Un armado “a lo Milei” que descoloca a todos y promete más sorpresas

Nada será igual para los políticos argentinos con Javier Milei como presidente. Y menos aun habiendo ganado un balotaje por 12 puntos de diferencia. El armado del gobierno, algo mucho más grande que definir un gabinete, está demostrando las dificultades que tienen para entenderlo al melenudo libertario.

“Ah, este tipo quería ser presidente en serio”, analizaban esta semana desde usinas del PRO, sobre todo cuando crecía la versión de que Milei tomaba distancia de Mauricio Macri y Patricia Bullrich. El tiempo pasaba y parecía que las puertas del gobierno se cerraban para el macrismo y el libertario se recostaba en sectores del peronismo.

Pero de un día para el otro todo cambió. “La relación no está mal. Cero”, acentuaban en el macrismo un rato antes de que los medios dieran por confirmado a Luis “Toto” Caputo en Economía, Bullrich en Seguridad y sonaran otros nombres que daban cuenta de un gobierno mucho más amarillo del que horas antes se pensaba. ¿Lo es?TE PODRÍA INTERESAR

“Nosotros no queremos ningún acuerdo macro, solo queremos aportar gobernabilidad”, dicen cerca de Macri. Durante toda la semana post balotaje (que pareció un mes), se especuló con que el expresidente estaba pidiendo determinados lugares en el gabinete. Desde Germán Garavano (el primer descartado con la designación de Mariano Cuneo Libaron en Justicia) a Guillermo Dietrich (también relegado por Guillermo Ferraro, que se auto confirmó como ministro de Infraestructura en una entrevista radial). 

Internas en el PRO

En las propias filas del PRO aparecieron las diferencias entre macristas y bullrichistas. “Mauricio parece que está operando para ser parte del gobierno. Patricia espera y no está pidiendo nada, deja que Milei decida”, describía una fuente entresemana. “El problema para Macri es que él esperaba que se diera un triunfo por dos puntos y que quedara claro que su aporte fue fundamental. Al ganar por 12 Milei se agranda y siente que no le debe tanto”, agrega.

El sumun de la tensión se dio cuando se confirmó (por el entorno de Milei aunque sin comunicado oficial) que Bullrich irá de ministra de Seguridad. “Se cortó sola”, replicaban desde el entorno de Macri, donde repetían: “Él no está pidiendo nada, solo pone a disposición a gente, incluyendo segundas y terceras líneas”.

Para sumarle más desorientación a la novela, por más que Macri celebra que Toto Caputo y Federico Sturzenegger estén en la órbita del nuevo gabinete, no los cuenta como dirigentes que él aportó. Y tiene su razón de ser: efectivamente, no los aportó. Son hombres que tenían su propio vínculo con Milei y no necesitaban del contacto del ingeniero. En los hechos, hay pocos dirigentes que hoy sean mencionados o confirmados como ministros que hayan llegado por recomendación de Macri.

Milei junto a Mauricio Macri y Patricia Bullrich, la noche del triunfo electoral. Foto: Prensa Milei.

El vínculo MileiMacri, no obstante, está lejos de estar roto. Incluso ayer el presidente electo le tiró un centro en el tema que hoy más le aqueja a Macri: Boca Juniors. A una semana de las elecciones xeneizes tuiteó a favor de la posibilidad de que Martín Palermo sea el próximo técnico, opción que se baraja si se impone la fórmula Ibarra-Macri y que el propio DT reconoció ayer.

“Cuando Martín Palermo se retiró del fútbol en cancha de Boca, mi tristeza fue tan grande que ya nunca más volví a la Bombonera. Si ahora vuelve como DT, me da unas ganas locas de volver…”, expresó Milei y celebró Macri, quien justo viajó esta semana a Arabia Saudita en búsqueda de financiamiento para el proyecto de nuevo estadio.

La mira en el Congreso

El problema central en el armado del gobierno hoy sigue estando en la Cámara de Diputados. En el PRO daban por hecho que la presidencia del cuerpo quedaría para Cristian Ritondo, pero Guillermo Francos, futuro ministro del Interior, empezó a impulsar a su amigo Florencio Randazzo. La lógica era clara: peronizar el espacio. Pero esa opción no logra consolidarse porque dejaría heridos a los aliados del PRO, que garantizarían un armado más amplio, y porque el vice de Juan Schiaretti no lograría ser fácilmente un imán para otros dirigentes peronistas hoy oficialistas.

En el medio, desde las propias filas del La Libertad Avanza empezaron a surgir discusiones. Se trata de un bloque de casi cuarenta diputados, en su mayoría nuevos en política, sin compromisos partidarios fuertes y sin un diálogo canalizador dentro del espacio. Algunos empezaron a impulsar un presidente de Diputados propio, otros se opusieron a Randazzo y alguno terminó impulsándolo. 

Ritondo y Milei, y un abrazo después de que el libertario resultara presidente electo.

Cerca de Macri no lo dudan: “Es más importante para el esquema de gobernabilidad lo de Ritondo que cualquier ministerio”. Es donde el PRO considera que se puede hacer fuerte, en el Congreso, aunque todavía no está claro cómo se organizarían. ¿Harían un interbloque con La Libertad Avanza o se mantendrían separados? Definiciones que todavía no están claras.

En este aspecto es donde también hubo críticas a Bullrich. La acusan de cerrar su ministerio (y quizás el de Defensa para Luis Petri) sin armar una negociación más amplia que incluya lo de Ritondo.

Internas libertarias

Pero estas rencillas macristas también tienen su correlato en el mundo de La Libertad Avanza. “Nada grave, todo esperable para un espacio nuevo y que tiene el desafío enorme de armar un gobierno”, reconocen, pero intentan minimizar, en las filas libertarias.

La tensión más fuerte está siendo entre el propio Milei y Victoria Villarruel. Es que en la división del gabinete que habían acordado al armar la fórmula, la vicepresidenta se iba a encargar de todo lo vinculado con seguridad y defensa. Pero por algún motivo no aclarado, el presidente electo decidió centralizar todas las decisiones, limitando el campo de acción de su compañera. En ese marco se informó lo de Bullrich ministra y al día siguiente Villarruel respondió visitando las sedes de la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura, y diciendo que no había hablado con ella.

Las diferencias también aparecieron en el equipo económico que lo acompañó hasta acá. Emilio Ocampo, designado titular del Banco Central, se bajó antes de arrancar cuando entendió que Milei había elegido otra hoja de ruta. El mismo camino siguió el líder del consejo de asesores, Carlos Rodríguez, en oposición al nombramiento de Caputo (todavía no oficializado).

Luis «Toto» Caputo será el ministro de Economía no mediar nuevas sorpresas. Foto: NA.

En todos los casos, Milei demostró un pragmatismo que será difícil de entender para muchos políticos. Quienes más lo conocen no dudan en asegurar que podrá tener mejores o peores ideas, pero que no las negociará. Si el considera que lo más imperioso en una primera etapa es avanzar con un plan de estabilización, con fuerte ajuste fiscal y solución al tema de las leliqs, lo hará con los funcionarios que crea más preparados para ello. Los planes más extremos, como la dolarización o la eliminación del Central, quedarán para una segunda etapa. Quizás ya con otros funcionarios.

“Yo visualizo que va a ser un gobierno de tres tiempos”, dice un dirigente que está en danza para terminar siendo funcionario. Enumera: “Un gobierno de los primeros seis meses con muchos fusibles, un segundo de un año de reacomodamientos, y los últimos dos años como un tercer tiempo más virtuoso”. Reconoce, claramente, que todo dependerá de lo que pase en los primeros meses. 

Comunicación «A lo Milei»

Pero donde más obligará Milei a sus pares de la política a adaptarse es en la comunicación. Por más que como en todo espacio siempre hay filtraciones, el presidente electo parece no estar preocupado por la difusión de información. “No hay nada confirmado hasta que no salga en los comunicados de prensa”, dicen en La Libertad Avanza, desde donde contradictoriamente confirmaron funcionarios sin comunicados.

Cuneo Libarona y Carolina Píparo habían sido nombrados por el propio Milei para Justicia y Anses, respectivamente. El primero sigue firme y ya se reunió con la Corte Suprema, aunque su nombre no haya estado en ningún comunicado oficial. Píparo se bajó, supuestamente con diferencias con quien será ministra de Capital Humano, Sandra Petovello, quien tampoco fue confirmada oficialmente. 

Horacio Marín (primero a la izquierda) había sido confirmado al frente de YPF dos días antes de que su nombre fuera oficializado.

En los hechos, los únicos dos que fueron mencionados en los textos que publica la cuenta de X (ex Twitter) “Oficina del Presidente Javier Milei” son Osvaldo Giordano (Anses) y Horacio Marín (YPF), cuyo nombre se había filtrado unos días antes por el entorno de Milei. Ese comunicado salió justo la mañana después del día con más rumores y en el que desde algunos sectores querían instalar que Macri le había copado el gobierno. Podría haber confirmado a Bullrich o a Diana Mondino, pero eligió mencionar solo a un hombre de Schiaretti y a otro que viene del grupo Techint, curiosamente ambos lejanos a Macri.

En este contexto, el armado del gobierno empieza a responder el interrogante sobre cómo será el manejo del poder del nuevo presidente. Parece claro que se rodeará de un grupo muy reducido para tomar definiciones, que no titubeará a la hora de cortar cabezas si lo considera necesario, que será difícil influir en sus decisiones, y que la comunicación promete ser muy desordenada. Un nuevo estilo de poder, a lo Milei.

Fuente: Mendoza online

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