Vida y obra de Fernando Pessoa en cinco rincones entrañables del museo que lo recuerda

En el número 16-18 de la calle Coelho da Rocha, primer piso derecha, Lisboa, vivió los últimos 15 años de su vida el poeta portugués más amado: Fernando Pessoa. La propiedad era un edificio con departamentos de alquiler al que el autor de El libro del desasosiego llegó con su familia y un contrato de locación.Vivió en Durban, en Sudáfrica, desde los siete a los diecisiete años.Vivió en Durban, en Sudáfrica, desde los siete a los diecisiete años.

Hoy, todo el inmueble está ocupado por un museo que visibiliza su vida y obra y que, además, alberga dos bibliotecas: una pública y especializada en Fernando Pessoa y en la poesía mundial y, además, la Biblioteca Privada de Fernando Pessoa, que contiene todos los libros del autor e incluso el pequeño mueble de madera donde los atesoraba.

Un recorrido por cinco rincones entrañables y reveladores de este espacio, para acercarse al poeta portugués más universal.

Yo y mi otro yo

La visita comienza, a contramano de lo usual, por el tercer y último piso. La idea no es subir, sino descender hasta el primero, donde se conserva el departamento que ocupó el poeta con su familia. En la última planta, entonces, el recorrido comienza por los muchos hombres que Pessoa fue en su obra.El escritor no solo fue prolífico hasta el paroxismo sino que atribuyó sus poemas, artículos, ensayos y críticas a un puñado de personajes, que también eran él. Foto: ClarínEl escritor no solo fue prolífico hasta el paroxismo sino que atribuyó sus poemas, artículos, ensayos y críticas a un puñado de personajes, que también eran él. Foto: Clarín

El escritor no solo fue prolífico hasta el paroxismo sino que atribuyó sus poemas, artículos, ensayos y críticas a un puñado de personajes, que también eran él. Esos heterónimos son parte constitutiva de su obra y alcanzaron el número de 75, entre los que destacan Alberto Caeiro, Alexander Search, Álvaro de Campos, Bernardo Soares y Ricardo Reis.

En una de las primeras paradas del recorrido, una sala se dedica a perfilar a estos heterónimos, compilar sus producciones (que son las de Pessoa, claro).Fernando Pessoa quería que sus heterónimos fueran leídos como escritores distintos. Foto: ClarínFernando Pessoa quería que sus heterónimos fueran leídos como escritores distintos. Foto: Clarín

“Son heterónimos porque tienen fechas de nacimiento y muerte, determinadas por Pessoa a través de elaborados cálculos astrológicos, y una biografía propia. Los textos firmados por ellos forman conjuntos coherentes, sobre todo de poemas, escritos con estilos y temas diferentes. Pessoa quería que fueran leídos como escritores distintos”, aclara el texto curatorial en un panel.

El golpeteo de las teclas

La máquina de escribir Royal 10 (Lower Stenor, número de serie X437780) construida en 1919 puso sonido a los textos que el autor mecanografió en la oficina de la empresa Moitinho d´Almeida Lda., dedicada a las importaciones y exportaciones, donde el poeta trabajaba, así como lo hacía en otras firmas como trabajador independiente.La máquina de escribir Royal 10 (Lower Stenor, número de serie X437780) construida en 1919 puso sonido a los textos que el autor mecanografió en la oficina de la empresa Moitinho d´Almeida Lda. Foto: ClarínLa máquina de escribir Royal 10 (Lower Stenor, número de serie X437780) construida en 1919 puso sonido a los textos que el autor mecanografió en la oficina de la empresa Moitinho d´Almeida Lda. Foto: Clarín

“Pessoa colaboró con la compañía entre 1923 y 1935. Además de ocuparse de la correspondencia comercial, usaba el espacio y material de la oficina para trabajos literarios: tenía la llave y autorización para presentarse ahí en cualquier horario”, se indica en el cartel que acompaña la máquina.

Todos los libros

Los papeles del poeta, hallados en un baul tras su muerte, no se encuentran en la Casa Museo, pero sí se exhiben ahí –en el segundo piso– muchos de los libros que conforman la biblioteca personal del escritor. No son demasiados y se los puede ver a través de un vidrio que los protege.La casa exhibe los libros que conforman la biblioteca personal del escritor. Foto: ClarínLa casa exhibe los libros que conforman la biblioteca personal del escritor. Foto: Clarín

“Pessoa comenzó a construir su biblioteca en los años que vivió en Sudáfrica, cuando estudiaba en la Durban High School. Las temáticas que le interesaban eran muchas y muy diferentes: de las novelas policiales a la frenología (el estudio de las formas del cráneo), de la poesía clásica a la quiromancia (la lectura de las manos), de la mecánica a la gimnasia”, se explica. Esta colección conforma el corazón del Museo, según su directora Clara Riso.https://www.instagram.com/p/C2hSmuJolxg/embed/captioned/?cr=1&v=14&wp=858&rd=https%3A%2F%2Fwww.clarin.com&rp=%2Fcultura%2Fvida-obra-fernando-pessoa-rincones-entranables-museo-recuerda_0_UdKVqkuRUz.html#%7B%22ci%22%3A0%2C%22os%22%3A863.5%2C%22ls%22%3A119.09999996423721%2C%22le%22%3A627.8000000119209%7D

Buena parte de los volúmenes está escrita en inglés, pero también leyó libros en francés, español, griego, gallego, latín, italiano y portugués, por supuesto.

“Los libros que pertenecieron a Fernando Pessoa constituyen la mayor colección que conservamos y divulgamos. Nos permiten conocer el universo creativo del escritor, revelando su faceta de lector. Colaboramos regularmente con investigadores para estar al día de las investigaciones y nuevos conocimientos sobre la obra de Fernando Pessoa”, explican en la Casa Museo.

Un par de lentes

En el primer piso, finalmente, se encuentra el departamento que habitó el poeta. Una señalización dibuja en el piso la planta de aquel inmueble en el que convivían el escritor con varios miembros de su familia.En el primer piso, finalmente, se encuentra el departamento que habitó el poeta. Foto: ClarínEn el primer piso, finalmente, se encuentra el departamento que habitó el poeta. Foto: Clarín

Ahí la colección exhibe objetos personales como su set de barbería hasta los lentes que sintetizan los trazos de su rostro inmortal, el contrato de alquiler de esa vivienda, una carta personal, la cómoda que usaba y el baúl del que fueron rescatados sus manuscritos (unos 30 mil papeles prolijamente organizados en listados que indicaban como podían ser publicados).

La última frase

Cuentan que el 29 de noviembre de 1935, los dolores llevaron a Pessoa al Hospital de São Luís dos Franceses. Tenía 47 años y el diagnóstico que le dieron fue: «cólico hepático». Hoy se estima que podría estar padeciendo entonces una colangitis aguda causada por un cálculo biliar.https://45ce3e361668cc21595ae5030f319d3b.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.htmlEl museo conserva la última frase que escribió, anotada sobre un papel impoluto, que en inglés dice: “I know not what tomorrow will bring” (No sé lo que traerá el mañana...). Foto: ClarínEl museo conserva la última frase que escribió, anotada sobre un papel impoluto, que en inglés dice: “I know not what tomorrow will bring” (No sé lo que traerá el mañana…). Foto: Clarín

Murió como consecuencia de las complicaciones del cuadro y se cree que empeoradas por una cirrosis que le había ido construyendo el consumo de alcohol. En los últimos momentos de vida, dicen, pidió que le alcanzaran sus lentes y llamaba a sus heterónimos.

El museo conserva la última frase que escribió, anotada sobre un papel impoluto, que en inglés dice: “I know not what tomorrow will bring” (No sé lo que traerá el mañana…). Una sala está especialmente dedicada a esa página. Vuelan sobre ella, papeles como aves, creando un efecto conmovedor.

La Casa Fernando Pessoa tendrá una programación propia en la Feria del Libro. En el Pabellón 9, presentará una serie de actividades entre las que se cuentan lectura de fragmentos del Libro del desasosiego, en portugués y castellano, con el Grupo Amador de Teatro en Portugués del Centro Camões en Buenos Aires.


Sobre la firma

Débora CamposDébora Campos

Editora de la Revista Ñ y Culturadecampos@agea.com.ar

Fuente: Clarín.com

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