Campaña: el abuso de la metáfora

Sabíamos que no estábamos muy bien. No que estábamos tan mal. Pero alguien que presume de saber mucho más que nosotros acaba de darnos el duro diagnóstico. Estamos luchando por nuestras vidas. Y su ayudante agregó que debían intervenir (u operar) porque estábamos por perder la capacidad de desempeñar las funciones básicas, como se traduce “estado fallido”. Pero ¡¿ cómo pudo salir tan mal la interconsulta?! Hace solo 40 días el jefe de servicios local nos había llenado de ilusiones. Aunque la mayoría nos veíamos lejos del bienestar pronosticado.

El 15 de septiembre, el mismísimo Javier Milei había sentenciado que “lo peor quedó atrás”. Pese a semejante definición, nadie salió a tirar petardos, soltar palomas o descorchar champagne (ni siquiera sidra). Menos mal. De lo contrario, los dictámenes de los cirujanos mayores Donald Trump y Scott Bessent hubieran sido insuperables. ¿O solo estaremos ante una campaña del miedo para que votemos “bien”, porque si no vendrá el verdadero hombre de la bolsa y nos llevará quién sabe adónde? El lunes lo comprobaremos. Por lo pronto, ya se sabe que habrá amputaciones de miembros (del Gabinete). Ah. en política se recomienda no abusar de metáforas médicas.

Por Claudio Jacquelin

Fuente: La Nación

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