Dicen que hay que dejarse llevar, ¿no? Bueno, la historia es así: hace poco me invitaron a dar una conferencia sobre inteligencia artificial (IA) y, al entrar, me dieron una bolsita, que en el momento no revisé, pero en la que más tarde, al volver a casa, encontré un cuaderno y una bonita birome de la marca Cross. Lo que me interesó (está bien, llámenme nerd, no hay problema) fue que en el extremo donde los portaminas suelen tener una goma de borrar, esta lapicera tenía un puntero para pantallas táctiles. Ya saben, es como una perilla pequeña de goma que no, no sirve para borrar, sino para dibujar en una pantalla táctil (o, eventualmente, controlar el teléfono). Como me debía ver en qué andaban los programas de dibujo y pintura para Android, me vino genial.
Cierto, desde hace un tiempo hay cierto frenesí con las imágenes creadas por algoritmos (a las que, por algún truco mental que se me escapa, llamamos “reales”), así que lo que sigue podría sonar un poco pasado de moda. Hasta que uno descubre lo saludable que es para la psiquis el dibujar, pintar o tocar un instrumento musical. Pues bien, a falta de telas, papeles, pinceles, lápices, óleos y pasteles, tenemos estas pantallas táctiles motorizadas por unos buenos cerebros electrónicos que las convierten en un sustituto que, si bien no es perfecto, hoy funciona de maravillas. (Hace 10 años, pintar en el celular era una tortura.)
Así que me puse a probar lo que encontré en la tienda de Google, y acá van mis recomendaciones. Aparte de eso, y para que no se retiren sin toda la oferta, la NASA lanzó una app increíble y, para los que padecemos las épicas lagunas de Windows 11, atentos, porque al final les traigo algo que es oro en polvo.
El lienzo digital
Vamos por las apps de dibujo y pintura. Todo esto es opinable, pero la que más me gustó fue Sketchbook. La razón es sencilla: el principal obstáculo con que choca el desarrollador de una de estas apps es que la pantalla es muy pequeña (comparada con un block de hojas sobre un tablero con una mesita al lado para las herramientas). Sketchbook brilla por su sencillez, con todo organizado en una barra sencilla arriba, que deja el espacio entero de la pantalla para trabajar.
Como es vox populi entre los que nos dedicamos a alguna clase de actividad artística, el medio puede ser inspirador también. Hay entornos (una app, un instrumento digital, un software) que inspiran y otros que no. Sketchbook fue el único con el que pude hacer abstracción de que estaba trabajando con un telefonito y ponerme a pintar. Con mis limitaciones técnicas, desde luego; pero ese es otro asunto.
El siguiente es Paintastic, que es casi tan simple de usar como Sketchbook, si bien con una interfaz menos cuidada, y, cabe aclararlo, está orientado a otra clase de obras, más de diseño gráfico que de dibujo y pintura. Así que podría ser una mejor opción para muchos lectores.
Probé asimismo Ibis Paint X, que está en la misma tónica que Sketchbook, pero es un poco más confuso y, sobre todo, importuna excesivamente con mensajes de ayuda (son útiles, pero denotan que la interfaz es poco intuitiva) y con videos que es menester ver para obtener nuevas herramientas. Podés evitarlos, pero una vez que aceptás verlos, se ponen odiosos. Prefiero, por lo tanto, recomendar Tayasui Sketches, que es fácil de usar, con buenas opciones y se limita a informar que hay más herramientas en la versión Pro.
Así que ahí tienen, tres buenas apps para dibujar y pintar. Para los veteranos, que alguna vez invertimos un dineral en tabletas digitalizadoras, el que algo así se pueda hacer con un dispositivo de este tamaño es literalmente milagroso. Las biromes con puntero para pantallas táctiles se consiguen fácilmente (no recomiendo trabajar con el índice), y la actividad creativa es no solo sumamente sanadora y satisfactoria, sino una en la que la IA todavía sigue naufragando.
Apuntar y descubrir
¿Y qué lanzó la NASA? Como saben, la Estación Espacial Internacional (ISS; por sus siglas en inglés) orbita la Tierra unas 15 veces por día (15,49 para ser exacto). Eventualmente, pasa por donde vivís cuando es de noche y la podés llegar a ver. El problema es pasa rápido y no es fácil de divisar, así que la agencia espacial estadounidense ofrece ahora Spot the Station, que te permite apuntar el teléfono al cielo y ubicar con notable exactitud (lo probé, obvio) por dónde está pasando la ISS. En tiempo real, claro. Impecable.
Además de eso, te va a avisar con una notificación cuando la aparición de la ISS en el cielo nocturno sea inminente. La estación es importante por un montón de razones, pero sobre todo porque nos permite vislumbrar, aunque sea de lejos y por unos instantes, cuánto mejor sería la civilización si las naciones cooperaran en paz con la vista puesta en lo mejor de nuestra especie, y no en sus peores y más primitivos (primitivos significa obsoletos) instintos.
Sonamos
En cuanto a Windows 11, si estás sufriendo el que no haya una forma rápida y sencilla de cambiar la interfaz de audio en tu computadora o notebook, acá está la solución: SoundSwitch, de software libre y muy fácil de configurar. Tiene un montón de funciones, pero lo más sencillo es asignarle un atajo de teclado al cambio de placa de sonido (por ejemplo, entre la que viene en tu notebook y las de tus auriculares), y listo. Funciona asimismo con Windows 10. No más lidiar con menús. Somos grandes, muchachos.
Aparte, SoundSwitch permite crear perfiles, de tal modo que, por ejemplo, al iniciarse una aplicación Windows cambie automáticamente de interfaz de audio. Como debe ser, que para eso inventamos las computadoras, no para estar repitiendo la misma tarea a mano todos los días.
Si acaso te estás preguntando qué es una interfaz de audio (o placa de audio o tarjeta de sonido, solo que hoy en general ya no son tarjetas), se trata del componente para reproducir o grabar sonido en tu computadora. En una notebook suele ser el audio integrado y nada más, pero desde la pandemia a casi todos se les vino a sumar la interfaz de audio de los auriculares para videoconferencia. En una estación de trabajo, ni hablar. Mi computadora tiene cinco interfaces de audio: la integrada en el motherboard, la del monitor, la del otro monitor (en ambos, vía la placa de video de Nvidia), la de los auriculares y la de un sintetizador Yamaha que se conecta por USB y que, al ofrecer la mejor calidad de audio por lejos, uso para escuchar música.
Tal como salió de fábrica, Windows 11 era todavía menos amigable para cambiar entre interfaces de audio, pero la solución, que llegó con una de las últimas actualizaciones, solo mejoró un poquito el escenario y hay que seguir usando el mouse para algo que no debería ser un trámite. Podrías usar AutoHotKey (sí, OK, está bien) o directamente escribir un guion (seguro, en otra vida), pero el caso es que un atajo de teclado, simple y rápido, sigue ausente en Windows. ¿Por qué? Misterio.
Fuente: La Nación
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