Mauricio Macri íntimo: encuestas, armado para jugar en 2023 y el «no» de Awada

«No sé cómo va a decir que no», dice un corpulento hombre, y lo conoce hace treinta años. Mauricio Macri prefiere evitar decir lo que piensa sobre su candidatura, es consciente de que está a un paso de jugar abiertamente como candidato a presidente y sabe que la interna de Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta no va a terminar hasta que él dé el primer paso: bendecir a Patricia o poner su nombre en la boleta. La hemorragia interna de Juntos por el Cambio se siente y puede destruir la base constitutiva del espacio si se convierte en una guerra sin cuartel, Macri lo sabe y pide evitar el fuego amigo. 

Son días complejos para la pequeña mesa chica del calabrés, que escucha con frecuencia la mirada de tres consultoras que lo miden en ciudades del interior para ver qué pasa con su imagen dada la situación económica actual. Los reciclados hermanos Nejamkins, Isonomía y Poliarquia, los que van monitorear el humor social y la percepción sobre la figura del expresidente. Reacciones sobre temas de actualidad, expectativa del año que viene, las incógnitas que buscan resolver para empoderar o enterrar el proyecto Mauricio 23 que ya está en marcha en las mesas políticas del PRO.

Un consultor que trabaja con el macrismo hace quince años lo graficó con claridad: «Si vos encerrás un gato, si no le das opción, el gato ataca y juega», explicó. El armado de Mauricio Macri por ahora no falla, donde llega es recibido y en voz baja todos le piden que juegue. Los malos recuerdos de un plan antiinflacionario que no funcionó empiezan a diluirse a medida que el 50% de inflación que dejó Juntos por el Cambio es al menos duplicado por el actual Gobierno. Siempre recuerda en privado Alberto Fernández que nadie gobernó con pandemia y con una guerra en el medio, pero Macri se pregunta por qué entonces nadie en la región tuvo los problemas económicos que tiene Argentina.PUBLICIDAD

Esgrima verbal propia de un presidente y un expresidente que no tienen diálogo pero sí vasos comunicantes. Los herederos de la marca PRO son esencialmente Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, más allá de la legítima intención de Vidal de jugar en 2027 y prepararse siendo protagonista del Gobierno de Juntos por el Cambio en 2023. «Horacio no lo convence, pero Patricia no la gobierna, y eso para Mauricio no es fácil de digerir», detalló en Tabac un amigo de Macri.

Inspirar confianza y ser predecible, un desafío por delante para Bullrich que reparte pecheras con su rostro a todos los dirigentes que la consultan, pero no se pone ninguna por las dudas. Lo cierto es que Macri desconfía de un acuerdo en el que la figura de Sergio Massa pueda estar a menos de cien kilómetros, no quiere saber nada con Sergio «ventajita» Massa, a quien así bautizó y dañó irreparablemente Macri y con Martín Lousteau, a quien critica en todas las reuniones. 

Macri cree que si es presidente, esta vez está decidido a llevar a cabo las reformas necesarias para dar por terminada la decadencia nacional. Reforma gremial, laboral, apertura al mundo con acuerdos bilaterales con grandes potencias que inviertan en Vaca Muerta y compren alimentos argentinos, fin del vínculo con las dictaduras de Nicaragua, Venezuela y Cuba, depuración de la Justicia y la AFI (algo que no hizo cuando tuvo la oportunidad con el botón de muestra del juez Norberto Oyarbide, ícono de lo prostibulario de los noventa a su muerte) y modernización con achicamiento del estado, tarea que emprendió Andrés Ibarra, hoy encaminado a ser presidente de Boca con otros antiguos amigos de Macri.

«Más austeros que nunca, hay que dejarse de joder con los gastos y achicar todo, ni choferes, ni teléfonos, ni comidas ni nada, se terminó», repite como un mantra. Su problema es mucho más sencillo de lo que los periodistas bosquejamos: su mujer no quiere. Juliana Awada tiene pesadillas de la época de Macri presidente, disfruta del Macri expresidente, de los viajes en familia y el tiempo juntos, sabe que eso tiene un dead line insoslayable: 10 de diciembre de 2023 con Macri presidente.

«La jaula de Oro» como llama el expresidente a Olivos, es molesta para Awada, acostumbrada a un life style libre y lleno de amistades, la esposa de Mauricio lo persuade, lo convence, le explica una y mil veces por qué no tiene que ser, pero a pesar de que Macri coincide, el proyecto presidencial sigue creciendo de la mano de Hernán Lombardi, Darío Nieto, Fernando de Andreis y los equipos técnicos de la Fundación Pensar. 

La Ciudad ya tiene su bendición, Jorge Macri logró las tres apoyaturas necesarias para ser el próximo jefe de Gobierno tras acordar la bajada de Waldo Wolff, halcón duro que eligió acompañar y hoy es una de las cuatro sillas de la mesa del macrismo porteño. Macri sí logró descomprimir la situación y no lo ve a Lousteau como un problema, por lo que apuró un acuerdo, foto y a otro tema. En el interior los tejidos son más complejos y aparecen las divisiones en las que sólo Macri puede unir. La madre de todas las batallas, lo más complicado de dirimir.

Mauricio Macri prefiere que el próximo gobernador sea de los duros. Diego Valenzuela, intendente de 3 de Febrero y respetado por Macri, Javier Iguacel, par de Capitán Sarmiento y quien denunció a Cristina Kirchner, hoy enrolado dentro del ala de Patricia Bullrich, Cristian Ritondo también tiene la bendición de Mauricio Macri. El único que no la tiene ni tendrá jamás es Diego Santilli, el mejor posicionado hoy para jugar la interna pero quien nunca quiso ni respeta Macri, no lo ve confiable a él ni a su entorno. Santilli no crece y se lo hizo saber enojado a su equipo, pero es quien más mide en la interna y recorre la provincia con bajadas quincenales a La Matanza, donde Lalo Creus, Héctor Toty Flores y Alejandro Finocchiaro pretenden ser los protagonistas del fin de cuarenta años de peronismo sin pausa. 

Macri se prepara para su segundo tiempo, con ganas y energía, pero con las dudas de saber qué estará dispuesta la sociedad a soportar tras cuatro años desastrosos de un peronismo huérfano con lo peor del cristinismo crispado como oposición antidemocrática.

Fuente: Mendoza online

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