El ex presidente español Felipe González llegó finalmente a Caracas para ser parte de la defensa de Leopoldo López y Antonio Ledezma, los opositores venezolanos presos en la prisión militar de Ramo Verde, cerca de la capital. En el aeropuerto fue recibido entre aplausos por la hermana de López y la esposa de Ledezma. Hace más de dos meses, González había aceptado la petición familiar de incorporarse como asesor externo del equipo de abogados de López ya que la ley venezolana prohibe su participación como litigante.
López, líder del partido Voluntad Popular, está preso desde febrero del año pasado, acusado de provocar el desorden público e instigar las protestas que derivaron en los enfrentamientos faccionarios que causaron la muerte de 43 personas. El opositor inició una huelga de hambre el 24 de mayo pasado para demandar la liberación de los presos políticos. Uno de ellos, Daniel Ceballos, número tres de su partido, también lleva más de dos meses sin alimentos y su condición física despierta preocupación. Ledezma, alcalde de Caracas, fue detenido por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) el pasado 20 de febrero en un allanamiento a su oficina en la Torre EXA acusado por el Gobierno de participar en la supuesta «Operación Jericó», que habría pretendido derrocar mediante un golpe de Estado a Maduro.
El chavismo ha desarrollado una campaña sucia contra el expresidente español y el Parlamento lo declaró persona non grata. Dirigentes oficialistas convocaron para hoy manifestaciones de repudio contra la llegada de González. En el plano internacional, el involucramiento del español ha despertado el apoyo de mandatarios y ex jefes de Estado de más de 100 países, reunidos en el Club de Madrid, quienes escribieron una carta al Papa Francisco para pedir por su mediación. Nicolás Maduro canceló su cita hoy de con el Sumo Pontífice alegando una otitis.
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