Gabriel García Márquez “cabulero”: los agostos que marcaron su vida y a su novela póstuma

La editora Pilar Reyes y Gonazalo García Barcha, hijo de Gabriel García Márquez durante la presentación de la novela inédita En agosto nos vemos, el 5 de marzo de 2024 en Madrid, España. Foto: Cézaro De Luca. NOVELA INEDITA DE GARCIA MARQUEZ

Gabriel García Márquez era intuitivo y respetuoso de las leyendas, los rituales y las supersticiones. No en vano, luego de la monumental fama adquirida en Buenos Aires por su obra maestra Cien años de soledad, jamás regresó por la superstición más difundida de perder el amor lector tan bien ganado.

En buen lunfardo tanguero, García Márquez era “cabulero”. Una vez que una cábala le resultaba ya no la abandonaba. Su hijo Gonzalo García Barcha, quien participó desde España en una mutitudinaria rueda de prensa virtual a ambos lados del océano junto a su hermano Rodrigo desde Estados Unidos, dijo que cuando Gabo ya no fue capaz de recordar sus sueños (dado el avance de su demencia senil) tomó la decisión de dejar de escribir.

Es que muchas de las historias con que llenó nuestras vidas se le revelaron en sueños, contó su hijo al responder una pregunta de Clarín Cultura. García Márquez tenía instinto y se dejaba guiar por esa magia intuitiva que muchas veces, desde los sueños, lo ayudó a sortear las trabas de la escritura.https://f7a7692728a44d6dedfad57cbce0e09a.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html

Tanto El Espectador como El Tiempo, ambos periódicos colombianos de referencia, cuentan la historia detrás del título de la novela póstuma garciamarqueana: “En agosto nos vemos”, presentada para todo el mundo hispanohablante.Gonazalo García Barcha, hijo de Gabriel Márquez durante presentación novela. Foto: Cézaro de LucaGonazalo García Barcha, hijo de Gabriel Márquez durante presentación novela. Foto: Cézaro de Luca

Dice El Tiempo que la primera vez que Gabo compartió en público la trama de esta novela fue en septiembre de 1997, con ocasión de un homenaje que se le hizo en la Universidad de Georgetown. En el artículo de Orlando Oliveros (Fundación Gabo) se dice que fue increíble que “ese hombre, supersticioso hasta el tuétano, decidiera ofrecer un adelanto del libro”. García Márquez había creado una técnica de distracción cuando le preguntaban qué estaba escribiendo. Contaba un argumento, pero en realidad, la trama iba por otro lado.García Márquez. En 2014. Foto: APGarcía Márquez. En 2014. Foto: AP

Sin embargo, lo curioso con esta historia de agosto fue que, a lo largo de los años, se mantuvo inalterable. Es la misma protagonista viviendo la misma historia en las sucesivas reescrituras.

García Márquez había leído una versión de En agosto nos vemos en la Casa de América en Madrid, durante un foro al que había sido invitado.

Agosto estaba tan presente como amuleto en la vida de Gabo (tanto como las flores y las mariposas amarillas) que abundan los hitos en su vida ocurridos en agosto. Por ejemplo, en agosto de 1947 un amigo le prestó La metamorfosis de Franz Kafka y también en agosto de 1950, empezó a leer a Borges.

En un viaje a Aracataca con su madre, Luisa Santiaga Márquez, eligió leer Luz de agosto, de William Faulkner. Y en agosto de 1954 ganó el primer premio literario importante y también en agosto de 1959 nació su hijo Rodrigo García Barcha.

Dice Oliveros que de todos los agostos de Gabo quizá el más decisivo haya sido aquel de 1966 en que, junto a Mercedes Barcha, su mujer, entró a la oficina del correo mexicano para enviar a Buenos Aires el original mecanografiado de Cien años de soledad. Y en varias de sus novelas agosto aparece como el talismán de la acción.

Ana Magdalena Bach, su protagonista, sigue volviendo a la isla caribeña a dejar flores en la tumba de su madre cada 16 de agosto.https://f7a7692728a44d6dedfad57cbce0e09a.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html

En una lectura inicial de la novela -que hemos tenido ocasión de hacer- se puede coincidir que contiene las marcas más relevantes de la obra garciamarqueana: su prodigiosa imaginación, la poesía del lenguaje y su narrativa cautivadora.

Además, un homenaje a Faulkner y a Johann Sebastian Bach. Precisamente Ana Magdalena Bach rinde homenaje a la segunda esposa del compositor alemán.

Fuente: Clarín.com

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