CORDOBA.- Los gobernadores peronistas -sin incluir al bonaerense Axel Kicillof– están expectantes respecto de cómo se reacomodará la situación en Diputados (y en el Gobierno en general) después de la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque del Frente de Todos (FdT). Sus legisladores, dicen, acompañarán el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero no sólo no saben si estarán los votos necesarios sino que están preocupados por el impacto por el “efecto dominó” de las internas en la alianza.
“Esto no se encapula en Buenos Aires; no nace y termina allí”, señala una fuente del oficialismo sanjuanino.En esa provincia el peronismo ganó por muy escaso margen las legislativas. El análisis, en general, va más allá de las negociaciones con el FMI y apuntan al próximo año electoral.
Los mandatarios del FdT saben que el acuerdo con el Fondo implica ajustes de partidas y son varios quienes admiten que los giros que reciben desde la Nación podrían ser recortados, en especial porque no hay ley de presupuesto. “No queda otra más que acompañar, como ya lo venimos haciendo”, desliza un ministro de una provincia norteña.
La figura “no sacar los pies del plato” fue repetida en tres de los nueve distritos consultados por LA NACION. Avalan la decisión de “acompañar” al presidente Alberto Fernández con la actitud que asumieron después de la derrota en las PASO, cuando la vicepresidenta Cristina Kirchner publicó su carta crítica. “Estuvimos a su lado; hay que evitar males mayores, aunque no se puede desconocer que hay efectos no deseados”, insiste el norteño.
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Los diputados que responden a este grupo de mandatarios están inquietos porque Germán Martínez -el reemplazante de Máximo Kirchner– no convocó a una reunión para analizar la situación; esperan que sea a la brevedad. Ninguno de los gobernadores tiene una relación estrecha con el diputado; dos de los consultados manifestaron que habían pensado en que José Luis Gioja, podía funcionar en esa posición.
“Hay expresiones que son preocupantes, como las que plantean que se modificará el acuerdo en el Congreso; es necesario urgente una reunión de bloque. Hay cuestiones muy serias que se están diciendo para marcar la cancha y que no son una expresión del bloque”, sostiene un diputado nacional que responde a un gobernador del centro.
Desde las gobernaciones apuntan que tienen “responsabilidades de gestión” por lo que entienden que un acuerdo con el FMI -aclaran que “en los términos” de lo planteado por Fernández y Martín Guzmán- es importante también para las provincias.
Por un lado, porque daría más previsibilidad a la actividad y, por ende, a la recaudación y, por el otro, porque el financiamiento de organismos internacionales para infraestructura también depende de eso.
Después de la renuncia de Máximo Kirchner, hubo ministros que pulsaron a algunos gobernadores. El jefe de Gabinete Juan Manzur y el titular de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro tuvieron encuentros y llamadas telefónicas. Apenas anunciado el pre acuerdo, varios mandatarios salieron a respaldar la gestión de Nación, por lo que quedaron condicionados por esas expresiones. Son los casos del pampeano Sergio Ziliotto, la santacruceña Alicia Kirchner; el sanjuanino Sergio Uñac; el chubutense Mariano Arcioni y Omar Perotti, de Santa Fe y, Gustavo Melella, de Tierra del Fuego.
El riojano Ricardo Quintela también manifestó su aval y Jorge Capitanich, del Chaco, habló de que se inicia una “nueva etapa” con el FMI; no hizo referencia a la decisión de Máximo Kirchner, a quien ha solido elogiar como “un gran cuadro político”.
Algunos diputados que responden a gobernadores especulan con que el jefe de La Cámpora está buscando crecer por su lado con la vista puesta en 2023; ni siquiera mencionan el tradicional 30% de los votos que la Vicepresidenta pareciera tener. “Arranca desde más atrás, es lo que uno puede suponer para entender una actitud como la que tuvo”, estiman.
“Máximo aceleró los tiempos en armados provinciales -analizan en Catamarca-. Hay procesos internos en este distrito que se empezarán a analizar ahora”. La referencia es a que el gobernador Raúl Jalil es albertista y Lucía Corpacci, cristinista. Había un acuerdo implícito de dos períodos cada uno, pero el corpaccismo aceleraría el reloj.
Fuente: La Nación
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