Dilma Roussef atraviesa uno de sus peores momentos al frente de Brasil

En el día de ayer sucedió en Brasil uno de los cacerolazos mas grandes que enfrentó la administración de la presidenta Dilma Rousseff. En San Pablo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Brasilia, Recife, Salvador, Florianópolis y otras grandes ciudades del país se escucharon en simultaneo las protestas en el mismo momento que la televisión ponía al aire un spot en donde principalmente hablan el ex presidente Lula Da Silva y la actual mandataria Rousseff.

En el spot, Dilma reconoce los problemas que estan sucediendo en su país pero afirma que «Estamos en un año de travesía, y esa travesía va a llevar al país a un lugar mejor. Estamos actualizando las bases de la economía y vamos a volver a crecer con todo nuestro potencial, con los precios bajando, el empleo en alta y con salud y educación de mas calidad».

La mandataria agregó: «Sé que muchas cosas tienen que mejorar, pero vamos a salir de esto» y alertó también que sabe «soportar presiones y hasta injusticias».

Lula, por su parte, también admitió que «la situación no está fácil y que la crisis ya llegó a nuestras casas», pero garantizó que ésta «no es la peor crisis» por la que ha pasado el país.

En otra parte del spot de 10 minutos uno de los presentadores pidió elegir entre el camino del «pesimismo» que encabeza la oposición, o el de la «esperanza» encarnado en Dilma y el oficialista PT.

La protesta está enmarcada en un conjunto de situaciones que está atravesando el país, como el escándalo de corrupción de Petrobras que amenaza cada día mas al círculo íntimo del ex presidente Lula y de la actual presidenta Rousseff, y en uno de los récord históricos de imagen negativa que tiene la presidenta.

Según un sondeo de la encuestadora Datafolha divulgados el mismo día revelaron que el rechazo a su gobierno llega al 71%. De esta forma Dilma pasa a ser la presidenta con peor imagen negativa desde el retorno de la democracia en dicho país.

Se derrumba el Real

A su vez el país está atravesando una situación económica delicada con estancamiento económico, aumento de la inflación y derrumbe de su moneda.

La cotización del real, cayó por quinta jornada consecutiva y un 24% en lo que va del año, hasta tocar al cierre su mínimo en 12 años, a 3,4885 frente al dólar, acompañado de un continuada pérdida en los rendimientos de los bonos locales.

La caída de la moneda y de los bonos, es el reflejo de la caída de la actividad económica y exportadoras que golpea a Brasil, pero también se debe al tenso ambiente político derivado del escándalo de corrupción en la estatal Petrobras que salpica a la clase política y a las principales constructoras del país.

A su vez la inflación, que está al borde de superar un dígito anual, no para de aumentar. Fue del 0,62 % el pasado julio, lo que empujó la variación en los primeros siete meses al 6,83 % y elevó la tasa interanual al 9,56 %, según informó hoy el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). De acuerdo a ese organismo estatal, la variación interanual es la más alta registrada en el país desde noviembre de 2003, cuando había llegado al 11,02 %.

 

 

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