“No hemos podido salir del rincón; ni tampoco dar el paso al frente”, decía el jueves un empinado funcionario en referencia las tormentosas semanas que vive la Casa Rosada. Por la tarde, cuando el dólar golpeaba las puertas del techo de la banda, apareció una orden inédita en el mercado: apareció un comprador de pesos -sí, de pesos- que pagaba con dólares. Se trataba, ni mas ni menos, del gobierno de Estados Unidos. Inédito. Quizá, si la charla con aquel funcionario hubiese sido unas horas después, es posible que hubiese estado en medio de algún movimiento hacia adelante.
El Gobierno debería entrar en un nuevo momento de su gestión. En plena campaña electoral, una de las lesiones del esquema diseñado por el equipo económico de la administración Milei fue infiltrada por los dólares frescos de Estados Unidos. La dolencia no se curó, pero se ganó tiempo.
Ahora bien, ¿tiempo para qué? Esa es la pregunta a contestar y que solo unos pocos que hablan, sienten y escuchan al presidente Javier Milei pueden contestar. Lo que vendrá es un regreso a la esencia de Milei en la campaña, esperar las elecciones y entonces sí, relanzar el Gobierno.
“Quedan dos cargos vacantes en el Gabinete, y después, decidirá el Presidente qué cambios hacer”, confió una alta fuente. Nada de esto es nuevo, claro; nada se decidió después de las noticias de los dólares frescos de Washington que aparecieron en las últimas horas. Pero claro, todos aquellos planes que estaban trazados caminarán por un sendero mucho más llano, al menos si las condiciones que aparecieron en la tarde del jueves se mantienen.
En esos planes, básicamente, tienen un paradigma que desde hace tiempo se comentan en los pasillos de la Casa Rosada: es necesaria una mayor acción en la gestión. No son pocos los que dicen que gestionar no es desregular, y que los tiempos de toma de decisiones deben modificarse.
Justo en la semana que terminó se licitó la primera ruta que se entregará al sector privado. Y más allá de que aún no se ha seleccionado al ganador, lo cierto es que la demora en este proceso no ha dejado conformes a los funcionarios. “No se puede tardar casi dos años para una ruta”, dijo otra fuente oficial. Milei pretende que antes de fin de año los 10.000 kilómetros que se ha propuesto privatizar la administración libertaria ya estén en manos de los privados.
Otras de las privatizaciones que podrían avanzar con velocidad son las del ferrocarril Belgrano Cargas y la de Aguas y Saneamientos (AySA). Ambas tienen gran grado de avance en la estructuración jurídica del vehículo, pero las dos están a la espera de que pasen las elecciones como para anunciar algún cronograma. Para la línea ferroviaria de carga, en el Gobierno se ilusionan con las billeteras feroces de las mineras.
Según cuentan, hubo muchas consultas respecto de esta licitación ya que el transporte del mineral a los puertos es una parte determinante de los proyectos en curso. Para este negocio, dicen, la inversión respecto de lo que significa la explotación minera, no es tan determinante.
Otro de los trabajos que tomará impulso es la confección de algunas leyes. Entre los estrategas oficiales hacen cuentas y dicen que, al menos, La Libertad Avanza (LLA) tendrá el doble de representación en las Cámaras. Con esa base, intentarán volver a armar aquella mayoría que lograron para aprobar la Ley Bases en junio del año pasado. Desde entonces, la diáspora fue notable.
Aquella norma, para ser aprobada, dejó en el camino gran cantidad de artículos que estaban en el proyecto originario. De ahí que, otro de los verticales de relanzamiento de la gestión, será la Ley Bases 2, un corpus legislativo que receptará las cuestiones que salieron en el fango de la negociación legislativa del año pasado. Además, incorporarán varias cuestiones que se regularon por decreto de necesidad y urgencia y que luego el Congreso desestimo con el rechazo a estas normas.
En cambio, con otras decisiones que ha tomado el Poder Legislativo, el presidente Milei ha decidido, al menos por ahora, no insistir. Por caso, Vialidad Nacional, cerrada por un DNU y vuelta a revivir por el palacio legislativo al no aprobar la decisión de la lapicera d el Jefe de Estado, seguirá tal como se la conoce. Eso sí, sin más normas especiales empezará un proceso para achicarla. “No es posible que las rutas estén cada vez peor y que en la administración se paguen 1500 sueldos a gente que tiene algún tipo de protección sindical. El dinero de las rutas no debe destinarse a esto”, cuenta una fuente oficial. Por ahora, en el organismo se abrirá otro proceso de retiro voluntario, esta vez, algo más agresivo.
Otro de los escritorios que trabaja con miras a después de las elecciones es el que debate cómo será la reforma impositiva que se viene. El Gobierno ya ha reconocido que uno de los cambios será el régimen del IVA. Actualmente se cobra un gravamen de 21% sobre las ventas. En líneas generales, del importe recaudado, el 55% se divide entre las provincias y el 45% restante va a la Nación. La idea de los tributaristas oficialistas es que la porción nacional se cobre en todo el país (entre 9 y 10%). Adicional a esto, cada provincia calculará el importe que considere, con total libertad. Semejante esquema sería un cambio fundamental en la recaudación provicial ya que cada uno de los distritos cobrará el IVA pleno, adicional a ese porcentaje nacional) por las ventas que se den en el territorio.
La propuesta es un claro espaldarazo a las provincias que tienen mucha actividad económica y un tremendo problema para las que mayoritariamente viven del empleo público y la coparticipación nacional. Tal es el cambio que la provincia de Buenos Aires, por caso una de las perjudicada por el esquema actual, pasaría a ser de las más beneficiadas con el nuevo régimen.
¿Podría pasar que los legisladores peronistas bonaerenses apoyen una reforma de este tipo? Podría, al menos si lo que se privilegia es la sanidad fiscal de su distrito y no el posicionamiento político del espacio. Pero, lo que pasará seguramente es que las provincias del Norte, con menos actividad local, quedarían frente a las del Centro y las patagónicas. Será un “poroteo” y una negociación mano a mano con cada gobernador.
Las otras dos reformas tienen otros tiempos. La laboral, acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) al igual que la tributaria y la previsional, se espera que avance en paralelo a la impositiva. Ya hay negociaciones y diálogos con los gremios. Milei considera que la previsional no se puede ni siquiera discutir si no está más ágil el mercado laboral. Repite que, con la cantidad de trabajadores en el mundo informal, que obviamente no aportan al sistema, cualquier discusión es inoficiosa. Es necesario, se le escucha decir, terminar con la reforma laboral y con la tributaria antes de pensar en cambios en el sistema previsional argentino.
Para el 15 de diciembre, según el calendario que se está anotado, se debiera terminar el documento elaborado por el Consejo de Mayo. Junto con el texto de la declaración habrá propuestas de proyectos de ley necesarios para acercarse a algunas de los caminos que allí se plantean.
Este esquema de trabajo tiene algunas necesidades. La primera es que haya acuerdos para tratamientos legislativos. En el Gobierno esperan lograr el ansiado tercio de la Cámara de Diputados, que les permitirá sostener los vetos, con tropa propia. Claro que es difícil, pero al menos, calculan, que ese número no quede tan lejos como ahora. De ahí en más, hasta los más de 125 que permiten el quorum para tratar leyes, será una negociación constante.
El otro requisito que permite plantear esas discusiones de fondo es que la inestabilidad cambiaria se calme. Para eso sirven, en definitiva, los dólares de Washington. No es posible avanzar en prácticamente ninguna conversación con inestabilidad del tipo de cambio. Los gobiernos criollos suelen estar complicados cuando el valor del dólar se convierte en el índice de actualización del precios diarios.
Estados Unidos y el apoyo explícito a Milei le entregaron un tiempo valioso, en medio de una tormenta electoral que había dejado al oficialismo en el rincón y a la defensiva. Cargados de errores no forzados, los libertarios tendrán una chance para dar un paso al frente y navegar en aguas más calmas. La pelea de la Casa Rosada es que ese “tiempo” se estire lo más posible para que, interín, llegue la ansiada reactivación económica.
Por Diego Cabot
Fuente: La Nación
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