Cuidar a los que cuidan

Lentamente el mundo parece ir dejando atrás la pandemia del Covid-19. Aquellos médicos al borde de sus fuerzas que recibían aplausos desde los balcones por su enorme compromiso hoy cuestionan a la sociedad sobre el lugar que les asignan.

Será el ímpetu juvenil el que llevó a movilizarse a los jóvenes médicos residentes porteños, aquellos que, desafiando las condiciones que la realidad local impone, quieren seguir trabajando y formándose en el país. Han tomado en sus manos la lucha por su dignidad. El reclamo por mejoras salariales ya lleva ocho semanas y sumó a gremios y colegas de distintos hospitales. “No se puede vivir de aplausos ni trabajar por 440 pesos la hora”, explican mientras exigen una recomposición salarial, y salario y ART para médicos concurrentes.

Una médica residente del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez resumió su situación al impulsar una petición en Change.org. Luego de una carrera de siete años en la UBA, decidió continuar su formación en pediatría con una carga de más de 90 horas semanales, a las que suma ocho guardias no remuneradas de entre 25 a 36 horas al mes. El mes último cobró 120.000 pesos, a razón de 340 pesos la hora. En una carta de lectores publicada recientemente, la doctora Lucía Caputi compartía el camino de sueños que fue concretando con esfuerzo y que la condujo a ser hoy jefa de residentes en un hospital público como pediatra inmunóloga. Gana 130.000 pesos al mes. Está clarísimo por qué tantos jóvenes recibidos en universidades públicas optan por continuar su formación y trabajar en el exterior.

No decimos nada nuevo al afirmar que el sistema de salud transita desde hace años una profunda crisis. Los que nos cuidan están dando visibilidad a la precariedad laboral con la que se enfrentan día tras día, con salarios paupérrimos y niveles de inversión insuficientes. Las demandas no se circunscriben a la ciudad de Buenos Aires o a alguna provincia: el clamor se escucha desde distintos puntos del país y el conflicto amenaza con agravarse en los hospitales. Solo en la Capital Federal, tras 12 días de paro ininterrumpido, la ausencia de 4500 médicos residentes se siente en consultorios vacíos, con reprogramaciones y demoras que afectan gravemente la atención.

En el gobierno porteño destacan que la inflación impide dotar del ritmo necesario al poder adquisitivo de los salarios. Los residentes demandan un mínimo de 250.000 pesos. El diálogo está en marcha y es de desear que la cuestión se dirima rápidamente.

Fuente: La Nación

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