Sacar el arte argentino al mundo: Oxenford llevó su colección a San Pablo

En el medio de la sala, una escultura con forma de muñeco de nieve se revela inquietante. Está construido de pelo humano que el artista Diego Bianchi recolectó en peluquerías y es una de las obras más recientes del reconocido creador, emblema del arte contemporáneo argentino. Detrás, una colorida instalación de afiches de la serie Ventanas (2011) de Mariela Scafati, ofrecen una mirada compasiva del abismo que son las emociones.

Son solo dos de las 71 obras de 48 artistas que integran Un lento venir viniendo – Capítulo II, inaugurada en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo, que es la segunda parte de la exposición itinerante que el coleccionista argentino Alec Oxenford impulsa en Brasil para mostrar su pasión y su convicción de apoyar a los artistas locales.

«Es un milagro, un momento de enorme gratificación porque San Pablo es la capital cultural de Sudamérica por su cantidad de museos, de visitantes», señaló a Clarín Cultura Alec Oxenford, cofundador de las tecnológicas OLX y Letgo. «Y dimos una audiencia extraordinaria a la escena de arte contemporáneo argentino, que es vital y original: nunca hubo en Brasil una muestra de tantos artistas argentinos, en ninguna ciudad», agregó.https://d5d56950fcce425d389dca24d0d1fae2.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html

El día de la inauguración, que coincidió con la apertura de la 35 Bienal Internacional de Arte de San Pablo, el coleccionista agradeció especialmente a Paulo Miyada, «una voz verdaderamente influyente en la promoción del arte latinoamericano». Miyada integró el equipo curatorial de la edición anterior de la Bienal y además coordina el de adquisiciones de arte latinoamericano en el Centre Pompidou de París. Gracias a su labor, Santiago García Sáenz está en el museo francés.

Este es el segundo acto del proyecto itinerante Un lento venir viniendo, que inauguró en noviembre de 2022 en el fantástico edificio del Museo Níteroi, en Río de Janeiro. En una única sala, el capítulo dos le otorga una dimensión diferente al conjunto de las obras. «La idea de unicidad habilita trabajar con las escalas de las obras y las disciplinas, tener distintos niveles de lectura y poner en el mismo plano la escultura y la gráfica», explica a Clarín Cultura Mariano Mayer, el curador.La "Falda pizarrón", de Lucrecia Lionti, es una reciente adquisición de la Colección Oxenford. La «Falda pizarrón», de Lucrecia Lionti, es una reciente adquisición de la Colección Oxenford.

Muy pocas obras se repiten entre aquella puesta y la actual: una bitácora textil con bordados de Claudia del Río, el cenicero de Eduardo Navarro y una pintura de Marcelo Pombo, aunque sí hay otra pintura más del reconocido artista del Rojas. La selección tiene tres motivos principales. Por un lado, mostrar a algunos artistas de una manera más amplia. Además de la oportunidad de contar el trabajo de pesquisa de la Colección, que Oxenford comenzó hace 15 años y que concentra el trabajo de varios curadores, con el impulso inicial de Inés Katzenstein, hoy miembro del staff senior del MoMA.

Pero sobre todo aprovechar el contexto de la Bienal de San Pablo (la muestra forma parte del programa paralelo de la Bienal): incluir determinados nombres de peso, con amplios recorridos en la escena internacional, como un imán, «para apoyar el interés de los que van a ver a esos artistas conozcan a los demás, muchos que no han tenido la oportunidad de salir del país».El curador Mariano Mayer, en el centro, junto a Inés Katzenstein, Alec Oxenford, a la derecha; y Marita García y Erica Bohn, en la inauguraciónEl curador Mariano Mayer, en el centro, junto a Inés Katzenstein, Alec Oxenford, a la derecha; y Marita García y Erica Bohn, en la inauguración

En esa dinámica se sumaron más obras de Pombo, pero también dos obras nuevas de Diego Bianchi que nunca habían salido de la Argentina, e incluso la pintura reciente de Guillermo Kuitca que llegó desde Estados Unidos. «La exposición tiene que ver con sacar el arte argentino al mundo, internacionalizar el arte argentino y en cada capítulo un elemento del arte brasileño nos permite acercarnos», resume Mayer.

«Artistas consagrados como Kuitca se exhibieron a la par de otros que nunca antes habían estado en un museo», destacó Oxenford. Todos llegaron al selecto grupo de visitantes que se acercaron al museo, el más importante de arte contemporáneo en la ciudad. Manuel Segade, el nuevo director del Museo Reina Sofia se cruzó con la directora de la feria arco de Madrid Maribel López, con la presidenta de Malba, Teresa Bulgheroni, la directora de la revista ArtnexusCelia Birbragher y nada menos que cuatro curadores del MoMA.

Arte en fotocopias

Entre 1977 y 1978, los profesores de la Universidad de San Pablo le hallanaron al estudiante Hudinilson Jr el acceso a las novísimas máquinas Xerox. El artista probó las posibilidades de las fotocopias y creó un lenguaje de producción tan político como poético, teñido de híper subjetividad. «Ese concepto de copia lo extrapolé a algo más amplio, para ponerlo en relación al arte contemporáneo, y de cómo nos permite hablar de la realidad», detalla Mariano Mayer.En primer plano, una figura humana construida con botellas de cerveza en pedazos, de Diego Bianchi. Detrás, la instalación "La fenomenología" (2013), de Martín Legón. En primer plano, una figura humana construida con botellas de cerveza en pedazos, de Diego Bianchi. Detrás, la instalación «La fenomenología» (2013), de Martín Legón.

Este vínculo se da de manera más evidente entre las piezas de la exposición, que tematizan sobre la copia. Es el caso de las copias de remeras que Mariana López pinta con óleo sobre tela y genera la ilusión del objeto; y del pizarrón textil de Lucrecia Lionti –recientemente incorporada a la Colección– que desencadena imaginarios sobre la educación, cómo aprender y la escuela pública, además de una bitácora personal.

Mientras que en obras como las de Juan José Cambre, la idea de la copia se genera de maneras más intermediadas, al igual que Mirtha Dermisache, que copia la estructura de la carta en diferentes técnicas. También es el caso de Ricardo Carreira y su laboratorio de lenguaje objetivista, a través del que construye versos de un poema infinito de lo que va apareciendo ante sus ojos y su copia. O la copia de la forma humana que Diego Bianchi hace con pedazos rotos de botellas de cerveza, además de la de pelo humano.Los artistas Cecilia Szalkowicz, Gastón Pérsico y Martín Legón, organizadores de un taller durante la exposición.  Los artistas Cecilia Szalkowicz, Gastón Pérsico y Martín Legón, organizadores de un taller durante la exposición.

Como en Río, en San Pablo también un grupo de artistas cuyas obras son parte de la Colección fueron invitados a trabajar en la exposición. Si en Níteroi desplegaron un diseño expositivo para un espacio poco ortodoxo para muestras de arte, en San Pablo organizaron una actividad. Gastón PérsicoPaula Castro Cecilia Szalkowicz guiaron un taller en homenaje a las Jornadas de la copia y el color de Mirtha Dermisache, en el que participaron los mediadores del museo y público en general. Les leyeron los carteles de las obras antes de ver la muestra como consignas para dibujar, hicieron estampas con jabón y papas, y al final todos se llevaron un fanzine fotocopiado.

A fines del 2024, el itinerario continúa en Porto Alegre, en el último capítulo de Brasil. Para después seguir llevando el arte contemporáneo argentino al mundo. «La misión de la Colección, que es apoyar la escena del arte contemporáneo argentino, se plasma en un nuevo nivel en estas ocasiones», reflexionó Oxenford. Y no descarta que, dada las repercusiones de esta muestra, haya más invitaciones en el futuro. «La idea es salir a otros lugares», adelantó Mayer. «Utilizar el recurso energético y económico de la Colección, mientras sigue creciendo, para dar a conocer a nuestros artistas».

March Mazzei

MARCHMAZZEI

Fuente: Clarín.com

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