La miramos y ella dijo: “¿Van para allá? Sí, le respondí, al Rojas. “Está buenísima”. Mi amigo y yo no la conocíamos, pero algún código compartido se hizo evidente. El de esta mujer que salía con sonrisa y entusiasmo de ver la exposición Camino a la semilla. Las tallas de Dazu y sus cuidadores, en la Fotogalería del Centro Cultural Rojas, y nosotros que apurábamos el paso para llegar antes de que finalizara la inauguración.
Poco después, frente al conjunto de 30 fotografías del artista y fotógrafo chino Dai Xiaobing (Chongqing, 1968), le dimos la razón. ¿Por qué está buenísima esta exposición que hicieron posible de ver en nuestro país (y por primera vez fuera de China) el editor, crítico de arte y curador Fabián Lebenglik y la artista y gestora cultural Cecilia Ivanchevich? Son varios los motivos que logran el impacto al conjugarse a la vez frente a nuestra mirada.https://04c04b4a70d92384f7675172c9649715.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html
Las imágenes acercan a las tallas rupestres de Dazu, las cuales están esculpidas en las laderas y grutas de las montañas. El impactante conjunto, que representan el más alto nivel del tallado en piedra de China, fue realizado por escultores anónimos entre los siglos IX y XIII. Reviste un carácter religioso y seglar, entrelazándose el budismo, el taoísmo y el confucianismo. En 1999, fue de declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.Camino a la semilla. Las tallas de Dazu y sus cuidadores, en la Fotogalería del Centro Cultural Rojas. Foto: gentileza.
Las fotografías no son sólo un retrato documental del conjunto. Constituyen obras de arte debido a la poética de Dai Xiaobing, quien con un pesado equipo fotográfico, les confiere una estética pictórica y escenográfica, que recuerda las atmósferas logradas por el claroscuro y la materia del siglo XVII holandés con cierto aire también del romanticismo.
Y hay más. Porque Xiaobing se interesa por el ámbito del trabajo. Por eso estas imágenes integran a los “guardianes” de Dazu de una manera especial, al punto de ser tan protagónicos como las tallas que resguardan. Ellos, de generación en generación, cuidan ese patrimonio movidos sólo (y nada menos) por la conciencia de su importancia. Lo custodian, limpian, protegen.
“En junio del año pasado conocimos a esos trabajadores, cuidadores, estuvimos en sus casas. Son de una humildad y una dignidad increíbles. Nos recibieron con mucha hospitalidad. El fotógrafo y su familia nos llevaron durante una semana a distintas locaciones alrededor de esta zona, ya sean las laderas de las montañas y las cuevas. La muestra revela hospitalidad, solidaridad, cuidado por el otro, gran respeto por el trabajo, la dignidad, por el patrimonio, la historia”, expresó Lebenglik en diálogo con Clarín.Camino a la semilla. Las tallas de Dazu y sus cuidadores, en la Fotogalería del Centro Cultural Rojas. Foto: gentileza.
Junto con Ivancevich estuvieron cuatro veces en China en la última década, debido a sus actividades de editor literario, él, y como artista, ella. Director del Rojas entre 2002 y 2006, Lebenglik destacó, además, lo significativo de volver a este vital centro cultural con la presente exposición “sobre todo —puntualizó— en el contexto de la UBA y de las universidades públicas que están siendo tan atacadas y desfinanciadas”.
Montañas de semillas de mostaza
Tu Zeng, asesor académico de la exposición y profesor del Instituto de Bellas Artes de Sichuan, escribe sobre los guardianes “humanos”: “En lugar de hacer alarde de su contribución, viven una vida muy austera, tratando de ser humildes y pasar inadvertidos como granos de la mostaza. Preservan el patrimonio cultural a lo largo de las montañas. Como dicen las enseñanzas budistas “un grano de mostaza puede contener el monte Sumeru aunque sea diminuto”. Los guardianes de Dazu realmente merecen el nombre de “grano de mostaza””.Camino a la semilla. Las tallas de Dazu y sus cuidadores, en la Fotogalería del Centro Cultural Rojas. Foto: gentileza.
En 2019, Ivanchevich fue invitada a realizar una instalación junto a tres artistas chinos. En ese contexto, junto con Lebenglik conocieron a Xiaobing al compartir la residencia de Dimension Art Center, dirigida por Tu Zeng.
“Dai Xiaobing nos deslumbró por la creación de climas, su sensibilidad del color que trabaja muy ajustadamente en cada composición. La luz romántica acentúa el dramatismo de las escenas, que logran transmitir misterio, serenidad y poder. Nos muestra una amalgamada unión entre las partes (personas y contexto), esa fluidez que es la clave del budismo. Su obra muestra cómo esas personas son parte de su cultura (de las tallas) y las tallas (su cultura) son parte de ellos”, comentó Ivanchevich a Clarín.Camino a la semilla. Las tallas de Dazu y sus cuidadores, en la Fotogalería del Centro Cultural Rojas. Foto: gentileza.
Xiaobing se dedica a la fotografía desde los años noventa. En el inicio se centró en temas del Tíbet. Luego incursionó en la fotografía documental conceptual. Durante cuatro años también capturó la apariencia final de la fábrica siderúrgica centenaria Chongqing Iron&Steel, antes de ser reubicada, y a los trabajadores. Su producción incluye video documental, narración oral, pintura e instalaciones. Desde 2009 recibe invitaciones del Instituto de Investigación de Tallas de Roca de Dazu para realizar fotografías. Visitó allí más de sesenta cavernas, documentando las historias de los guardianes. El proyecto continúa.
Frente a cada imagen se abren una cantidad de elementos a observar: rasgos y posturas (de las personas y de las figuras escultóricas), colores, objetos, terrenos. En todas se advierte un locuaz silencio, el cual pareciera hablarnos del deber cumplido, de la cultura inescindible de la vida de las personas y de la naturaleza. Y descubren en el mismo instante el vínculo entre lo temporal y lo eterno.
La exposición Camino a la semilla. Las tallas de Dazu y sus cuidadores se podrá visitar hasta el 10 de diciembre en la Fotogalería del Centro Cultural Rojas (Av. Corrientes 2038). De lunes a sábado de 10 a 20, con entrada gratuita.
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Fuente: Clarín.com
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