Las medidas económicas de Alberto Fernández ayudan pero no lograrán contener la inflación

Encender la economía» fue el slogan de campaña del presidente Alberto Fernández. Una vez en Casa Rosada, el líder del Frente de Todos orientó las medidas de su primer mes de gestión a contener la inflación y mejorar el poder adquisitivo de la población. Aumentar los sueldos de los trabajadores privados y estatales por decreto, congelamiento de tarifas y transporte, cambios en los aumentos jubilatorios, suba generalizada (y «solidaria») de impuestos, freno a la suba de combustibles, Precios Cuidados, tarjeta alimentaria y refuerzos del cepo al dólar estuvieron entre las medidas centrales de los primeros 30 días del nuevo Gobierno. El panorama, sin embargo, está lejos de solucionarse: todo el plan depende de que la renegociación de la deuda externa (tanto con el FMI como con los privados) sea exitosa. Además, todo alivio al proverbial bolsillo será efímero si no se contiene la inflación, tarea dificultada por el crecimiento de la emisión monetaria. Los expertos consultados por PERFIL coinciden en que las medidas servirán de contención en el corto plazo, pero deben suplirse con un plan a futuro que sirva para controlar los precios. «Todas son recetas de corto plazo, pueden andar, unas semanas o incluso algunos meses. Es difícil pensar que esto sea una solución de fondo, a lo sumo puede tener éxito en lo inmediato, pero te hacen muy vulnerable a lo que pasa con el dólar», consideró Miguel Boggiano, economista y CEO de Carta Financiera. En esa línea, el especialista cuestionó también el decreto de aumento salarial a privados: «No tiene muchas chances porque en términos totales de la economía tampoco es tanto. Además, es un incremento que le fuerzan a hacer a las PYMEs que no tienen ni de donde sacar la plata». Y advirtió: «Acá el gran tema va a terminar siendo, dado que tenemos el cepo, la famosa brecha». Especialistas critican la emergencia de Alberto: «parche», «paliativo» y «cortoplacista» El analista económico Damián Di Pace remarcó que nuestro país arrastra una fuerte inflación del año pasado que condiciona el presente. «Argentina está en un proceso donde se intenta desindexar la economía congelando variables como servicios públicos de luz, gas, transporte público, naftas e incluso el tipo de cambio mayorista por que el minorista es de casi cerrado acceso. Paralelamente, se intenta indexar ingresos vía aumentos que permitan recuperar la demanda. Es muy importante que el próximo paso sea darles señales a la oferta para recuperar la inversión y que el plan sea sostenible en el tiempo», indicó. Andrés Asiain, economista y director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), consideró que la seguidilla de medidas no tenían como meta frenar el alza de precios, sino atender la emergencia social. «Son políticas para paliar algunos de los efectos de la fuerte crisis en los sectores de menores recursos a la espera de que se arme un programa económico que apunte realmente a parar la inflación», manifestó. Las medidas no tienen tanto que ver con contener la inflación como con paliar la situación de crisis y de emergencia , dijo Asiain Para Di Pace, la inflación tendrá un piso del 3 por ciento hasta mayo, cuando vence el congelamiento de muchas de las variables anunciadas. «El gran dilema es como el nuevo cuadro tarifario de servicios públicos y el acuerdo sobre transporte público puede impactar en la inflación en el segundo semestre del año. Este análisis solo sin descontar que aún no tenemos aprobado un presupuesto, ni la política fiscal ni monetaria para reequilibrar las variables macroecómicas en el tiempo», consignó. Por su parte, Asiain opinó que el mantenimiento de la estabilidad del dólar y el congelamiento de tarifas van a hacer que la tendencia inflacionaria tiende a descender. «Estará —estimamos— entre 3% y 3.5%, pero sigue siendo elevada porque vivimos en una inercia inflacionaria. Para pararla se requiere otro tipo de políticas, de graduales a de shock», destacó. Pese al congelamiento, la inflación no bajará del 3% mensual este semestre Los expertos coinciden en que el freno de la inflación está condicionado al cierre de la negociación de la deuda por parte de la actual gestión. Un tema que, si bien el propio Presidente dijo que no era prioritario ni bien asumir, la Casa Rosada va a tener que abordar a la brevedad por la cercanía de algunos vencimientos. «Si eso se logra rápido es posible avanzar en muchos campos que son de expectativas», señaló Di Pace. Boggiano agregó: «Si entramos en default el dólar se va a ir a cualquier lado y también la inflación. Por eso va a estar muy atada al éxito de una eventual reestructuración de deuda, de la parte externa en dólares pero también de la parte local en pesos». En 2019, el Banco Central hizo una emisión de $486.404 millones Otra de las preocupaciones en el terreno económico es el aumento de la base monetaria, es decir, el dinero que circula en el mercado, una variable que creció en los últimos meses de la gestión de Mauricio Macri y se reforzó aún más con Fernández. En total, en 2019 se incrementó en $486.404 millones; pese a esa suba anual del 35%, como la inflación llegó al 55%, en términos reales la cantidad de dinero en circulación disminuyó. «Argentina tomó permisos de transferencias transitorias del Banco Central para asistir al Tesoro del anterior gobierno más emisión actual por $ 400.000 millones. Es clave que frente a la caída que había tenido la demanda del peso argentino se recupere en este primer trimestre. El desafío es importante por que para ahorrar las tasas en pesos serán reales negativas frente a la inflación», afirmó Di Pace. Y completó. «Es necesario aumentar la base monetaria porque el país no tiene forma de salir a los mercados a endeudarse e intenta colocar algo de deuda en pesos en el mercado, pero aún así no cubre el déficit fiscal». Es necesario aumentar la base monetaria porque el país no tiene forma de salir a los mercados a endeudarse, dijo Di Pace Boggiano destacó: «Es preocupante el aumento de la base monetaria, pero lo es más que no sepamos cuánto más van a poder emitir, y por más que tengan el cepo, esto ya lo vivimos. Si tenemos el dólar oficial en 60 y el paralelo o el CCL vale 100, tenés un problema enorme». Asiain, en cambio, dijo que no es preocupante esta cuestión: «No creo que sea un problema, es al contrario. Falta moneda para impulsar un poco la reactivación. La base monetaria no estaba creciendo al ritmo de los precios y eso hacía que hubiera problemas de liquidez».

Fuente: Perfil.com

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