Por menos inflación y avance del real, se frenó el atraso cambiario

La apreciación del peso, una de las quejas de productores de transables y economías regionales, se detuvo en julio. Desde entonces, y para algunos analistas antes, la competitividad cambiaria dejó de deteriorarse después de perder buena parte de lo ganado con la salida del cepo y la devaluación del tipo de cambio oficial. Las subas de las monedas de socios comerciales como Brasil, la desaceleración de la inflación a nivel local y el reciente repunte del dólar en el mercado cambiario local explican que el dólar no continúa abaratándose en términos reales.

El tipo de cambio real multilateral (ITCRM) es un índice que mide que tan caro o barato está el peso, ya no a nivel nominal –el número que marca su precio– sino «en términos reales», es decir su poder de compra en comparación con las monedas de los países con los que comercia la Argentina. De esta manera, sirve para orientarse respecto de cuál es la situación competitiva del país en términos puramente cambiarios: si el peso se aprecia, así también se encarece el costo de los bienes y servicios locales en comparación con el resto del mundo, mientras que si el tipo de cambio se deprecia ocurre lo contrario.

El ITCRM que elabora a diario el Banco Central (BCRA) mostró que el precio se depreció 40% en términos reales el día de la salida del cepo –»subió» el tipo de cambio real–, mejora competitiva que alcanzó su techo del 45% en los primeros días de marzo (cuando el dólar superó los $ 16).

Desde entonces la tendencia se revirtió y no hubo nuevas subas del tipo de cambio real. La mejora respecto del último día de cepo cambiario, el 16 de diciembre pasado, se achicó al 26% con datos al 26 de septiembre pasado.

Más allá de lo que pase con las monedas de los socios comerciales lo que «atrasó» al dólar a nivel local fue el fuerte avance de los precios de marzo en adelante al tiempo que el flujo entrante de dólares generado por la cosecha mantenía al dólar planchado o hasta en retroceso. El IPC de la Ciudad de Buenos Aires registró un avance acumulado de 31% en los primeros ocho meses del año, mientras que el dólar minorista se movió casi la mitad en el mismo período, con un avance del 15,8% según datos del BCRA. Un dólar que se mueve más lento que los precios hace que cada vez se necesiten más dólares para pagar el mismo bien o servicio producido en el país.

Sin embargo, los números punta a punta esconden que el proceso de «atraso cambiario» por el que se quejan varios productores existió y no muestra mejoras, pero se detuvo meses atrás.

Después de mostrar bastante volatilidad entre fines del año pasado y mayo o junio de este año, el ITCRM se estabilizó en torno a los 90 puntos (el índice tiene base 100 en el día de la salida del cepo, con lo cual implica una baja del tipo de cambio real del 10% respecto al punto de partida).

«A mi me da que el TCR Multilateral está estabilizado desde mayo. La razón de esa estabilización es, uno, la desaceleración de inflación local (tipo de cambio y precios subieron más parejos), y dos, la apreciación de monedas de socios comerciales; especialmente, de latinos», comentó el economista Federico Muñoz, titular de le estudio que lleva su nombre.

La mayor ayuda llegó de la mano del real brasileño, que repuntó tras el turbulento cambio de administración en Brasil. De hecho, el tipo de cambio real bilateral con Brasil está más alto hoy, con 49,9% de depreciación del peso frente a la moneda brasileña, que el día de la devaluación del peso, cuando el peso se depreció 41% frente al real. Esos movimientos, sin embargo, no se traducen en una ventaja comercial por la floja demanda brasileña (los que si lo van a notar son los veraneantes que visiten las playas brasileñas, que de no haber cambios van a ser más caras que el año pasado).

Aunque la apreciación del peso no se esté profundizando, los analistas no se hacen ilusiones con una reversión de la misma.

«Vemos un tipo de cambio real estable hasta fin de año y, en general, partimos de la hipótesis de una tendencia hacia más apreciación cambiaria en el futuro, porque si vas a tener que salir a financiar déficit con deuda y esperás ingreso de inversiones el dólar no se va a encarecer», dijo el economista y ex secretario de Industria, Dante Sica. «Es claro que la competitividad va a haber que irla a buscar a otro lado, sigue siendo este un tipo de cambio real multilateral que es casi el doble que el de finales de la convertibilidad aunque esté lejos del super dólar del primer Gobierno kirchnerista. Va a haber que mirar la competitividad sectorial, porque hay productores teniendo que regalar frutas, pero no veo a nadie regalando limones..

Fuente: El Cronista.com

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