Léonie Matthis: evocaciones del pasado

Léonie Matthis nació en Troyes, una encantadora ciudad sobre el Sena a 180 kilómetros al este de París en 1883 que por aquel entonces contaba con menos de 50.000 habitantes. Su padre, de origen germánico era ingeniero químico dedicado a la industria textil. Léonie se formó artísticamente en París a partir de sus 17 años donde fue la primera mujer admitida como alumna de la Escuela de Bellas Artes.

L.MATTHIS: «CORRIDA DE TOROS EN LA PLAZA MAYOR. 1750» FOTO: MHCS.

Cuando contaba 29 años viaja a Buenos Aires y se casa con el retratista Francisco Villar, a quien había conocido en España. Tempranamente comenzó a exponer en galerías prestigiosas (como Witcomb) con buena repercusión en la crítica y el público. Más tarde Müller presentaba de ella una muestra por año.

L. MATTHIS PINTANDO EN EL NORTE ARGENTINO. FOTO: MHCS.

Con motivo de los festejos del IV Centenario de la primera fundación de la ciudad de Buenos Aires, en 1936, Léonie realizó una recreación pictórica, que denominó Historia de la Patria a través de la Plaza de Mayo, utilizando la técnica del gouache (similar a la témpera que se aplica en pinceladas delgadas que al secarse, dan una paleta luminosa pero de superficie opaca. En ella muestra la evolución de la plaza desde sus inicios hasta las primeras décadas del siglo XX.

L. MATTHIS, LA PLAZA MAYOR, A FINES DEL SXVIII. FOTO: MHCS.

Si bien tuvo el asesoramiento de historiadores como Ricardo Levene, el jesuita Guillermo Furlong o Enrique Udaondo, nunca consideró a su obra como una documentación histórica, (a diferencia de las de su admirado Carlos E. Pellegrini) sino que siempre se refirió a ella como una la recreación del pasado en términos de evocación o ensueño.

L. MATTHIS «EL CABILDO, 1830». FOTO: MHCS.

Hay dos series dentro de la recreación que resultan particularmente interesantes. La primera está referida al Cabildo que desde su humilde origen de la época colonial como “Casa Capitular” a principios del siglo XVII, sobrellevó distintas transformaciones y mutaciones, aun después de las heroicas jornadas de mayo, que hoy evocamos. Serán motivo de una futura nota.NOTICIAS RELACIONADAS

L. MATTHIS, EL ARCO CENTRAL DE LA RECOVA. FOTO: MHCS.

La segunda la que refieren a la Vieja Recova, una construcción icónica y pintoresca, en el centro de nuestra plaza mayor. Según narra Taullard en su exquisito “Nuestro antiguo Buenos Aires”, publicado por Peuser hace casi un siglo: fue en 1803 bajo el gobierno del virrey del Pino que se construyó la Recova Vieja, como mercado, primero de alimentos, y poco más tarde de tiendas, fondines y toda clase de boliches.

L.MATTHIS, «LA VIEJA RECOVA».
FOTO: MHCS.

Dividía la plaza en dos, llamadas “Del Fuerte” la más cercana al río y la “Plaza de la Victoria” en conmemoración del rechazo de las invasiones inglesas de 1806-07. La recova contaba con cuarenta locales y en el centro un arco que permitía la circulación entre ambas plazas.

En épocas de Rosas (1835) fue privatizada y Tomás de Anchorena y luego sus herederos la explotaron hasta 1883 en que la Municipalidad, a cargo de Torcuato de Alvear, la expropia, la demuele y unifica el espacio. Al decir de Taullard, la Recova fue construida en 9 meses, vivió 80 años y fue demolida en 9 días.

L. MATTHIS, «LA DEMOLICIÓN DE LA RECOVA». FOTO: MHCS.

Nuestra artista falleció en su casa de Turdera (cerca de Temperley) a los 69 años a fines de julio de 1952. Había tenido 9 hijos, produjo incontables obras que abarcan mucho más de lo acá comentado. Pintó el norte, Cusco, Potosí, La Paz. Arquitectura colonial y villas marplatenses.

Hoy recurrimos a su serie histórica para evocar los heroicos primeros pasos hacia la construcción de una República que todavía se presenta incompleta.

Carlos María Pinasco es consultor de arte.

carlosmpinasco@gmail.com

Fuente: Mendoza online

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