Río 2016: la reventa de entradas: un camino que a la larga termina en la prisión

RIO DE JANEIRO – La historia suena inevitablemente conocida. Dos años atrás Ray Whelan se escapaba por la puerta de servicio del lujosísimo hotel Copacabana Palace: lo buscaba la policía brasileña por revender entradas del Mundial de fútbol. Al final lo detuvieron. Whelan era el jefe del servicio de alojamientos de Match, la compañía licenciataria de todos los paquetes de hospitalidad de la FIFA. Ayer, 15 kilómetros al sur, en un hotel de Barra de Tijuca, la policía se encontró a un caballero irlandés recién salido de la ducha y lo detuvo por las mismas razones.

Patrick Hickey, de 71 años y prominente miembro del Comité Olímpico Internacional (COI), fue acusado de formar parte de una organización que revendió entradas para los Juegos y logró un beneficio superior a los tres millones de dólares. La situación superó a Hickey, que es también presidente de la Asociación de Comités Olímpicos Europeos (EOC): eran las 7:30 de la mañana y una ambulancia debió llevárselo rumbo a un hospital.

Los irlandeses estaban desde hacía días en la mira de la justicia brasileña.

Otro irlandés, Kevin James Mallon, jefe de la empresa de hospitalidad THG Sports, una compañía que tenía autorización para revender entradas de los Juegos de Londres 2012 y Sochi 2014, ya había sido arrestado el 5 de agosto bajo la misma acusación de reventa ilegal. La justicia local también emitió órdenes de arresto contra el presidente del club de fútbol inglés Ipswich Town, Marcus Evans, y el irlandés David Patrick Gilmore, el holandés Maarten van Os y el inglés Martin Studd. En total, las autoridades se incautaron de 781 entradas que eran comercializadas a un precio mucho más elevado que su valor real. Las de la ceremonia inaugural se vendían por 8000 dólares, cuando el precio oficial más alto era de 1300, destacó AFP. Este tráfico generó unos ingresos de «al menos 10 millones de reales (3,15 millones de dólares). El valor de origen de las entradas incautadas era de 626.000 reales pero se vendían a hasta 30 veces su precio», dijo el miércoles Ricardo Barbosa, de la unidad antifraude de la policía de Río de Janeiro. «Descubrimos que el comité olímpico irlandés facilitó la reventa de entradas», añadió Barbosa. Hickey se apartó de sus cargos en el COI y de la presidencia del Comité Olímpico Irlandés. Según DPA, el dirigente, al que sus colegas en el COI consideraban intachable, se enfrenta a cargos por hasta siete años de prisión.

Fuente: La Nación

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