Fue héroe ante la baja de Ginóbili, lo elogió Kobe Bryant y Maradona le pidió su camiseta: Paolo Quinteros, una leyenda que dejó su legado en el básquet

Corrían los últimos días de octubre en 2022 cuando una de las grandes estrellas del básquetbol argentino decidió apagar su brillo para ponerle punto final a una carrera que comenzó hace más de veinte años en la Liga Nacional y continuó en la selección argentina, con esfuerzos y recompensas. Con 43 años y 22 títulos, Paolo Quinteros dejaba su huella para siempre en la historia del deporte nacional. El homenaje que le realizó Regatas de Corrientes, donde jugó 11 temporadas consecutivas hasta convertirse en el máximo anotador del club (6948 puntos) y jugador con más presencias (482 partidos), fue la frutilla del postre.

(@kkcrvenazvezda)

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“Fue una carrera con muchas piedras en el camino, con muchos obstáculos y sacrificios. No mido dos metros (NdR: 1.88), creo que desde que empecé a jugar tengo esta altura y no crecí más, pero sabía que ese detalle lo tenía que suplir con otras cosas. Desde chico siempre tuve ese fuego, ese deseo de querer llegar. Siempre fui un tozudo de obtener lo quería y no me detenía hasta lograrlo. Por suerte no me quedó nada por cumplir, los sueños y anhelos los pude obtener así que estoy orgulloso y contento”, sintetiza en una distendida charla con Infobae el escolta goleador nacido en Colón.

Su trayectoria, que comienza en 1997 en La Unión de su ciudad natal en el extinto Torneo Nacional de Ascenso (TNA), tiene un montón de capítulos y acontecimientos que lo marcaron para toda la vida. Su motor e impulso para llegar al profesionalismo fueron sus primeros ídolos que veía en pantalla chica. Alguna vez quería verse ahí, como el Pichi Campana, Daniel Farabello o Marcelo Milanesio. Y lo fue consiguiendo. Primero en Estudiantes de Olavarría, luego en Boca Juniors y en sus experiencias internacionales como sus etapas en Trouville de Uruguay, Baloncesto León y CAI Zaragoza de España.

“Mirando hacia atrás creo que mi carrera fue impensada, pero sí soñada”, repasa Quinteros, un escolta que se destacaba por su certero tiro de dos y tres puntos y una determinación para atacar el aro rival estuviera quien estuviera enfrente. Así llegaron los títulos, los premios a Jugador Más Valioso, los Juegos de las Estrellas y las convocatorias a la selección argentina.El día que Paolo Quinteros se vistió de héroe ante la ausencia de Manu Ginóbili en el duelo por el bronce ante Lituania en Beijing 2008El día que Paolo Quinteros se vistió de héroe ante la ausencia de Manu Ginóbili en el duelo por el bronce ante Lituania en Beijing 2008

De la mano de Sergio Hernández, el entrenador más laureado del básquet argentino, Paolo no sólo saboreó las mieles del éxito sino que comenzó la etapa con la selección albiceleste. “Con él aprendí y hemos ganado un montón de títulos juntos. Supo sacar lo mejor de mí y fue quien confió para llevarme a la Liga, siendo un jugador de TNA. Es un crack como DT y persona. Sabe cómo potenciar tus virtudes y disimular defectos. Es completísimo”, remarca sobre el Oveja.

Durante esa etapa comenzó a abrirse un nuevo mundo para Quinteros. Empezaría a codearse con los mejores en su puesto para ganarse un lugar en la Selección y entrar en un grupo integrado por varios miembros de la Generación Dorada: “Estuve 9 años en la Selección, pero me costó entrar mucho en el grupo porque me tocó estar en los últimos cortes, como en el Mundial de Japón 2006. Tenía a dos grandes como Manu Ginóbili y Carlos Delfino por delante, pero seguí peleándola. No es fácil venir de atrás y ser contemporáneo de dos ídolos”. El Preolímpico de Las Vegas en 2007 fue su despegue para quedar en el equipo que obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing que terminó siendo una experiencia inolvidable con algunas anécdotas imperdibles.

En la capital china, luego de la derrota en semifinales ante Estados Unidos, Ginóbili sufrió una lesión en su tobillo que lo marginó del partido por el bronce ante Lituania. Pese a probar hasta último momento, el bahiense se dio de baja y Paolo debía estar preparado para saltar a la cancha de ser necesario. “La noche anterior al juego, Luis Scola se me acerca y me dice: ‘Vos mañana vas a jugar y la vas a romper, va a ser tu momento’. No pude dormir pensando en el partido, pero tenía razón, se había adelantado al partido. Manu no llegó, el Chapu (Nocioni) estaba con dolores en una rodilla y cuando me tocó entrar, ya estaba preparado junto con Leo (Gutiérrez). Abrimos con triples un partido que venía cerrado. Fue uno de los mejores partidos que me tocó jugar. Y encima coronarlo con la medalla”, recordó.

Ese Juego Olímpico tuvo otras perlitas. Diego Maradona estaba en Beijing siguiendo atentamente la actividad de los deportistas argentinos y estuvo en el triunfo de cuartos de final ante Grecia. El astro del fútbol bajó de la tribuna y se metió en el vestuario para felicitar al equipo. Paolo ya había tenido un contacto cercano con el Diez durante su etapa en Boca. Luego de un partido con Peñarol, Diego le pidió su camiseta y se la llevó de souvenir. Otros ídolos como Lionel MessiRoger Federer y Kobe Bryant también están en el portaretratos de Quinteros, quien aprovechó la aventura olímpica para estar cerca de sus ídolos.Paolo Quinteros, junto con Manu Ginóbili y Diego Maradona en el vestuario tras la victoria del seleccionado argentino de básquet a Grecia en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 Paolo Quinteros, junto con Manu Ginóbili y Diego Maradona en el vestuario tras la victoria del seleccionado argentino de básquet a Grecia en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008

Con la leyenda de Los Ángeles Lakers, Paolo tuvo varios encuentros dentro del rectángulo de juego y mantuvo un diálogo amistoso durante el torneo Preolímpico en Las Vegas: “A Kobe no se le pasaba ningún detalle y eso habla del nivel de profesionalismo que tenía. Por más que yo era un jugador del montón, sabía quién era, qué hacía y los porcentajes que tenía. Me preguntó cómo estaba mi mano… (por la efectividad en tiros de tres puntos). Era muy afectuoso y respetuoso”.

Pasando a su etapa actual, a la espera de la llegada de su hija Ema para ampliar la familia, Quinteros no quiere saber nada con el básquet. Al menos por un tiempo. En sus ratos libres suele disfrutar de algunos partidos de pádel y golf. Aunque reconoce que le cuesta soltar su lado competitivo y toma clases para adquirir nuevas habilidades. Su nueva vida tendrá más desafíos por delante, pero lejos del deporte. Es que Paolo se recibió martillero público y vislumbra en un futuro tener su inmobiliaria.

“Me preguntaba en la pandemia, mientras estábamos encerrados, cuál era la vida que quería llevar cuando me retirara y no me quería sentir frustrado. Entonces decidí anotarme en una universidad a distancia para hacer la carrera. Y no es fácil jugar y estudiar. Cuando viajaba con el equipo me llevaba los apuntes y estudiaba. A veces me tocaba rendir en los hoteles y rezaba para que no se cortara Internet. Fue muy divertido y un gran objetivo que cumplí fuera del básquet. Lo bueno de estudiar es que cuando comienza la otra vida, como yo la llamo, no te agarre de sorpresa y tengas algo para hacer”, cuenta con entusiasmo el ex jugador.Paolo Quinteros defiende a Kobe Bryant durante el duelo entre Argentina y Estados Unidos en Beijing 2008Paolo Quinteros defiende a Kobe Bryant durante el duelo entre Argentina y Estados Unidos en Beijing 2008

Por último, como voz autorizada, Quinteros dejó su mirada crítica sobre la actualidad de la Liga Nacional, el producto impulsado por León Najnudel y que tantas figuras formó. “Si tengo que ser sincero, nunca me gustó el formato que pusieron. Desde 2013 que fue que salimos campeón con Regatas, esa fue la última Liga competitiva en la que cualquiera podía ser campeón. De ahí en adelante, comenzó a decaer a nivel deportivo”, analizó.

“Estamos en un déficit muy grande. Jugar todos los días no ayuda, los entrenadores no tienen la oportunidad de entrenar a sus equipos y no hay tiempo para preparar los partidos como antes, que se jugaba viernes y domingos. Hoy es triste ir a las canchas y verlas prácticamente vacías. Eso al jugador lo motiva, es un sexto jugador que te da un plus para entrar a la cancha. Eso hoy no se ve y es triste. Hay poca estrategia, a los jóvenes se les tiró una mochila grande de golpe, con responsabilidades”, completó la leyenda.

Su reflexión también toca el presente global en el básquet argentino, como la no clasificación al Mundial 2023. “Me dolió mucho por los chicos, han hecho un sacrificio enorme por estar. Argentina ha hecho lo mejor que ha podido, pero esto se viene arrastrando. Se está haciendo un mal trabajo en la parte dirigiencial. Hasta acá llegamos y hay que hacer un cambio de 180 grados. Se empieza desde donde surgieron los jugadores: la Liga Nacional”, argumentó.Diego Maradona, en el vestuario de La Bombonerita con la camiseta 23 de Paolo Quinteros durante un partido de Liga Nacional entre Boca Juniors y Peñarol. Diego Maradona, en el vestuario de La Bombonerita con la camiseta 23 de Paolo Quinteros durante un partido de Liga Nacional entre Boca Juniors y Peñarol.

Fuente: Infobae.com

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