Los usuarios de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) suelen quejarse por los problemas para ingresar al sitio del organismo los días de facturación clave, así como también respecto de la cantidad de pasos que deben realizar para completar sus trámites.
En este contexto, desde hace un tiempo, la entidad gubernamental determinó que aquellos comercios que utilicen controladores fiscales para emitir comprobantes, y los mismos se encuentren catalogados como de “vieja tecnología”, deberán reemplazarlos por los de “nueva tecnología”, también conocidos como de “nueva generación”. El objetivo detrás de esta medida es usar tecnologías más modernas que permitan un control más sistemático y eficiente del cumplimiento de las obligaciones impositivas.
Esto es así ya que la característica principal de los nuevos aparatos es la posibilidad de emitir informes digitales y enviarlos de manera directa a AFIP cada semana. Además, poseen funciones que facilitan la organización y el control de los registros contables, como la visualización de los mismos en planillas de Excel emitidas por el controlador fiscal.EN LAS ZONAS RURALES DE INGLATERRA, LOS PARAMÉDICOS LLEGAN VOLANDO EN JETPACK
Frente a esta situación, que obliga a los comercios chicos desde el 1 de mayo de este año a adquirir un controlador fiscal cuyo precio arranca en los 80.000 pesos o utilizar la plataforma de la AFIP, el contador Fabián Martínez, de 49 años, y que trabaja en su propio estudio contable, desarrolló un sistema para que los comercios chicos puedan cumplir con la nueva norma de forma rápida y sencilla.
Desde Jáuregui, un pueblo del Partido de Luján que cuenta con unos 10.000 habitantes, Martínez explicó a LA NACION cómo ejecutó su idea: “Además de ser contador soy licenciado en Administración de Empresas y analista de sistemas. Desde hace tiempo, en mi estudio contable utilizo mis propias herramientas, y frente ante las novedades de AFIP se me ocurrió crear la solución Venta Fiscal, que está disponible en todo el país”, cuenta.
Venta Fiscal está operativa en formato web y también como aplicación móvil para dispositivos Android. Según cuenta este emprendedor, “su creación es mucho más simple que utilizar la página de la AFIP y reemplaza a los controladores fiscales. El sistema permite imprimir en cualquier tipo de impresora desde el smartphone, computadora o tableta, y enviar la factura por e-mail o generar un PDF para compartirlo por WhatsApp.
Cómo la desarrolló
“Me gusta la idea de unir dos mundos que me apasionan: la contabilidad y la programación”, se explaya Martínez. Y cuenta que como el campo de la codificación avanza constantemente, para programar se actualiza a través de la lectura y, en menor medida, mirando tutoriales en Internet.
Para desarrollar esta herramienta buscó ideas en la web y se actualizó en nuevas tecnologías. “Lo que más me costó fue lograr que el programa se conecte con el sistema de AFIP, cuando lo hice sentí que había alcanzado un logro muy importante”, recuerda.
Después de unas 100 horas de trabajo distribuidos en varios meses, Venta Fiscal comenzó a ser utilizada por los clientes de Martínez, pero está abierta a todo el país. Actualmente tiene unos 80 usuarios, y según cuenta, ninguno ha presentado quejas, aunque sí le han hecho recomendaciones para poder ir “puliendo” el software. Por lo pronto, comercializa la herramienta bajo una suscripción de 300 pesos mensuales, por lo que cree que a finales de año podría llegar a tener los primeros 1000 usuarios.
Para el registro, como todo sistema web service, requiere conectar con la página de AFIP a través de un certificado digital que se genera mediante el sitio de la institución y que se renueva cada 2 años.
“Por supuesto que seguiré mejorando la herramienta; por ejemplo, ahora solo emite facturas a consumidor final, sin identificación. Además, para que sea simple solo permite un solo ítem de facturación genérico”, dice apelando a la mejora continua del software.
“Yo programo por vocación y mi trabajo es muy artesanal. Cuando tengo tiempo, investigo en Internet para mantenerme actualizado y desarrollo productos solo vinculados a la contabilidad para poder aumentar la productividad de mi estudio contable”, acota. Y agrega que saber programación es un valor agregado para cualquier profesional porque le permite desarrollar productos digitales para agilizar el trabajo o resolver distintos problemas: “saber programar es una actividad para crear soluciones sin límites. Por supuesto, hay que tener paciencia y no bajar los brazos, pero poder, se puede”.
Fuente: La Naciòn
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