«Sus países se están yendo al infierno»: el incendiario discurso de Trump ante la Asamblea General de la ONU que dejó en silencio a los asistentes

El discurso de Donald Trump este martes ante la Asamblea General de Naciones Unidas fue una de las exposiciones más claras de su visión del mundo y de su ideología en su forma más pura.

Para sus seguidores, se verá como el trumpismo sin tapujos; para sus críticos, como el trumpismo desquiciado.

Durante casi una hora, apuntó contra sus oponentes y sus ideas, eliminándolos uno por uno mientras recorría el mundo.

Comenzó en casa, elogiando a Estados Unidos y a sí mismo. Dijo que Estados Unidos estaba viviendo una edad de oro y repitió su controvertida afirmación de que él personalmente había puesto fin a siete guerras, algo que, según él, merece el premio Nobel de la Paz.

Pero luego arremetió contra sus anfitriones. La ONU, dijo, no había ayudado a su labor de pacificación. Cuestionó el propósito de la organización, diciendo que tenía un enorme potencial, pero que no estaba a la altura. Según él, lo único que hacía era escribir cartas enérgicas a las que no daba seguimiento. Las palabras vacías, dijo, no ponían fin a las guerras.Saltar Más leídas y continuar leyendoMás leídas

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También atacó a la ONU por la ayuda que prestaba a los solicitantes de asilo que esperaban entrar en Estados Unidos: «Se supone que la ONU debe detener las invasiones, no crearlas ni financiarlas», dijo. Incluso criticó al organismo por una escalera mecánica y un teleprompter averiados que interrumpieron su visita y su discurso.

En cierto modo, tiene razón. Muchos analistas cuestionan la eficacia de la ONU para resolver conflictos en la actualidad, señalando en particular el estancamiento del Consejo de Seguridad y la burocracia del organismo.

Pero en otro sentido se puede considerar que el propio Trump es una causa y un síntoma de la falta de eficacia de la ONU, ya que cree que las crisis mundiales se resuelven mejor cuando hombres poderosos como él se reúnen y llegan a un acuerdo, en lugar de recurrir a organismos multilaterales como la ONU para encontrar soluciones colectivas.

Bajo el mandato de Trump, Estados Unidos ha retirado gran parte de su financiación a la ONU, lo que ha obligado al organismo a recortar su labor humanitaria en todo el mundo.

Donald Trump lee su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas
Pie de foto,El presidente tuvo que leer su discurso en papel debido a un fallo del telemprompter.

La ofensiva sobre Europa

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Trump reservó quizás sus mayores críticas para sus aliados europeos, atacando al continente por invertir en energías renovables y abrir sus fronteras a la migración.

«Europa está en serios problemas. Ha sido invadida por una fuerza de inmigrantes ilegales como nunca antes se había visto… Tanto la inmigración como las ideas suicidas sobre la energía serán la muerte de Europa occidental», afirmó.

El cambio climático, afirmó entre exclamaciones audibles, fue «la mayor estafa jamás perpetrada en el mundo». Dijo que estaba cargando a los países europeos con costos elevados de energía en comparación con los combustibles fósiles. Criticó en particular al gobierno de Reino Unido por imponer nuevos impuestos al petróleo del Mar del Norte.

«Si no se alejan de la estafa de la energía verde, su país fracasará», afirmó.

«Amo a Europa. Amo a los europeos. Y detesto ver cómo la energía y la inmigración la están devastando. Este monstruo de dos cabezas lo destruye todo a su paso… Quieren ser políticamente correctos y están destruyendo su patrimonio».

Cabe destacar este último punto, que se hace eco de lo que el presidente afirmó durante su visita de Estado a Reino Unido la semana pasada, cuando habló de la importancia de defender los valores de lo que él denominó «el mundo angloparlante».

Hay un matiz cultural en las críticas de Trump a Europa, una sensación de que cree que la inmigración descontrolada está amenazando el patrimonio europeo. No en vano Trump es el líder de un gobierno que muestra su religión con orgullo.

«Protejamos la libertad religiosa», dijo en su discurso, «incluida la religión más perseguida del planeta en la actualidad: el cristianismo».

Trump y su esposa tuvieron que subir a pie las escaleras mecánicas porque estas no funcionaban.
Pie de foto,Trump y su esposa tuvieron que subir a pie las escaleras mecánicas porque estas no funcionaban.

La guerra en Ucrania

En cuanto a una cuestión política concreta, la advertencia más clara de Trump se refirió a la guerra de Rusia contra Ucrania.

Dijo que la negativa del presidente ruso Vladimir Putin a poner fin al conflicto «no estaba dando una buena imagen de Rusia». Afirmó que Estados Unidos estaba dispuesto a «imponer una ronda muy fuerte de aranceles poderosos» para poner fin al derramamiento de sangre.

Pero dijo que las naciones europeas tenían que dejar de comprar energía rusa, alegando que solo hacía dos semanas se había enterado de que algunas lo estaban haciendo.

En la práctica, Hungría y Eslovaquia son los únicos compradores europeos importantes de petróleo ruso. Los diplomáticos afirman que Trump se esconde detrás de esto para no tener que imponer sanciones secundarias a India y China, que están comprando enormes cantidades de energía rusa barata, y a las que Trump mencionó.

Quizás más importante que su discurso fue la publicación de Trump en las redes sociales poco después, en la que afirmaba por primera vez que Ucrania podría estar en condiciones de recuperar todo su territorio.

Su descalificación a Rusia, describiendo el país como un «tigre de papel» y no como una «potencia militar real», herirá al presidente Putin, que es sensible a cualquier sugerencia de que su país no es un actor global. Los diplomáticos dijeron que este era el último ejemplo del camino de Trump hacia una posición más crítica con Rusia.

Volodymyr Zelensky y Donald Trump en un encuentro en la sede de la ONU
Pie de foto,Trump se reunió este martes con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.

Silencio en la sala

Pero siempre hay que tomar las palabras de Trump con cautela. Se mostró optimista solo unos momentos después de reunirse con el presidente ucraniano en la sede de la ONU.

Y dijo que Ucrania podría recuperar territorio con el apoyo de la Unión Europea y la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN); no mencionó la participación de Estados Unidos.

Todas las pruebas de los últimos años indican que se trata de una guerra de desgaste lento y que Ucrania no recuperaría territorio de Rusia sin un apoyo militar masivo de Estados Unidos.

Así que esto era Trump en estado puro: una defensa de Estados Unidos y del Estado-nación, un ataque al multilateralismo y al globalismo, un torrente de conciencia con afirmaciones cuestionables.

Hace seis años, el público de Trump en la ONU se rió de sus afirmaciones, a veces poco objetivas; este año, escucharon en gran parte en silencio.

«Soy muy bueno en esto», dijo a los líderes mundiales. «Sus países se están yendo al infierno».

Fuente: BBC News Mundo

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