El Papa acusó a políticos y empresas por el calentamiento global en su primer encíclica

El papa Francisco I publicó hoy su primer encíclica, «Laudato Si», en la que exhorta a «tomar conciencia» de la problemática del medio ambiente, con críticas a empresarios y políticos como causantes del «calentamiento global» y sus «graves consecuencias» sobre los «abandonados del mundo».

Divulgado hoy por el Vaticano, en Alabado seas. Sobre el cuidado de la casa común el Papa escribe: “La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”, y “el gemido de la hermana tierra se une al gemido de los abandonados del mundo”. Francisco, en el texto de 191 páginas, pide responsabilidad por el «bien común» contra el riesgo real de la autodestrucción y acusa que «los poderes económicos siguen justificando el actual sistema mundial». El Papa llega a prevenir: “Es previsible que, ante el agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas detrás de nobles reivindicaciones”.

Un primer fundamento de la obra son las reflexiones sobre la tecnología y sus peligros: se le reconoce su contribución al mejoramiento de las condiciones de vida, aunque también “dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero”. De esta manera, critica la pasividad de los gobernantes de los países desarrollados frente a las grandes corporaciones. “Llama la atención”, escribe Jorge Bergoglio, “la debilidad de la política internacional. El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las Cumbres mundiales sobre medio ambiente. Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos”.

Entre las preocupaciones principales del escrito de Francisco I está “la cuestión del agua”, por lo que afirma que “el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la supervivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. Privar a los pobres del acceso al agua significa negarles el derecho a la vida, enraizado en su inalienable dignidad”.

“En cualquier planteamiento sobre una ecología integral, que no excluya al ser humano, es indispensable incorporar el valor del trabajo”, escribió el Papa, “dejar de invertir en las personas para obtener un mayor rédito inmediato es muy mal negocio para la sociedad» y advirtió sobre “una concentración de tierras productivas en manos de pocos”.

Hugo Bilbao, Director Ejecutivo del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS – Buenos Aires) y Presidente del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA), celebró la publicación de la encíclica. «Las encíclicas han tenido a lo largo de la historia, un denominador común: el comportamiento de la sociedad en su conjunto ha cambiado luego de cada encíclica de acuerdo al tema al cual hacía alusión”, apuntó Bilbao en declaraciones a Radio Provincia.

«Los problemas climáticos afectan a los sectores más vulnerables y trabajar sobre  el cambio climático puede ser el nuevo nombre sobre la Justicia Social. El Papa dice que hay una deuda ecológica del norte para con el sur, los países pobre son más ricos en naturaleza y no obstante como consecuencia  del desarrollo tecnológico sigue existiendo una tendencia de dominación”, explicó, haciendo un análisis de la encíclica papal.

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