Jubilados, eternos postergados

Un gran número de castigados adultos mayores se han sumado a los nuevos pobres de la Argentina. Más de 4 millones y medio perciben la jubilación mínima que alcanza apenas los $70.930, con más del 80% que no llega a cobrar dos jubilaciones mínimas. Por la disparada inflacionaria, el valor de la canasta básica de los adultos mayores o jubilados aumentó en un año el 107,8% y ya supera los $ 205.000, debido al impacto de los gastos en vivienda, alimentos y medicamentos.

Tras haber aportado durante toda una vida, el hecho de que quienes deberían estar disfrutando de sus años de retiro se vean forzados a depender económicamente de sus familias o de hacer changas, mendigar en la calle y hasta revolver tachos de basura para poder comer, es imperdonable.

No todos tienen la suerte de una “jubilada VIP” como Cristina Kirchner, quien cobra una doble pensión de privilegio que hacia marzo último era de 9,1 millones de pesos y equivalía a alrededor de 150 jubilaciones mínimas de entonces, mientras espera resolución por otros 130 millones de pesos de retroactivo. Más de 70 mil jubilados que litigaron y tienen sentencia firme siguen esperando que la titular de Anses y militante de La CámporaFernanda Raverta, ordene el pago de lo que se les adeuda antes de que pasen a mejor vida. Mientras un recurso en queja presentado ante la Corte Suprema para terminar con esta injusticia aguarda resolución, nadie debería olvidar que cuando Sergio Massa estuvo al frente de la Anses apelaba las sentencias para que los jubilados no cobraran los haberes que la Justicia fijaba.

El Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) reportó que el haber jubilatorio promedio en junio fue un 18% inferior en términos reales al de diciembre de 2019, cuando asumió Alberto Fernández.

La demagógica maquinaria preelectoral en manos de Raverta y Massa pergeña cómo sumar estos votos. Además de los recientes anuncios sobre nuevos créditos a tasa subsidiada para jubilados y pensionados, prepararían una actualización del paupérrimo bono extraordinario que complementa haberes por cobrarse en plena campaña electoral.

En el video protagonizado por Massa y actores en edad de ser jubilados que se conoció estos días, el precandidato les pregunta si saben que sus opositores estarían planeando eliminar al PAMI, aun cuando nadie anunció algo así. Si no se tratara de una ficción mal montada, algunos jubilados reales podrían haberle respondido que sería una excelente decisión habida cuenta de los negociados que se cocinan en esa guarida de La Cámpora en perjuicio de sus haberes, de su ineficiencia estructural alimentada incesantemente por una planta que solo en el último trimestre sumó más de 1100 empleados, con indecibles demoras en la atención médica y falta de insumos para intervenciones urgentes, pero siempre dispuesta a a engañar y adoctrinar convenientemente a millones de adultos mayores, cotillón mediante. No sin cinismo, Massa aconseja: “Nada mejor que un jubilado le cuente a otro jubilado”. Habría que explicarle al candidato que no necesitan que nadie les cuente lo que sufren cada día en carne propia.

La grave situación del sistema previsional forzará seguramente al próximo gobierno a considerar la impostergable reforma previsional, con un aumento de la edad jubilatoria. Lejos de robustecer con medidas razonables la financiación de un complejo sistema, la coalición gobernante solo supo seguir por las populistas sendas de las moratorias que favorecen a los incumplidores. Se sumaron millones de nuevos beneficiarios que no cumplían con la cantidad de años de aportes exigida, aumentando el gasto público y comprometiendo así a las futuras generaciones. Se estima que al concluir esta etapa, el 55% del total de los jubilados habrá accedido al beneficio previsional por una moratoria.

Por ahora, los jubilados no tienen nada que celebrar por fuera de la caducidad del absurdo y engorroso trámite de fe de vida. Ojalá no pase demasiado tiempo antes de que la Justicia pueda poner en caja tantas situaciones dolorosas. Y que quienes, al fragor de la campaña y con cara de piedra, solo suman vanas promesas a nuestros adultos mayores, reciban el merecido castigo en las urnas.

Fuente: La Nación

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