Eduardo Galeano para chicos: “Hay que encender más fuegos de todos los colores”

“Descubrí la poesía; no sabía que la realidad, lo bueno y lo malo del mundo, se podían describir con tanta belleza”.

Así habla Poly Bernatene de la primera vez que leyó a Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América Latina Memoria del fuego, entre otros libros clave de literatura y de política.

Por entonces, Bernatene tenía alrededor de 20 años y estudiaba Bellas Artes. Hoy, más de 3 décadas después, acaba de ilustrar Un mar de fueguitos (Editorial Siglo XXI), una obra con relatos de Galeano pensada para chicos, además de grandes. Otra belleza.https://f3a79b58a7e7f6ce5a15d244799a9afb.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.htmlPoly Bernatene t Laura Leibiker. Foto:  gentileza Poly BernatenePoly Bernatene t Laura Leibiker. Foto: gentileza Poly Bernatene

Poly Bernatene, presidente de la Asociación de Dibujantes de Argentina, premiado este año por la Fundación El Libro, cuenta que hubo varios desafíos para Un mar de fueguitos, en los que trabajó con la editora Laura Leibiker y con Carlos Díaz, director de Siglo XXI y amigo de Galeano. Elegir las obras, encontrar un hilo conductor entre ellas, adaptarlas y lo de él propiamente: ilustrar.

En Un mar de fueguitos conviven El mundo (título original de este relato que da nombre al libro) con Día de la luz (que es parte de Los hijos de los días) y Las estrellas (de El cazador de historias).Un mar de fueguitos, de Eduardo Galeano y Poly Bernatene. Es de tapa dura y vale 14.900 pesos.Un mar de fueguitos, de Eduardo Galeano y Poly Bernatene. Es de tapa dura y vale 14.900 pesos.

Muchos deben conocer esos textos. El mundo es un clásico que se lee en escuelas. Cuenta que “un hombre del pueblo neguá, en la costa de Colombia, pudo subir alto al cielo. A la vuelta contó que había contemplado desde allá arriba la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos”. “Serenos”. “Locos”. “Bobos”. Todos distintos.

¿Cómo los combinaron en Siglo XXI? Un joven narrador despliega ése y los otros relatos en un teatro de títeres pero parecen haber nacido juntos y, lo más importante, siempre conmueven y despabilan.

Se podría pensar que la obra de Eduardo Galeano, uno de los autores más influyentes de la izquierda en América Latina, es difícil de presentar a los chicos. Pero el propio Galeano aclaró que escribía para “chicos de todas las edades”.Un mar de fueguitos, Eduardo Galeano y Poly Bernatene. Foto: gentileza Poly BernateneUn mar de fueguitos, Eduardo Galeano y Poly Bernatene. Foto: gentileza Poly Bernatene

¿Qué fue lo más complicado del libro para Bernatene? “Enriquecer el relato de Galeano desde lo gráfico, porque era sumar mi propia visión sin bajar línea para que el lector haga su propia interpretación”, dice a Clarín Cultura.

¿El resultado? Como también comentó Galeano, “lectores sin capacidad de asombro y sin capacidad de magia, absténganse”. Los otros, van disfrutar este libro una y otra vez. Se van a encender, seguro.Eduardo Galeano. Falleció en 2015. Foto: ReutersEduardo Galeano. Falleció en 2015. Foto: Reuters

“Los protagonistas somos nosotros”

Galeano nació en Montevideo en 1940. Fue escritor y periodista, premiado en Latinoamérica, Estados Unidos y varios países de Europa. Murió en 2015. Su mini biografía de Un mar de fueguitos recuerda que era un viajero incansable, que llevaba siempre una libretita para apuntes en el bolsillo. Y que criticaba sin perder el humor ni otras brújulas. Por ejemplo, anotó que, cuando una persona lo detuvo para pedirle que le firmara un libro, su nieta Catalina le dijo: “Yo no sé por qué tanto lío, si ni yo te leo”.

Bernatene nació en Buenos Aires en 1972 y afirma que nunca paró de dibujar para libros y para revistas (Genios Billiken, entre otras). Además de Bellas Artes, pasó “por la publicidad, la animación, los cómics y en los últimos años me he desarrollado como autor/ilustrador”, apunta. Además, es papá de Valentín y Matías.

-¿Cuándo leíste por primera vez a Galeano y cómo te impactó?

-Fue a través del Libro de los abrazos y recuerdo que era bastante jovencito, cerca de los 20 años, porque justamente me lo acercó mi novia, compañera de Bellas Artes y la que actualmente es mi pareja: Paula. De más chico no era tan lector (más bien mi universo de literatura pasaba por el de la historieta) pero al ingresar en Bellas Artes se me abrió un nuevo mundo a través de la lectura. Por estudio apareció la filosofía, por ejemplo, y además mis compañeros me acercaron autores como Borges, Sábato, Paul Auster o Umberto Eco. Pero cuando llegó el turno de Galeano (junto a Cortázar) descubrí la poesía; no sabía que la realidad, lo bueno y lo malo del mundo, se podían describir con tanta belleza y que a la vez te podían hacer reflexionar y tomar conciencia, sobre todo, en un momento donde estaba conformando mi intelecto y necesitaba aferrarme a algo que dibujara mi proyecto de vida como artista y como persona. A partir de ese momento sentí que había encontrado un referente ideológico, no importaba cuál sería mi destino artístico, sabía que lo que haría sería con el mismo compromiso y pasión por contar historias y encender el fuego en otros.
fueguitos, Eduardo Galeano y Poly Bernatene. Foto: gentileza Poly Bernatenefueguitos, Eduardo Galeano y Poly Bernatene. Foto: gentileza Poly Bernatene

-¿Cuándo leíste por primera vez los relatos que ilustraste para este libro?

-Fue también en aquellos tiempos de Bellas Artes. Tengo muy mala memoria, pero recuerdo que el de los fueguitos me había hecho pensar en él, en su fuego y cómo encendió el mío.

«¿Cómo me habría tocado la obra de Galeano si me llegaba ilustrada a los 5 o 6 años de mi vida en lugar de a los 20? Fue lo primero que pensé e inmediatamente supe que le ilustraría a ese niño de 6, de 20, de 52 (como tengo hoy) y al de 80»

-¿Cómo influyeron esas primeras lecturas en tu trabajo para este libro?

-Aunque no imaginaba que iba a trabajar en literatura en aquel momento, sus palabras (y su voz, me encanta escucharlo, me da paz, me divierte y me emociona, todo al mismo tiempo) me acompañaron toda la vida, jamás imaginé que tendría que ilustrar algo de él algún día, pero de todas formas sentí que ya me había preparado para este momento.

«Me encanta escuchar a Galeano, me da paz, me divierte y me emociona, todo al mismo tiempo»

-¿Qué fue lo más difícil para este libro?

-Pensar imágenes para la poesía de Galeano, respetando y siendo fiel a su espíritu. Enriquecer su relato desde lo gráfico fue todo un desafío porque era sumar mi propia visión del mundo sin bajar línea para que el lector haga su propia interpretación. Aunque su filosofía también nos obligó a tomar una postura a la hora de hacer visibles los fuegos bobos o los de fuego loco, por ejemplo. Presentar a un narrador que cuenta historias de diferentes partes del mundo a un grupo de chicos a través de un teatro de títeres facilitó la tarea de recrear visualmente el universo que Galeano.

«La filosofía de Galeano también nos obligó a tomar una postura a la hora de hacer visibles los fuegos bobos o los de fuego loco, por ejemplo»

-¿Qué es lo que más te gusta de estos relatos como lector?

-Que nos interpelan, nos obligan a pensar cómo nos posicionamos nosotros frente al relato y hacia los demás: en las historias de Galeano recorremos diferentes lugares y tiempos en el mundo pero siempre somos nosotros los protagonistas y nunca estamos solos.

-¿Cómo imaginás a los lectores cuando ilustrás? La pregunta viene a cuento de cómo se adaptan (o no) las obras de literatura infantil.

Un mar de fueguitos, El mundo, es un clásico de la literatura entre docentes que quieren darle sus primeras herramientas a los más chicos en el momento que salen al mundo para encontrar su identidad y a socializar, a pensarse uno en relación con los demás. ¡Pero esto lo haremos toda la vida! A la hora de ilustrar una obra, por lo general, no pienso tanto en la edad del lector pero en esta ocasión entendí que se trata de relatos universales y atemporales que serán leídos por primera vez a temprana edad. ¿Cómo me habría tocado la obra de Galeano si me llegaba ilustrada a los 5 o 6 años de mi vida en lugar de a los 20? Fue lo primero que pensé e inmediatamente supe que le ilustraría a ese niño de 6, de 20, de 52 (como tengo hoy) y al de 80. Como el mismo Galeano dice: “…escribo para los niños de todas las edades, desde la temprana infancia hasta la vejez viruela, desde la cuna hasta la tumba. Lectores sin capacidad de asombro y sin capacidad de magia, absténganse.” Así que me concentré en dedicarle mi adaptación gráfica a esos lectores que, no importara en qué momento les cayera en sus manos el libro, lo disfrutaran por igual.https://f3a79b58a7e7f6ce5a15d244799a9afb.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html

«Docentes usan el relato El Mundo para dar herramienras a chicos que salen al mundo para encontrar su identidad y a pensarse uno en relación con los demás. ¡Pero esto lo haremos toda la vida!»

-¿Algo de tus lectores imaginarios cambió al ilustrar estos relatos de Galeano?

-El actual contexto social y político del país y del mundo. Cuando fui convocado para ilustrar este libro sabía lo que significaría para mí pero la llegada de gobiernos de ultra derecha con valores totalmente opuestos a los de Galeano (y a los míos) me hicieron entender que este libro sería como una especie de “fósforo” encargado de encender una llama, una más. Hoy es triste pensar que debemos luchar para que ningún fuego se apague, que debemos convivir con fuegos bobos. Pero más que nunca debemos lograr encender más fuegos y de todos los colores. Por todo esto es que el arte siempre nos salvará.


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Fuente: Clarín.com

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