Nicolás Kreplak: “Tenemos una tendencia de crecimiento de casos que puede durar una o dos semanas más”

La cantidad de contagios por Covid-19 es récord en el país desde que empezó la pandemia. La suba y la velocidad de transmisión no se traduce en mayores decesos e internaciones, al contrario. Aparece la vacunación como factor para explicar la disociación entre casos y camas ocupadas. Sobre éste y otros temas que volvieron a la discusión por el coronavirus habla el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak. En diálogo con Infobae, el titular de la cartera sanitaria alerta que los casos seguirán creciendo, que el problema es la cantidad de aislados que se generan por contactos estrechos sin síntomas y que eso es una discusión que se da en el mundo y en el país.

“La mitad del equipo de vacunación está aislado”, revela. Adelanta que desde la Provincia cambiarán la normativa para habilitar la venta de auto test, aunque pone sus reparos en el uso y garantiza que si al inicio del ciclo lectivo todas las actividades están funcionando con normalidad, “las clases presenciales también”.

-Diariamente se registra un nuevo récord de casos, ¿va a seguir en alza?

-Sí, tenemos una tendencia de crecimiento que más o menos puede durar una semana o dos más. Un poco siguiendo lo que se vio en Córdoba donde empieza verse que la velocidad de ascenso empieza a aminorarse; en Provincia de Buenos Aires y Capital Federal vemos un aumento mayor todavía.

-No se ha traducido en ocupación de camas, ¿en qué porcentaje está ese indicador?

-A nivel de la provincia estamos cerca del 50% de ocupación, de los cuales el 16% son de Covid; sobre un 100% de las camas, el 8% es Covid. Están aumentando muy levemente las internaciones por Covid, lo que creemos es que si no cambia la curva o no pasa nada nuevo, este aumento de las internaciones no pondría en riesgo de saturación por sobre demanda el sistema de salud con un escenario de corto plazo.

– ¿Qué le genera las imágenes de los after en la Costa Atlántica?, ¿piensan en imponer restricciones?

-Si no tenemos restricciones se ven estas cosas. Si nosotros evaluáramos que los contagios ponen en riesgo el sistema de salud por el aumento de la ocupación de camas o que tenemos una gran cantidad de pacientes graves como para tener que tomar una medida, las medidas a tomar son de restricción. Estamos intentando no hacer restricciones porque la proporción de vacunados es muy alta. Eso nos da una cobertura grande y no hay internaciones graves. La enorme mayoría de pacientes que terminan en terapia intensiva son personas no vacunadas.Desde la costa atlántica, Kreplak volvió a los informes semanales sobre la situación epidemiológica Desde la costa atlántica, Kreplak volvió a los informes semanales sobre la situación epidemiológica

¿Cuál es ese porcentaje?

-Hace unos días, el cálculo que hicimos es que el 82% que estaba en terapia intensiva eran personas no vacunadas en una Provincia que tenemos el 88% vacunadas. Por ejemplo en Mercedes, en las últimas dos semanas hay mil casos y solamente seis pacientes terminaron internados; de los que quedaron internados no hay ninguno vacunados La tasa de internación es del 0,0006 y antes era del 10%.

Expresó que no estaba de acuerdo con el autotest, ¿fue solo una opinión o efectivamente se va a avanzar en alguna regulación al respecto desde el Ministerio?

-Un poco y un poco. En la provincia de Buenos Aires están prohibidos los autotest, pero vamos a cambiar la normativa para que se puedan vender. Cuando estábamos en la segunda ola también hubo un debate por los autotest, en ese momento nosotros los prohibimos porque naturalmente el uso de test caseros pierde la rigurosidad del test. Qué indicaciones, para quién se hace, cómo se hace, qué especificidad tiene y cómo se carga; todo eso se pierde con un test caseros. En la segunda ola tenía mucha importancia esto porque había una correlación muy clara entre los casos y los internados y de hecho nosotros teníamos que ir viendo y monitoreando la cantidad de casos por días y en función de eso podíamos ir viendo qué cantidad de internados podíamos llegar a tener. Empezamos a poner restricciones y tuvimos que hacer un cierre de nueve días antes de tener saturado el sistema de salud. Si nosotros en ese momento hubiéramos tenido los autotest no podríamos saber eso. ¿Qué puede pasar con el autotest hoy? Es tener información sobre los positivos, pero ya no nos importa tanto los positivos en este momento. Nos importa ahora mucho más cuántos contagiados se internan. Ahora podemos tener 100 mil casos en el país y que eso no sea una preocupación. El año pasado teníamos 40 mil casos y era terrible. Ya no se monitorea tanto sobre los casos, por eso no me parece tan importante o tan peligroso que tengamos autotest en este momento. No sé bien cuál es el uso que se le va a dar, hay mucho testeo que no tiene criterio. Hoy se testea mucha gente que no debería testearse. Eso nos perjudica. En medicina, si uno no sabe qué es lo que está buscando o cómo interpretar después no sabe lo que encuentra. Con el autotest estaríamos encontrando casos negativos y la gente pensará que no tiene coronavirus y no significa eso.

-¿Que haya tantos casos, pero no internados y que se hayan cambiado los criterios de aislamiento es el inicio de una etapa nueva de la pandemia, una adecuación de la enfermedad a la vida cotidiana?

-Es posible que sea así. Porque lo que siempre pensamos y aparentemente pueda llegar a suceder es que efectivamente con la vacunación esta pandemia se transforme en algo que no nos tenga de rodillas y con el cual se pueda vivir, como una enfermedad como la gripe o respiratoria; que producen problemas pero que no sea algo que pone en jaque a la humanidad en general. Eso podría ser que se pueda ver ahora con este nivel de vacunación que tenemos que contagian mucho, pero con poco daño.

-¿Se puede pensar en mayor flexibilización en los protocolos de aislamiento?

Sí. Hoy un problema muy grande que tenemos, sin dudas, es que hay mucha gente aislada y muchas veces tienen trabajos delicados. Por ejemplo, nosotros estamos vacunando a velocidad récord, pero con la mitad del equipo porque la otra mitad está aislada. Entonces se generan colas y demás. Si eso lo llevamos a un punto más extremo nos faltan cirujanos para hacer las cirugías, terapistas que en verdad están en su casa porque son contacto estrecho, que tienen tres dosis, que muchos de ellos no tendrán más que un dolor de garganta de unas horas. Lo que se está discutiendo en el mundo y en Argentina es hasta cuándo hay que sostener tantas medidas de aislamiento en contactos estrechos de casos leves si de a poco empezamos a convivir con esto: el que está enfermo no va a trabajar por supuesto, pero todos los demás somos habitualmente contacto estrecho. Porque eventualmente con la cantidad de casos que hay, seguramente uno estuvo con alguien compartiendo colectivo o lo que fuere que puede haber sido positivo.Junto al gobernador, Axel Kicillof al anunciar la implementación del pase sanitario Junto al gobernador, Axel Kicillof al anunciar la implementación del pase sanitario

-Se han registrado algunos hechos de violencia contra el personal de salud en los centros de testeos, ¿qué se hace?

-Sin ninguna duda la violencia siempre es repudiable. En salud es de las peores cosas que nos puede pasar, pasa en las guardias. Hay instituciones en las cuales uno ve que hay pacientes muy graves y no encuentra atención a tiempo, entonces con los familiares desesperados se genera una situación de violencia, es habitual y está mal pero tiene un contexto. Que el contexto sea porque alguien está haciendo una cola para testearse porque estuvo el día anterior en una fiesta con 5 mil personas, la verdad que no es entendible.

-¿Quién se debe testear?

-No es necesario testear a la enorme mayoría de las personas: si uno tiene síntomas y es contacto estrecho ya está confirmado, tiene que llamar al 148 y avisar. Si a uno le falta el olfato ya está confirmado, avisa. Si uno es solo contacto estrecho se tiene que aislar, no se necesita testear. La verdad es que el testeo solamente se debiera hacer en la gente que tiene síntomas, no sabe que es contacto estrecho de alguien y los síntomas podrían deberse a otra cosa. Tiene un poco de fiebre y diarrea, con algo de dolor de garganta; síntomas que podrían llegar a ser otra cosa y que ahí valdría la pena hacerse el test para ver si es coronavirus o un dolor de garganta.

-A este nivel de contagios ¿está garantizado el inicio de clases presenciales o todavía no está en debate ese tema?

-Si nosotros tenemos todas las actividades abiertas, las clases también. La discusión es cómo hacemos para vacunar a todos los chicos y las chicas. Ese es el grupo que menos porcentaje de vacunación tiene. Habitualmente con las vacunas, los niños y las niñas son los que están más vacunados. Me parece que todavía se pagan las consecuencias de malas intervenciones del contexto del inicio de vacunación en chicos, errores cometidos por la Sociedad de Pediatría y una utilización política de esa discusión que lejos de llevarle claridad a los padres, les generó algunas confusiones que todavía hoy se pagan. Y eso es delicado porque en un aula muchos chicos y muchos de esos no están vacunados; ahí entra una discusión que se está dando y que creo que el lugar adecuado es el Congreso.

-¿La obligatoriedad en la vacunación a chicos?

-Qué se discuta si tiene que ser o no obligatoria la vacuna, una especie de pase sanitario en la escuela que en definitiva sería la vacunación obligatoria. Pero es una discusión que no es solamente sanitaria, porque desde el punto de vista de salud no tenemos ninguna duda que hay que vacunar a todo el mundo, pero respecto de obligar o no obligar ya son discusiones que superan a las autoridades sanitarias. Serían las discusiones de contexto que faltan para ver qué pasa con el inicio escolar, pero sin dudas que las clases van a estar.

-¿La implementación del pase sanitario aceleró la vacunación?

-Sí. El jueves dimos 35 mil personas que se dieron la primera dosis, 35 mil que se dieron la segunda dosis. Si uno se iba antes del pase sanitario eran 9 mil las que se daban la primera dosis. Mucho también tuvo que ver que volvió a estar vigente en la retina de todos nosotros que hay pandemia. Si uno se iba dos meses atrás, se estaba hablando tanto de la pospandemia que había mucha gente que no se dio cuenta de vacunarse o no le pareció tan importante.

-¿Es descabellado pensar en una cuarta dosis en Argentina?

-Hay que ver qué pasa, en algunos lugares del mundo ya la están aplicando como en Israel. Hasta ahora no tenemos información que avale que sirva para algo. Pero esto se va viendo. En su momento la tercera dosis tampoco tenía demasiado sentido y aparecieron distintas variantes que mostraban más escape en el sentido de más mutaciones y entonces necesitas más dosis para lograr el efecto que antes se hacían con dos. A medida que van pasando estas cosas quizás hacen falta más vacunas. Por el momento hay que esperar y seis meses después de darse la tercera dosis si cambia algo la instancia de protección o si es que sigue habiendo tanto virus circulando porque también es una duda. Hace dos meses atrás uno decía que estábamos empezando a caer con los casos en el mundo, apareció Ómicron y dio vuelta todo.

Fuente: Infobae.com

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