El juez federal Daniel Rafecas encabezó ayer una inspección en el convento de General Rodríguez y secuestró una agenda y comprobantes de obras que confirman que José López , diez años antes de ser detenido entrando bolsos al monasterio, tenía ya una relación con los religiosos del lugar.
«Se secuestraron documentos que muestran relación previa», anunció Rafecas ayer al mediodía, después de varias horas de revisar el lugar. Los documentos incluyen pruebas de refacciones, ampliaciones y otros gastos pagados por la Secretaría de Obras Públicas, que dependía de López, tanto en la Basílica de Luján como en el monasterio de General Rodríguez. Ratifican que la relación original era con Rubén Di Monte, el obispo fallecido este año, que se retiró en el convento después de haber tenido la basílica a su cargo.
Entre los papeles secuestrados hay constancias de subsidios y pedidos de ayudas que llevan adjuntos presupuestos, todos dirigidos a López; los más antiguos, de 2005, 2006 y 2007, según informaron fuentes judiciales.
La semana pasada, LA NACION había dado cuenta ya de un documento de 2007 que probaba que el kirchnerismo había gestionado recursos para financiar la vivienda en la que Di Monte se refugió hasta su muerte, en abril pasado, dentro del monasterio de General Rodríguez.
Ayer, Rafecas visitó el convento acompañado por tres agentes de la Policía Federal, los dos abogados defensores de López y tres investigadores de la Oficina Anticorrupción, el organismo del gobierno nacional que es querellante en esta causa y que había pedido la inspección.
El material que secuestraron incluyó una computadora que estaba en la oficina que usaba Di Monte y también una agenda de 2006 donde aparecía López con sus teléfonos de la oficina y un número celular. Según informaron a LA NACION fuentes judiciales, en lo revisado hasta ahora no apareció ninguna referencia a otros ex funcionarios kirchneristas que también tenían relación con Di Monte, como el ex ministro Julio De Vido.
La inspección duró más de tres horas. Los funcionarios judiciales entraron en todas las habitaciones y revisaron fotos y cuadernos. El juez relató que se habían chequeado «todas las dependencias privadas, de forma exhaustiva y completa».
Entre ellas, la habitación de Celia Inés Aparicio (la hermana Inés), que es la más comprometida en la causa contra López.
En los registros de los videos de seguridad del monasterio de la noche que el ex secretario fue detenido se la ve entrando bolsos desde una galería donde había un arma apoyada en el piso. Está citada a declarar mañana en indagatoria. También, la de Alba Día de España Martínez Fernández (la madre Alba), la otra religiosa complicada en el caso. Es la responsable del convento y cruzó llamadas esperando la llegada de López, según dio por probado el fiscal Federico Delgado. Pero la madre Alba tiene más de 90 años y su estado de salud es crítico; por el momento, todo indica que no está en condiciones de enfrentar un proceso penal, informaron fuentes del caso.
Además, en el convento viven otras dos religiosas: las «penitentes» Marcela y María. Los investigadores creen que no están comprometidas. Rafecas las citó a declarar también mañana, pero en condición de testigos, no como acusadas.
En su informe a la prensa, el juez confirmó también que hoy declarará en la causa Jesús Ojeda, el testigo que llamó al 911 y denunció a López.
El fiscal cree que las religiosas encubrieron al ex secretario de Obras Públicas. No sólo porque lo ayudaron a ingresar los bolsos con nueve millones de dólares al monasterio. También, porque le abrieron las puertas de madrugada, no se inmutaron a pesar de que él llevaba un arma, lo tuvieron dentro del monasterio una hora y media, y, cuando llegó la policía, «intentaron impedir su ingreso».
De acuerdo con el testimonio de los policías que detuvieron a López, la hermana Inés les negó incluso que hubiera un hombre con ellas cuando la policía tocó timbre. Mañana tendrá su oportunidad de defenderse en el juzgado de Rafecas.
Paz Rodriguez Niell
Fuente: La Nación
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