Fuerte pesimismo entre los CEOs de grandes empresas que esperan más medidas económicas

Como es habitual en este tipo de eventos, la jornada se organizó con meses de antelación y nada hacía suponer que el día previsto para el encuentro fuese tan negativo. Lo cierto es que ayer los máximos ejecutivos de unas 30 empresas de todos los sectores se reunieron para debatir sobre la realidad y perspectivas de sus compañías y no ocultaron su desconfianza por el escenario reinante.

Mientras desde el escenario, el número 1 de Syngenta, Antonio Aracre, intentaba traducir las últimas medidas del Banco Central que impusieron desde el lunes un férreo cerrojo a las importaciones, entre quienes lo escuchaban en el auditorio del CEO Summit, organizado por la revista Forbes, la preocupación crecía en la medida que trepaba la cotización del dólar libre y sus variantes financieras. La reacción del mercado, por supuesto, no sorprendió a nadie y la única duda era hasta dónde iba a llegar en el día el precio del billete.

“Da la sensación de que no había muchas alternativas. La escasez de dólares está instalada en la Argentina y hasta tanto se puedan reconstituir las reservas, estas medidas apuntan a ganar poder de fuego”, opinó Aracre. “Daría la impresión de que en el segundo semestre podríamos esperar más importaciones. Por lo tanto, estas restricciones podrían generar una mayor normalidad en el cuarto trimestre del año. Entiendo que esa es la intención oficial, no está tan claro si se va a poder lograr”, admitió el ejecutivo de la multinacional de semillas.

“Ya la vivimos hace diez años. Primero te piden que produzcas en el país pero cuando lo hacés, te cierran el mercado para importar lo que necesitás para producir. No hay proveedor que nos vaya a vender a más de 180 días”, se quejaba el titular de una empresa de electrónicos

Su moderación contrastaba con la ansiedad que, bajo la consigna del off the record, expresaban sus colegas de sectores altamente dependientes de insumos importados. A tal punto llegaba la tensión en el ambiente que a la hora del almuerzo, uno de los empresarios presentes se levantó de la mesa para mantener una breve conversación telefónica con el titular del Banco Central, Miguel Pesce“Tienen que dar marcha atrás con esto. Es inviable, esto va a ser un desastre”, le dijo. Del otro lado, la respuesta no fue muy diferente a la que habían escuchado la semana pasada un grupo de alimenticias y a lo que repitió ante las quejas de cada empresario e industrial con el que habló durante las últimas 48 horas: hay que esperar a que termine septiembre.

Salvo los representantes de la industria farmacéutica -”con nosotros siempre son muy cuidadosos, a lo sumo tenemos problemas para traer bienes de capital pero nunca insumos o medicamentos”, afirmó el gerente general de un laboratorio-, la coincidencia sobre el impacto de las medidas era total: freno a la producción, mayor presión sobre los precios e incremento de la tensión cambiaria. “Lo de siempre en la Argentina pero peor. Ya la vivimos parecida hace diez años. Primero te piden que produzcas en el país pero cuando lo hacés, te cierran el mercado para importar lo que necesitás para producir. No hay proveedor que nos vaya a vender a más de 180 días”, se quejaba el titular de una empresa de electrónicos, para quien a partir de ahora su principal misión se concentra en negociar con bancos, buscar cartas de crédito, tal vez algún mecanismo que se pueda implementar desde su casa matriz. “Lo que sé es que tengo demanda, los consumidores quieren gastar sus pesos y me queda stock sólo para un mes. Cuando pasa eso, los precios en el mercado empiezan a subir”, advirtió, en un aparte de la jornada empresaria.

En medio del malestar y los resquemores, cada sector alimenta sus propios temores a que haya más medidas. “Ya estamos viendo algunas dificultades con las agencias de viajes, me asusta pensar que lo que le queda ahora al Gobierno es cortar por la cuenta de servicios y el que quiera viajar tenga que pagar con dólares”, dijo por caso el director para Argentina de la española Air Europa, Diego García. Lo mismo que en los días previos, desde el Gobierno se insistió ayer en desmentir cualquier traba relacionada a las operaciones de turismo pero, igual que en el mercado de capitales, la desconfianza manda.

Fuente: Infobae.com

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