El gobierno y el poeta

CARACAS.- “No he recibido felicitación, ni la espero. Yo tengo un desacuerdo con el régimen, pero tampoco estoy participando en política”. Son palabras de Rafael Cadenas, luego del anuncio del Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes. Es decir, un reconocimiento a uno de nuestros grandes poetas y ensayistas de nuestra historia resulta indiferente a un gobierno dominado por las solidaridades ideológicas y por la pompa y la trompeta para celebrar cualquier reconocimiento de sus seguidores.

Y este silencio delata una sensación que se puede fundamentar en el resentimiento y en la mezquindad. Quien lea los relatos de la Guerra Federal podrá advertir los sentimientos que se desarrollaron en nuestro país luego de la Batalla de Carabobo. Pero el premio al gran poeta no se afecta para nada por la falta de reconocimiento por parte del régimen de un hecho tan significativo para las letras venezolanas. Más bien, ocurre todo lo contrario: esta conducta aclara cualquier duda, si es que la había, que el socialismo del siglo XXI no reconoce méritos a nadie, sino a sus adláteres. Las universidades, academias, gremios y distintos sectores de la vida nacional han expresado su júbilo por lo ocurrido. Y esto llega cuando los venezolanos tienen razones que justifican un desánimo y decaimiento colectivo, luego de veintitrés años de fracasos, persecución política, abuso de poder, violación de derechos humanos y autoritarismo desbordado.

La palabra precisa y la belleza deslumbrante de la poesía de Cadenas, así como la claridad y sencillez de su prosa, son manifestaciones de rebeldía contra el lenguaje vulgar y el mal uso de las reglas de la sintaxis. El silencio oficial y la intolerancia con quienes piensen distinto es otra clave de la crisis venezolana.

Fuente: La Nación

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