Con sensación térmica bajo cero en las calles, un plato de comida caliente no solo es alimento sino energía para afrontar una madrugada que se hace muy dura cuando no hay un hogar que abrigue y a veces ni siquiera un techo que oficie como mínimo reparo. Son cientos los que sufren esa condición, a diario, en las calles marplatnses y los voluntarios de La Noche de la Caridad van en busca de ellos, jornada tras jornada.
Este lunes, en coincidencia con quizás la jornada más fría de este año, toca a la Parroquia de la Vírgen de Fátima encender las hornallas, preparar las ollas y cocinar el plato del día: tallarines con salsa bolognesa marchan en las viandas que se repartirán, poco después de las 20, y que se esperan con ansiedad en esquinas que ya están estipuladas como punto de encuentro con los comensales de turno.
“Tenemos un sistema con rotación en cuanto a la responsabilidad para preparar las viandas”, señala Claudio, que es parte de esta organización y está junto con casi 40 colaboradores que en distintos roles aportan lo suyo, de manera desinteresada, para ayudar a los que menos tienen.
“Llevamos un plato de comida caliente para la gente que está en la calle y para otra que la tenemos identificada, por sus necesidades, y se les acerca alimento”, explicó a Teleocho Informa sobre ese abanico amplio de destinatarios que contempla en muchos casos también a adultos mayores, de escasos recursos y casi sin asistenia.
La Noche de la Caridad es una iniciativa de la Iglesia Católica a nivel nacional y en Mar del Plata tiene más de 20 parroquias en las que se concentra la misión. Es todas las noches durante todo el año. A veces con más demanda, otras menos. En esta época, con el agravante del frío, que complica a todos.
El reparto lo hacen autos particulares. Preparan una vianda con el plato caliente, pan, una fruta y también algo dulce que, en este caos, lo preparan mujeres que colaboran con la obra de la parroquia.
Todos quienes participan aportan tiempo y también algo de dinero. Ponen sus autos a disposición para hacer los repartos, para hacer compras, para ir a dar una mano. La iniciativa también, en el caso de esta parroquia, sumó “padrinos”, que son colaboradores que por mes donan 5000 pesos para la causa. “Mucha gente que colabora económicamente es de Mar del Plata y otros desde distintos puntos del país”, explicaron.
“Llamarlos por su nombre, acercar una oración y que en ello vean el rosto de Cristo hace que se sientan bien”, dice Claudio se lo que significa el encuentro con cada uno de los que recibirán algo más que una vianda de comida. “Es estar con ellos, hablarles, acercarles la palabra de Jesús y verlos como hermanos, todo eso hace que un poco las cosas cambien”, consideró.
Sobre el panorama que les toca atender, al menos desde esta obra, reconocen que el panorama se vuelve complicado porque la situación económica es difícil y también lo social. “Las temperaturas son bajas y se refugian donde pueden y cómo pueden”, dijo y lamentó que se amplíe la cantidad de gente que necesita de esta ayuda: “mucha gente quedó de la temporada viviendo en Mar del Plata”, reconoce
Para colaborar con La Noche de la Caridad recomendó acercarse a la parroquia más próxima y manifestar la intención de dar una mano. “En todas pueden ayudar”, remarcó.
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