Cristina Kirchner reaparece con sindicalistas aliados que impulsan una agenda incómoda

Cristina Kirchner reaparecerá pasado mañana en un acto rodeada de sindicalistas aliados que no comulgan del todo con la cúpula de la CGT y que son críticos de la gestión del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, uno de los funcionarios que siempre estuvo en la mira del kirchnerismo.

Si bien el mensaje que dará la vicepresidenta es una incógnita, su mera presencia puede interpretarse como una señal de respaldo a las demandas urgentes que este sector impulsa: un aumento general de los salarios por decreto, universalización de las asignaciones familiares y la reducción de la jornada laboral legal de 48 a 40 horas semanales como atajo para crear más empleo formal. Se tratan de medidas que el presidente Alberto Fernández no tendría por ahora en sus planes, según fuentes oficiales y sindicales consultadas por LA NACION.EL CONTRAATAQUE VENEZOLANO: UN TRIPULANTE DEL AVIÓN VARADO EN EZEIZA PRESENTÓ UNA DENUNCIA PENAL CONTRA EL DIRECTOR DE LA PSA

La reaparición de Cristina Kirchner será en un plenario de la CTA de los Trabajadores, en el Parque de la Estación, en Avellaneda. Será la oradora central de un encuentro que servirá de campanazo de largada para el proceso electoral de la central obrera, cuyo jefe desde 2006 es Hugo Yasky, quien buscará este año un nuevo mandato. “Cristina es nuestra principal referencia. Hacemos el acto con ella el 20 de junio para rescatar el pensamiento de Belgrano: la economía nacional, la distribución de la riqueza”, dijo Yasky, que además es diputado nacional del Frente de Todos.

En el plenario ceteísta, al que fueron invitados Pablo Moyano y Sergio Palazzo, los dirigentes de la CGT con los que más afinidad tiene el kirchnerismo, se planteará además la necesidad impulsar una protesta contra los formadores de precios por la escalada inflacionaria. La medida podría ser lanzada delante de la vicepresidenta en busca de un gesto de complicidad. Fue Cristina, en definitiva, quien a través de sus redes sociales apuntó contra los empresarios por la suba de los precios.

Hugo Yasky, jefe de la CTA de los Trabajadores
Hugo Yasky, jefe de la CTA de los TrabajadoresArchivo

Las palabras del supermercadista Federico Braun, que dijo con tono de broma que su empresa, La Anónima, “remarca precios todos los días”, sirvieron de atajo para unificar posturas. No sería descabellado que de la movilización de protesta participen movimientos sociales, piqueteros y sindicalistas. Restaría definir la postura del sector mayoritario de la CGT, que también identifica responsabilidad en el Gobierno por la alta inflación.

El plenario de la CTA se realizará en Avellaneda, muy cerca de donde sucedió el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, del que se cumplen la semana que viene 20 años. Podría haber en los discursos sindicales un guiño a los piqueteros para sumarse a la protesta contra “los formadores de precios” o a un probable boicot contra La Anónima, la compañía de Braun.https://platform.twitter.com/embed/Tweet.html?dnt=false&embedId=twitter-widget-0&features=eyJ0ZndfZXhwZXJpbWVudHNfY29va2llX2V4cGlyYXRpb24iOnsiYnVja2V0IjoxMjA5NjAwLCJ2ZXJzaW9uIjpudWxsfSwidGZ3X3JlZnNyY19zZXNzaW9uIjp7ImJ1Y2tldCI6Im9mZiIsInZlcnNpb24iOm51bGx9LCJ0Zndfc2Vuc2l0aXZlX21lZGlhX2ludGVyc3RpdGlhbF8xMzk2MyI6eyJidWNrZXQiOiJpbnRlcnN0aXRpYWwiLCJ2ZXJzaW9uIjpudWxsfSwidGZ3X3R3ZWV0X3Jlc3VsdF9taWdyYXRpb25fMTM5NzkiOnsiYnVja2V0IjoidHdlZXRfcmVzdWx0IiwidmVyc2lvbiI6bnVsbH19&frame=false&hideCard=false&hideThread=false&id=1534196649299529729&lang=es&origin=https%3A%2F%2Fwww.lanacion.com.ar%2Fpolitica%2Fcristina-kirchner-reaparece-con-sindicalistas-aliados-que-impulsan-una-agenda-incomoda-nid18062022%2F&sessionId=7d209a9863e0488ae1b45e9a841bf17094fe1291&theme=light&widgetsVersion=b45a03c79d4c1%3A1654150928467&width=550px

Antes de ser el anfitrión de Cristina, Yasky volvió a plantear la necesidad de otorgar un aumento salarial de emergencia por decreto, al margen de lo que son las negociaciones paritarias. La vicepresidenta, en su rol de virtual empleadora, deberá negociar durante las próximas semanas la paritaria con la Asociación del Personal Legislativo. Circulan versiones en despachos sindicales que ella y Sergio Massa, como jefe de la Cámara de Diputados, romperán la pauta anual del 60 por ciento. En 2021, ya lo hicieronotorgaron un aumento de 40% cuando la mayoría de las actividades privadas y el propio Estado habían avanzado con aumento de 29%.

A partir de la escalada inflacionaria, Moroni sufre casi a diario presiones desde el kirchnerismo para habilitar aumentos por decreto, como reclamaronYasky y Juan Grabois. El funcionario se mantiene firme y no cede, y argumenta que las subas salariales solo se darán a partir de las paritarias. Los Gordos de la CGT respaldan al ministro.

Presionó también con un pedido Pablo Moyano, que ordenó a su tropa de camioneros pintar las paredes de Buenos Aires para visibilizar su reclamo por la universalización de las asignaciones familiares. “No es justo que solo reciban el beneficio dos millones de trabajadores registrados cuando hay seis millones”, argumentó el hijo mayor de Hugo Moyano e integrante del triunvirato de mando de la CGT. Moyano estará mañana en el plenario de la CTA y se diferenciará del sector mayoritario cegetista, integrado por “los Gordos” (grandes gremios de servicios).

El reclamo de los camioneros, en pintadas callejeras
El reclamo de los camioneros, en pintadas callejeras

Podría haber reproches contra Moroni, el ministro de Trabajo que regresó esta semana después de haber estado más de 15 días en Suiza en el Congreso de la Organización Internacional del Trabajo. El malestar del kirchnerismo con el funcionario es de vieja data. Máximo Kirchner, en su rol de jefe del bloque de Diputados del Frente de Todos, caminó con pies de plomo cuando la CGT avanzó en el trato con la Unión Industrial Argentina (UIA) para reducir a 75% los sueldos durante la parálisis por el coronavirus. El diputado camporista le pidió por entonces a Moroni revisar un acuerdo particular por recortes salariales, algo que no sucedió.

“Mondelez, fábrica de alimentos, los puso a los trabajadores a producir golosinas bajo el paraguas de ‘industria alimenticia y servicio esencial’, se stockeó todo lo que pudo bajo el valor actual para venderlo vaya a saber cuándo y les baja el sueldo a los trabajadores suspendiendo la actividad. Equivocadamente, el Gobierno le homologó ese acuerdo”, dijo Máximo en una sesión. Desde entonces, Moroni siempre estuvo en la mira del kirchnerismo, a pesar de haber levantado el perfil con actividades y la firma de paritarias en 60 por ciento, una pauta de referencia que ya se proyecta como escasa.

Nicolás Balinotti

Fuente: La Nación

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