CARACAS.- El jueves del paro cívico nacional parecía domingo entre el 60 y 70% del territorio venezolano. Algo parecido a un feriado en el que la fiesta se cambió por la sangre: por lo menos dos jóvenes murieron tras la represión brutal de agentes gubernamentales y colectivos revolucionarios. Los heridos se contaban por decenas.
Los escenarios violentos se multiplicaron en los puntos más calientes del país, en especial Barquisimeto, territorio de batalla ayer, pero también en el Petare caraqueño, una de las mayores villas miseria de América latina.
Cuerpos de rescatistas confirmaron a LA NACION que por lo menos 60 manifestantes resultaron heridos, ocho de gravedad. En Miranda cayó Ronney Tejera (24 años), tras recibir un proyectil presuntamente disparado por paramilitares, y en Carabobo lo hizo Andrés Uzcátegui (23), durante los enfrentamientos con la Guardia Nacional.
El resto del país se repartió entre una especie de sábado lento y una normalidad fingida, porque Venezuela dejó de ser normal hace mucho tiempo. Según la patronal del comercio, el 85% de los comercios no abrió. Sólo el 20% de los médicos acudió a los hospitales para el servicio de urgencias. El paro del transporte, sacudido por una guerra para subir las tarifas pulverizadas por la inflación, alcanzó el 90%, según la patronal.
«Hemos vuelto a triunfar, el paro cívico fracasó. Quien tenga ojos que vea y lea bien. Las industrias básicas y petroleras están trabajando al 100%»»
La pulseada de 24 horas entre gobierno y oposición se prolongaba anoche, pero tanto uno como el otro habían cantado victoria antes de las 12 primeras horas. La Mesa de la Unidad Democrática sí cubrió parte de sus objetivos con la semiparalización de Venezuela, que cuenta con más de cuatro millones de empleados públicos. Algunos se dedicaron a pasear de arriba abajo en el centro de la capital, como para hacer bulto.
En Caracas, el gran escenario observado por los ojos del mundo para medir fuerzas, el Este paró absolutamente y en el Oeste se aparentaba cierta normalidad. «Yo no quería abrir mi tienda, pero los colectivos revolucionarios nos dijeron que si no lo hacíamos, nos saqueaban o quemaban la tienda», describió a LA NACION un vendedor de pantalones en el barrio popular de Catia.
Pero en el centro administrativo, en los alrededores del Palacio de Miraflores, una buena parte de las calles aparecía desolada, entre cierres de comercios y la desaparición del transporte urbano.
«La gente que sí trabaja decidió parar en protesta contra el gobierno y el fraude de la Constituyente», resumió el gobernador y líder opositor Henrique Capriles. En el resto del país hubo zonas de gran seguimiento, como en Táchira, Mérida, Lara y Zulia, incluso mayor que en Caracas. Y tantos enfrentamientos como en la capital, donde los agentes policiales y militares volvieron a utilizar fuerza desmedida para disolver los piquetes en las calles.
Transcurridas 12 horas en el día número 111 de las protestas, la ONG Foro Penal sumaba 172 nuevos detenidos a los 4072 previos, de los que más de mil permanecen en las cárceles. La cifra de presos políticos ascendió a 444 y promete nuevas incorporaciones en las próximas horas.
El éxito opositor fue directamente proporcional a la embestida protagonizada porNicolás Maduro , que en una aparición televisiva ordenó detener de inmediato a un dirigente opositor y a otro le dijo que tiene preparada una celda con su nombre.
«»He ordenado capturar a todos los terroristas en tiempo real. Este muchacho estúpido [el diputado opositor Freddy Guevara] ya tiene su celda lista. Estoy esperando la Constituyente. Terrorista imbécil»
«He ordenado capturar a todos los terroristas en tiempo real», decretó el presidente. Entre ellos a Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento. «Este muchacho estúpido ya tiene su celda lista. Estoy esperando la Constituyente. Terrorista imbécil», dijo Maduro. Guevara, mano derecha de Leopoldo López en Voluntad Popular, había publicado una fotografía en sus redes sociales donde se observaba el éxito del paro en El Silencio, zona colindante al Palacio de Miraflores.
El gobierno mantiene los comicios para elegir a más de 500 delegados de la Asamblea Nacional Constituyente para el 30 de este mes, pese a los más de siete millones de votos recogidos en la consulta popular del pasado domingo reclamando lo contrario.
Maduro también responsabilizó a Carlos Ocariz, uno de los coordinadores del plebiscito y alcalde del municipio de Sucre, por los enfrentamientos acaecidos a las puertas del canal chavista Venezolana de Televisión (VTV), donde incluso fue quemada una garita policial y donde los guardias no dudaron en robar a los vecinos.
«Hemos vuelto a triunfar, el paro cívico fracasó. Quien tenga ojos que vea y lea bien», sentenció el presidente más allá de los hechos, apoyándose en que las industrias básicas y petroleras «están trabajando al 100%»
Fuente: La Nación
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