El papa Francisco I autorizó la creación de un tribunal dedicado a investigar y juzgar a los obispos que sean acusados de cometer abusos de poder, incluidos el encubrimiento y los actos de pederastia, perpetrados por sacerdotes destinados en sus diócesis, que serán competencia de una nueva sección de la Congregación para la Doctrina de la Fe, informó ayer el Vaticano.
El pontífice, según explicó el portavoz vaticano, Federico Lombardi, aprobó cinco propuestas en este sentido que marcan un procedimiento jurídico que hasta ahora no existía. La iniciativa incluye una vieja demanda de las víctimas de abusos, que reclamaban el castigo de los obispos que habían hecho la vista gorda a abusos por parte de sacerdotes. Esta tipificación tuvo que ser revisada ya que, si bien existía en el derecho canónico, no había mecanismos precedentes para encarar esos casos, reveló Lombardi.
El nuevo procedimiento fue aprobado para los próximos cinco años, tras los que se valorará su eficacia. El Papa ya autorizó también la transferencia de fondos para que el cuerpo comience a funcionar.
La nueva medida fue sin embargo criticada por la asociación estadounidense de víctimas (SNAP, por sus siglas en inglés). «Mientras los curas que han cometido o encubierto crímenes sexuales vayan a ser juzgados por otros curas nada cambiará», comunicaron desde la asociación.
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