Cinco razones para ver La inglesa, un homenaje al western con una mirada renovadora

En los westerns clásicos, el cielo siempre dominaba la escena. El celeste casi cegador, el sol inclemente que reflejaba cada partícula de polvo, la noche oscura llena de estrellas, el horizonte tan inmenso como ominoso y los hombres a caballo luchando contra los elementos de la naturaleza -pero sobre todo contra sí mismos- hacían del género una experiencia audiovisual fascinante.

Y es de esos grandes films que tomaron la conquista del Oeste como eje y escenificaron allí la idea del bien y el mal, poniendo al ejército norteamericano de un lado y a los pueblos originarios del otro, de los que toma inspiración esta serie dramática protagonizada por Emily Blunt como la inglesa a la que parece hacer referencia el título en castellano (que reduce equívocamente el gentilicio original en inglés, The English). La literalidad de la traducción deja afuera varios de los temas que la serie explora desde el comienzo: el papel de los ingleses en la aniquilación literal y cultural de los indios norteamericanos. “Por eso nos conocimos: estaba escrito en las estrellas. Y nosotros, vos y yo, creíamos en ellas”. Con esa frase en off dicha con la perfecta dicción aristocrática de Blunt comienza la que ya es una de las grandes series de 2023. Ese prólogo pone en marcha, sin muchos detalles pero con fascinante contundencia, lo que se verá en los seis episodios ya disponibles en HBO Max. Lo que sigue es un viaje al pasado y a una tierra tan despiadada como bella, una travesía repleta de venganza, violencia y un romance que desafía las convenciones del género.

1. Siempre Emily Blunt. Usualmente, los actores, aún los mejores, no deberían ser razón suficiente para elegir ver una serie. Más allá de la posibilidad de que sus interpretaciones sean extraordinarias, sin guiones a la altura de su talento no tendrán forma de demostrarlas. Y sin embargo, en este caso no hay dudas que el mejor argumento para darle play a La inglesa es Blunt. La actriz británica, reconocida por sus papeles en El diablo viste a la moda, Sicario y Un lugar en silencio, entre muchos otros, encarna a Lady Cordelia Locke, una aristócrata inglesa de fines del siglo XIX con una misión: vengarse del asesino de su hijo. Con ese objetivo viaja desde Londres a los Estados Unidos, un país que la hace cuestionar todo lo que conoce y que la insta a preguntar y preguntarse si allí solo viven ladrones y asesinos. La respuesta que esgrime la serie parece ser un rotundo sí hasta que Locke se cruza con Eli Whipp (Chaske Spencer), un sargento del ejército en busca de recuperar su lugar en el mundo tras décadas de trabajar para el gobierno que aniquiló a su pueblo. La alianza entre Cordelia y Whipp, primero por necesidad y luego por afinidad, funciona lejos de los viejos estereotipos del género que solían confinar a los papeles femeninos a un lugar secundario, víctimas sin voz ni voto. Nada de eso ocurre con la Cordelia de Blunt, una mujer inteligente, decidida, capaz de enfrentarse a lo que sea cuyos tropiezos parecen hacerla más fuerte e impulsiva. La imagen de la rosa inglesa bajo el sol de la pradera conduciendo una carreta como si estuviera en Hyde Park completa el cuadro que la actriz pinta con prodigiosa destreza.

2. Un autor igual a ninguno. Tal vez el nombre de Hugo Blick no resulte conocido para muchos espectadores. Los cinéfilos más memoriosos quizás relacionen su nombre con el del actor que interpretó al joven Jack Napier, el personaje que eventualmente se convertiría en el Guasón del Batman de Tim Burton, pero lo cierto es que más allá de su trabajo frente a las cámaras, Blick es uno de los creadores más originales de la TV actual. El guionista, actor, productor y director inglés desarrolló gran parte de su carrera en la pantalla chica de su país, especialmente escribiendo miniseries para la BBC, cadena para la que creó, entre otras, The Honourable Woman (disponible en HBO Max) y Black Earth Rising (disponible en Netflix), dos ficciones con más de un punto de contacto con La inglesa. Además de que ambas están protagonizadas por extraordinarias actrices -Maggie Gyllenhaal y Michaela Coel, respectivamente- al igual que este western, la mirada está puesta en la fortaleza de esas mujeres cuyas tragedias pasadas moldean cada instante de su presente y anticipan su futuro. El planteo utiliza líneas de tiempo fracturadas que van armando una narración que exige la atención completa de los espectadores, una rareza en estos tiempos, Blick escribe rompecabezas de suspenso en los que la memoria y el punto de vista son los principales catalizadores del drama, que por momentos vira en un estudio de carácter tan hipnotizante como la fotografía de La inglesa.

3. Estoicos y siniestros, el elenco lo tiene todo. La hazaña de conseguir a Blunt para interpretar a Cordelia -es una de las productoras del programa-, no es la única conseguida por La inglesa. Para empezar, tan fundamental como el hallazgo de la actriz ideal para interpretar al personaje principal femenino era encontrar quien pudiera encarnar a Whipp, su compañero de ruta. La buena noticia es que Spencer, un actor nativo americano nacido en Oklahoma -el territorio en el que transcurre la trama- se destaca en cada escena en la que aparece. Ya sea como el estoico veterano de guerra en busca de algo de paz o como el hombre atormentado por lo que ya no puede cambiar, el intérprete logra tal conexión con Blunt que cada vez que la historia los aleja, la angustia de la ausencia se transmite sin interferencias. Más allá de los dos personajes centrales, desde el primer episodio queda en claro el elevadísimo nivel de interpretaciones: aparecen los actores británicos Toby Jones (El topo, Los juegos del hambre y muchísimas más) y Ciarán Hinds (Belfast, Munich), a los que luego se suman Tom Hughes (Victoria), Rafe Spall (Una aventura extraordinaria) y el siempre perfecto Stephen Rea (El juego de las lágrimas), el actor fetiche de Blick, con el que ya había trabajado en las miniseries The Shadowline y la mencionada The Honourable Woman.

4. La historia laberíntica. Una de las marcas de autor más claras en la obra de Blick es su peculiar manera de conducir el relato, que asemeja a un laberinto que va revelando callejones sin salida hasta que por fin los personajes encuentran el modo de resolver el misterio que los encierra en él. Usualmente se trata de trampas construidas por ellos mismos. Pero no hay roles sencillos en el mundo de La inglesa. Hay villanos y personajes con buenas intenciones pero unos y otros pueden intercambiar lugares a medida que se va completando la narración. En esta serie, la travesía de Cordelia en busca del hombre que odia la acerca a una trama de violencia e injusticia que va mucho más allá de ella. La historia de las masacres y el desplazamiento de los nativos americanos desde la llegada de los ingleses a sus tierras y su revictimización ocurrida durante la conquista del Oeste es contada desde una perspectiva novedosa, muy lejos de las fórmulas binarias de otros tiempos.

5. El género. Para los amantes del western, La inglesa tiene, al menos en apariencia, todas las características necesarias: llanuras desoladas, pueblos armados casi a la carrera en los que la ley es una concepto nuevo y poco apetecible, y la muerte está siempre a la vuelta de la esquina. Incluso los planos que ubican a los personajes en la inmensidad que buscan domar pero que inevitablemente termina domándolos a ellos. Elementos que completan este homenaje al western que, al mismo tiempo, aporta una nueva mirada sobre él. Aventureros, forajidos, ganaderos y comerciantes aparecen retratados con una profundidad y matices que tanto la fotografía a cargo del catalán Arnau Valls Colome (Competencia oficial) como la música creada por el argentino Federico Jusid, reflejan con maestría.

Natalia Trzenko

Fuente: La Nación