Genética sanadora

El Parlamento británico autorizó en 2015 la investigación y puesta en funcionamiento del tratamiento de donación mitocondrial. Fue el primer país en legalizarlo. Dos años después, una clínica de Newcastle también fue habilitada, si bien en 2016 un médico estadounidense ya la había implementado.

Recientemente, nació en el Reino Unido el primer bebé con ADN de tres personas. Se calcula que unos 6000 bebés británicos padecen trastornos mitocondriales que el procedimiento comentado busca resolver. En el mundo, se estima que la proporción es de uno cada 4300 nacimientos

Las mitocondrias son los compartimientos que casi todas las células del cuerpo tienen capaces de producir la energía. El método de reemplazo mitocondrial parte de una fecundación in vitro. Se introduce en el ADN de padre y madre, que totalizan un 99,8%, un 0,2% –unos 37 genes sobre un total de 20.000 que componen el genoma humano– de una madre donante sana, para evitar que la pareja transmita enfermedades incurables hereditarias causadas precisamente por defectos en el material genético.

La tercera donante en el procedimiento tiene que ser una mujer sana, de quien se toman lo que se conoce como “mitocondrias de óvulo”, que introducidas en el ADN de los padres inhiben el desarrollo de enfermedades graves y hasta mortales.

Desde el punto de vista bioético, lo más preocupante es que la técnica exige conformar dos embriones que serán a su tiempo destruidos para que quede un tercero con el material modificado. Prevalece así un criterio utilitario en franca negación de su condición de seres vivos en estadios tempranos de desarrollo.

Al hablar de técnicas aplicadas a los embriones, se plantean dilemas éticos y legales. La donación de ADN mitocondrial suscita, además, algunas dudas sobre su seguridad, respecto de cambios problemáticos, daños o incompatibilidad de las tres partes. Lo que puede resultar beneficioso en primera generación puede ser perjudicial para la siguiente. Se plantea también el impacto psicoemocional sobre el niño con tres padres genéticos. Aún no se pueden sacar conclusiones definitivas sobre la seguridad o eficacia del procedimiento. Dado que la finalidad sería terapéutica, nuestro Código Civil lo permitiría.

En un marco de respeto y cuidado por la dignidad y los derechos de las personas, disciplinas como la bioética reconocen los sanos objetivos de nuevas técnicas, pero lo hacen priorizando la vida en todas sus formas, atendiendo particularmente cuestiones controvertidas como la manipulación y destrucción de embriones.

Fuente: La Nación

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