El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, llegó hoy a Jerusalén en una visita sorpresa para intentar distender una situación cada más explosiva, que hoy dejó al menos cinco palestinos y un israelí muertos en los territorios ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza.
No bien aterrizó, Ban se reunió con el premier ministro y el presidente de Israel, Benjamin Netanyahu y Reuben Rivlin, respectivamente, y los instó a avanzar hacia el «fin de la ocupación» y a volver a sentarse en la mesa de negociación con sus pares palestinos.
Después de tres semanas de ataques y represión cotidianos, el principal mensaje que quiso dejar hoy la máxima figura de la ONU fue que «no es demasiado tarde para evitar una crisis mayor» y que ninguno de los dos lados debe «permitir que los extremistas piensen que la violencia es la solución».
«Las acciones unilaterales sólo perpetuarán la espiral de violencia», agregó Ban en una conferencia conjunta con Netanyahu, en la que también le advirtió a su anfitrión que «las medidas de seguridad pueden ser contraproducentes y generar más frustración».
Por su parte, el premier israelí aseguró que su gobierno «tiene que defender a sus ciudadanos» y negó que sus fuerzas militares y policiales estén haciendo un uso excesivo y desproporcionado de la fuerza contra los palestinos, informó la agencia de noticias EFE.
Se espera que el secretario general de la ONU se reúna mañana en Ramallah, Cisjordania, con el presidente palestino, Mahmoud Abbas, al mismo tiempo que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, tiene planeado reunirse con Netanyahu en Alemania.
El maratón diplomático terminará el viernes próximo cuando Kerry llegue a la capital jordana, Ammán, y se reúna con el rey Abdullah II y con el presidente palestino, Abbas.
Cada día que pasa, la situación en Israel y en los territorios palestinos ocupados empeora y desde el comienzo de octubre ya murieron 48 palestinos, 9 israelíes y un inmigrante eritreo, mientras que más de mil palestinos y decenas de israelíes resultaron heridos.
La violencia hoy se concentró en los territorios ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza, en donde cinco palestinos murieron baleados por fuerzas de seguridad israelíes y un colono judío falleció tras ser atropellado por un camión palestino, según el Ejército israelí.
Ya entrada la noche, dos jóvenes palestinos murieron baleados por tropas de la ocupación, luego de que los acusaran de querer acuchillarlos cerca de la colonia de Beit Hashalom, en la ciudad de Hebrón, una de las zonas más tensas y violentas de Cisjordania.
Según el Ejército israelí, los presuntos atacantes llegaron a acuchillar y herir levemente a un soldado.
Sin embargo, testigos dijeron a medios palestinos que los dos jóvenes estaban protegiendo su barrio para evitar ataques de los colonos ultranacionalistas judíos que viven alrededor y que suelen provocar enfrentamientos entre las dos poblaciones.
Los dos jóvenes palestinos fueron identificados por la agencia de noticias local Maan como Bashar Nidal al Jabari de 15 y Hussam Ismail Jamil al Jabari de 17. Pese a que comparten apellido, no está claro si forman parte de una misma familia.
El portal israelí Ynet informó que en el momento del presunto ataque palestino, docenas de colonos judíos de la colonia vecina Kiryat Arba intentaban superar el bloqueo militar del Ejército israelí y marchar hacia el barrio judío de Beit Hashalom en un gesto de solidaridad.
Horas antes, la tensión se había instalado en esa zona cuando un camión atropelló en el pueblo palestino de Fawwar, al suroeste de Hebron, a un colono israelí de 50 años, identificado por el Ejército como Avraham Asher Hasano, un habitante de Kiryat Arba.
Según el relato oficial israelí, Hasano se había detenido frente a ese pueblo y campo de refugiados palestino para arreglar su auto que había sido apedreado por atacantes desconocidos.
Cuando salió del coche, un camión con patente palestina que circulaba a gran velocidad por esa ruta lo atropelló y mató en el instante. El camión no se detuvo y aún se desconoce quién lo manejaba.
Más tarde, a medio camino de la ciudad de Belén, un palestino murió baleado por fuerzas de la ocupación, luego que, según el vocero de la Policía israelí, Micky Rosenfeld, intentara atropellar a varios colonos que esperaban en una parada de colectivos, frente al complejo de colonias Gush Etzion.
Según Rosenfeld, el presunto atacante estrelló el auto contra un bloque de cemento que protege la entrada de las colonias, se bajó con un cuchillo y arremetió contra las primeras personas que encontró. Hirió levemente a un soldado de 20 años y un colono de 21 años.
La policía israelí identificó al atacante palestino como Hamzeh Moussa al Imla, un joven de 25 años de Beit Ula, un barrio del norte de Hebrón.
El último incidente de la jornada tuvo lugar también dentro de Cisjordania, en el sur, al oeste de Hebron.
El Ejército israelí informó que baleó y mató a un joven palestino de 24 años, Udaay Hashim al Masalma, en el pueblo de Beit Awwa durante «violentos disturbios», luego que éste intentara acuchillar a un soldado. El militar sólo resultó «levemente herido» y no necesitó atención médica, según el comunicado oficial.
La agencia palestina Maan, en cambio, publicó otra versión y explicó que las fuerzas israelíes habían ingresado al pueblo palestino para reprimir una protesta de los habitantes con munición letal y gases lacrimógenos.
Según el Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina, Al Masalma murió en el acto con un tiro en la cabeza.
En la Franja de Gaza, en tanto, las fuerzas israelíes mataron a tiros a un joven palestino de 27 años, identificado como Ahmad al Sarhi, e hirieron con balas de acero a otras seis personas muy cerca de la frontera con el sur de Israel, al este del campo de refugiados de Al Bureji.
Esta última ola de violencia, ataques y represión comenzó en la ciudad de Jerusalén, más específicamente en la simbólica Ciudad Vieja.
Durante meses la tensión política y religiosa creció alrededor de la Explanada de las Mezquitas, un complejo que alberga la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al Aqsa, el lugar más sagrado para los musulmanes en Jerusalén, precisamente en la Ciudad Vieja.
La explanada, además, es reivindicada por los judíos como su sitio más sagrado ya que allí se levantaba hace más de 2.000 años el llamado Templo de Jerusalén, destruido por el Imperio Romano y cuya principal ruina es el Muro de los Lamentos.
Las limitaciones impuestas por el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a los fieles palestinos para entrar a la explanada y los cada vez más frecuentes choques con las fuerzas de seguridad israelíes fueron creando un clima de tensión política.
Hoy, tras tres semanas de ataques y represión diaria, la parte oriental (y anexada unilateralmente) de Jerusalén fue militarizada y los barrios palestinos separados con puestos de seguridad del Ejército israelí, que revisan a todas las personas que entran y salen.
La red de hospitales palestinos en Jerusalén Este denunció hoy que esta nueva restricción impide el libre acceso de pacientes, algo que quedó expuesto ayer cuando una mujer palestina falleció camino a ser internada porque quedó varada en una cola de autos, detrás de uno de estos puestos militares de control.
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