Estudiantes se da el lujo de tener una figura cada partido

LA PLATA.- Estudiantes se sobrepone a todo. A cuando juega mal, a cuando va perdiendo, a cuando se confunde, se marea. Es un líder silencioso, que pone la otra mejilla cuando se siente abatido, atrapado. Pero atención: en la primera de cambio, se recupera. Se fortalece y saca desde sus entrañas el espíritu guerrero que lo caracteriza. Que lo hizo grande en nuestro medio y gigante en el mundo. No se trata de otro tiempo: este León tiene huellas del pasado y espía el futuro con un optimismo mayúsculo. Puede pasar dificultades, pero nadie, nadie, lo pasa por arriba. No saben cómo, ni siquiera con qué. Racing lo tenía contra las cuerdas y se dejó estar. El líder lo dio vuelta, ganó 2-1 y sigue ahí arriba. El grupo, el recambio y el oficio, entre sus primeras virtudes.

Estudiantes tiene todo claro: entra Toledo, quien terminará ganando el partido en el final, por Auzqui, y la estructura no se modifica. ¿Qué le pasa a Racing? Ricardo Zielinski es un cultor del perfil bajo, un entrenador que no suele realizar declaraciones fuertes que levanten polémicas. Los mensajes del técnico parecen estar en la cancha, con sus cambios. En su presentación ante los hinchas de Racing, en el Cilindro, ante Defensa y Justicia, a los 15 minutos del segundo tiempo mandó a la cancha a Ezequiel Videla -un volante de marca- en lugar de Lautaro Martínez -un delantero-. El partido terminó en empate y hubo silbidos en Avellaneda. Ayer, en La Plata, otra vez las modificaciones trajeron consecuencias.

Porque los cambios siempre hablan: mientras en Estudiantes no bajaron la guardia en esa intensa lucha de idas y venidas, y con las modificaciones cambió características pero no funcionamiento, en Racing… A los 25 minutos, cuando el partido estaba 1 a 1, el Ruso hizo ingresar a Santiago Rosales -un volante- por Gustavo Bou. Y a los 40, salió Romero y entró Gastón Díaz. Fueron mensajes peligrosos. Y de una falla de Díaz llegó la jugada que resolvió el partido. El ex Lanús quiso dejar salir la pelota al lateral, pero el chileno Jeisson Vargas le ganó en el cuerpo a cuerpo, recuperó la bola y mandó el centro que terminó en gol de Javier Toledo, el que transformó al Estadio Único en un carnaval pincharrata. Para la Academia el golpe es durísimo, casi tanto como el que le dio Gimnasia, el otro equipo de La Plata, hace diez días, por la Copa Argentina.

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La excursión a La Plata era crucial para la Academia: se trataba del primer rival que podía servir de medida para saber dónde está parado este equipo que luego de tres meses bajo la batuta de Zielinski aun no logró encontrar su identidad, como reconocieron algunos referentes del plantel durante la semana. De entrada, como pocas veces en este semestre, se paró de mitad de cancha hacia adelante y sólo en el primer tiempo inquietó no menos de cinco veces al inseguro arquero pincha Nahuel Losada. Pero se desinfló.

Estudiantes es un asunto serio: ¿Por qué? Entre sus virtudes, también está que va rotando sus figuras para ganar distintos partidos: puede ser Andújar, Bailone, Schunke, Ascacíbar, Damonte, Auzqui, Cavallaro, Vargas o Lucas Rodríguez. Y además tiene repartidos sus 16 goles entre 9 futbolistas: Auzqui (3), Damonte (3), Bailone (2), Lucas Rodríguez (2), Viatri (2), Solari (1), Schunke (1), Toledo (1) y Facundo Sánchez (1).

«Somos un grupo de 30, siempre entran 11 pero todos estamos con el mismo objetivo», comentó Nelson Vivas, el entrenador, que celebró el triunfo en el final de un modo alocado, especial. Esos son otros de los secretos: la unión y la efervescencia de un club motivado por el triunfo. De ayer a hoy.

Fuente: La Nación

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