Under del under: la obra temprana de Gumier Maier

Jorge Gumier Maier tenía 36 años cuando se hizo cargo de la dirección de la galería de arte que funcionaba en el Centro Cultural Rojas, que depende de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Nadie sabía en ese momento que su nombre trascendería el underground y se convertiría en mención obligatoria en cualquier antología de arte argentino del siglo XX.

Antes del Rojas y antes de convertirse en el posibilitador de un arte de los ‘90 en la Argentina, Gumier Maier fue un artista, un performer, un conocedor de la historia del arte, un actor que a veces también realizaba la escenografía para su espectáculo, un crítico de arte, un ilustrador. Ese tiempo anterior es el que se propuso rescatar la curadora Natalia Pineau, cerebro detrás de la exhibición Desde los márgenes. Gumier Maier en los 80, que se expone en el Museo Nacional de Bellas Artes.

Gumier Maier falleció en 2021 a los 68 años. Había pasado los últimos tiempos recluido en su casa de Tigre. Aunque en la última década el arte argentino de los ‘90 se puso de moda, él se mantuvo en silencio.https://05b59d294955e5f30d32db7cd8bd12f1.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html

Es imposible comenzar a hablar de este período sin mencionar el Rojas y la apuesta que hizo por un grupo de artistas del underground porteño, que les permitió a éstos salir de los sótanos a las luces de la avenida Corrientes.Jorge Gumier Maier. Artista y curador. Foto FacebookJorge Gumier Maier. Artista y curador. Foto Facebook

Un largo camino

Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano, asistió a talleres de grabado y fue visitante del Instituto Di Tella. En paralelo al arte practicó el budismo, pasó por la facultad de Psicología y el Partido Comunista Revolucionario. Gumier Maier acumuló durante los años previos al Rojas un cúmulo de información y experiencia que formó un sistema conceptual, que a su vez posibilitó la creación de una era del arte argentino.

La curadora toma el año 1978 como inicio de la exhibición. En ese momento Gumier Maier había retomado sus actividades artísticas tras la pausa obligada de dos años con motivo del golpe militar.Obra. Gumier Maier en el MNBA. Foto: archivoObra. Gumier Maier en el MNBA. Foto: archivo

Produjo pinturas, collages, dibujos donde se advierte la influencia del surrealismo, de la pintura metafísica y de las formas de los neofiguración. Los retratos que abren la muestra se vinculan casi de manera directa con este último movimiento artístico.

También en esta época comienza a trabajar como periodista y crítico de arte. Se exhiben en el Bellas Artes copias de la revista Expreso imaginario donde escribió una nota de tapa dedicada a la trayectoria de Jorge de la Vega, fallecido poco antes en 1979, y también la reseña sobre la muestra que Omar Chabán – antes de que su nombre quedase asociado a tragedia inevitable – exhibía en la galería Arte Múltiple.

En las pinturas de esta época ya se advierte la temática erótica, en coincidencia con la apertura sexual y cultural que se habilitó con el retorno de la democracia en Argentina. Gumier Maier militó en el Grupo de Acción Gay (GAG) cuyo órgano periodístico era la revista Sodoma desde donde se planteabas sus posiciones políticas y se visibilizan temas tabú hasta entonces. Las acciones del GAG estaban dirigidas a visibilizar y revertir años de ataques y violencia en lugares públicos.Gumier Maier. En el MNBA. Foto: archivoGumier Maier. En el MNBA. Foto: archivo

Las pinturas de esta época muestran hombres de cuerpos tonificados donde se resaltan sus zonas eróticas a partir de composiciones de primeros planos.

Pinta sobre papel porque era un material accesible y que permitía hacerse de un soporte de gran tamaño. Algunas obras fueron presentadas en el Café Einstein, que luego se convertiría junto a el Parakultural Cemento en los emblemas de reunión, fiesta y experimentación de la década del ‘80.

De esta época son también los retratos de sus parejas, amantes hombres que cautivaron su atención. Los dibuja y pinta en situaciones sexualizados dónde el artista parece plantear cierta distancia en contradicción con la cercanía que se esperaría de un amante.

También realiza en yeso una serie de esculturas de las caderas y genitales de algunos de esos personajes, a los que identifica con su nombre de pila. Esta última serie fue expuesta en 1981 en la galería Christel K y se conservan fotografías del registro de obras.

Para visibilizar y conseguir reconocimiento social el GAG abonó la idea de construir un hombre homosexual masculino viril que no alterara la continuidad de los gestos, las formas del habla y de habitar la cotidianeidad de los hombres heterosexuales. Ese correlato implicó una discriminación hacia dentro de la comunidad, donde «las locas, las maricas y las personas transexuales» eran dejadas de lado en la tarea titánica de la aceptación social.Gumier Maier. En el MNBA. Foto: archivoGumier Maier. En el MNBA. Foto: archivo

Gumier Maier, recuerda la curadora en uno de los tantos textos que acompaña la muestra, describe y critica esta estrategia en tanto reivindica las formas de disidencia sexual marginadas.

De a poco, el artista da paso al escenógrafo y al vestuarista hasta concluir con la faceta performer.

Brunilda Bayer

Argentina vivía su siglo de oro del underground a mediados de los ‘80 y su nombre comienza a circular en estos espacios surgidos luego de años de clandestinidad y prohibición. Brunilda Bayer es el alter ego del artista, “la hija bahiana y travesti de Osvaldo de Bayer”.

La famosa fotografía tomada por Facundo de Zuviría, luego titulada Murga en San Telmo, donde comparte el retrato con Batato Barea Alejandro Urdapilleta, forma parte de la exhibición.

Durante los años previos a que se hiciera cargo del Centro Cultural Rojas por sugerencia del crítico Daniel Molina, retorna a la pintura clásica de gran formato y en papel. Pinta cuerpos masculinos erotizados junto a profundos horizontes, paisajes desolados de perspectivas rebatidas. Son obras en distintas tonalidades de grises donde se rastrean elementos metafísicos, guiños a Picasso y al surrealismo catalán.

Cuando escaseaban los materiales, echaba manos a viejos afiches y hasta papel de diario.

También de estos años se exhiben las muestras de sus trabajos como ilustrador y crítico de arte de las revistas El Porteño Fin de siglo. Sus obras acompañaron notas de periodistas luego conocidos, como Marcelo Zlotogwiazda.

En su faceta periodística escribe sobre las primeras muestras de artistas que luego llevaría a exhibir al Rojas y con los años se convertirían en referentes de la década.

Una de esas críticas fue ilustrada con la fotografía de la obra Empanada criolla de Miguel Harte, cuando lejos estaba de convertirse en un nombre obligado de la década del ‘90.https://05b59d294955e5f30d32db7cd8bd12f1.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html

El trabajo, una pintura realizada en acrílico que se caracteriza por su soporte ovalado y el llamativo animal que parece robarse una empanada, casualmente hoy cuelga, como parte de la exhibición permanente del Bellas Artes, a metros del final de la muestra de Gumier Maier. La acompañan obras de Liliana Maresca y de Marcelo Pombo, por solo mencionar otros nombres que potenciaron sus carreras gracias al Rojas y el ojo de Gumier Maier.

Ficha: Jorge Gumier Maier. Desde los márgenes. Gumier Maier en los 80. En el Museo Nacional de Bellas Artes. Avenida Libertador 1472, de martes a viernes de 11 a 20; sábados y domingos, 10 a 20. Hasta el 24 de marzo.Entrada: gratis.

JS


Sobre la firma

Belén Papa OrfanoBelén Papa Orfano

Redactora de la sección Último Momento

Fuente: Clarín.com

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