Máximo Kirchner sostiene su perfil de campaña discreto, mientras su tropa milita a Massa

Nada hace pensar en el peronismo de la provincia de Buenos Aires que la escasa presencia de Máximo Kirchner en la campaña electoral vaya a modificarse en la carrera hacia el 19 de noviembre, la fecha del balotaje. El rol secundario que mostró en el trayecto hacia las generales, interrumpido por esporádicas apariciones en los últimos actos de Sergio Massa, se mantiene. Al menos así se desprende de las palabras de intendentes peronistas y de dirigentes bonaerenses vinculados a la estructura de La Cámpora. Más allá del perfil bajo del diputado, su tropa apuesta fuerte a militar por la candidatura massista, aseguran en esa organización.

La ausencia de señales y el silencio son una constante en el peronismo provincial al referirse a Máximo Kirchner, presidente del Partido Justicialista bonaerense. “No lo vi, ni hubo reunión del partido”, afirma a LA NACION un intendente justicialista. “Perfil bajo, está desaparecido”, agrega un par suyo.

En la campaña para las generales, Máximo Kirchner (que renovó su banca como diputado nacional por la provincia de Buenos Aires) tuvo apariciones aisladas en actos de Unión por la Patria, como los que se realizaron en Tucumán, Ensenada y en varios distritos bonaerenses un mismo día de caravana. “Bajo perfil. Fue a los actos, pero no movilizó”, indica una fuente bonaerense cercana al camporismo que opina que esa actitud se sostendrá.

Máximo Kirchner, en octubre, durante una caravana por varios distritos, entre ellos, La Matanza
Máximo Kirchner, en octubre, durante una caravana por varios distritos, entre ellos, La MatanzaUP

Más allá de la baja exposición de Máximo Kirchner en la campaña, en sus filas se muestran comprometidos con la militancia de la candidatura de Massa. “La línea es que gane Massa. Se está trabajando todo el tiempo en eso. Es la bajada de Máximo hasta el 19. Estamos esperando que nos manden volantes, porque estamos con el material de las generales. Nos llega la línea directa de él”, plantean a LA NACION desde un distrito alineado con el hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner. “No hay una línea explícita -difiere un leal a Máximo Kirchner-. Cada uno lleva adelante la estrategia en su territorio para ganar. Sabemos que será muy difícil la provincia y cada municipio si no gana Massa”.

La Cámpora conquistó intendencias en las últimas elecciones, quedó al frente de 12 municipios. Algunos de ellos causan sorpresa en las propias filas del peronismo, en las que los consideran territorios “impensables” para un triunfo de la organización de Máximo Kirchner. Mencionan a Bahía Blanca y a Olavarría entre esos municipios. En Lanús, el 22 de octubre, el camporista Julián Álvarez festejó su victoria en la elección para intendente con una bandera de fondo que rezaba “Máximo Kirchner conducción”, en un escenario en el que estaban también dirigentes ajenos a La Cámpora, como Nicolás Russo (massista), Agustín Balladares (del Movimiento Evita) y el insaurraldista Omar Galdurralde, entre otros.

Algunas fuentes del peronismo remarcan la importancia de esa cosecha de intendencias como “refugio” para el camporismo en caso de que los seguidores de Máximo Kirchner queden marginados en el nuevo gobierno bonaerense de Axel Kicillof (la relación entre ellos es de clara tensión, agravada por el escándalo de Martín Insaurralde) o se vean también alejados del gobierno nacional, ya sea por una derrota de Massa ante Javier Milei o por un armado de gabinete del tigrense que los excluya.

“Están guardados, hacen la de ellos. Ganaron 12 municipios, un milagro. Llenaron de legisladores las cámaras. Si ganamos [la segunda vuelta], tendrán los lugares que tienen ahora; si perdemos, se refugiarán en la provincia de Buenos Aires”, evalúa un intendente peronista, que no cree que Kicillof piense en ralear de poder a La Cámpora. “Kicillof no tiene espalda política para ir contra Máximo, no tiene ni un legislador propio. Si Cristina le saca el banquito, chau”, afirma con una apelación boxística.

En el camporismo, un dirigente considera que “hay voluntad” del gobernador y de la dirigencia de la organización de “seguir así”. La Cámpora maneja los ministerios bonaerenses de Desarrollo de la Comunidad (su titular es Andrés Larroque) y Ambiente (Daniela Vilar).

La presidencia del PJ bonaerense es una de las terminales de poder de Máximo Kirchner, que tiene mandato hasta 2025. En caso de una victoria de Unión por la Patria, un experimentado dirigente peronista avizora que el hijo de Cristina Kirchner “buscará adelantar las elecciones para quedarse con el mandato [en el partido] durante todo el próximo gobierno y poder hacer lo mismo que hizo con Alberto Fernández”.

Javier Fuego Simondet

Fuente: La Nación

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