Un día después de la marcha federal, convocada por las dos CTA, uno de los jefes de la CGT, Juan Carlos Schmid, advirtió que el sindicalismo va a definir cursos de acción en el Comité Confederal del 23 de septiembre y ofreció un diagnóstico duro sobre la situación social: “El sendero que se ve es que la cosa está empeorando”.
Pese a que el viernes hubo una reunión entre los conductores de la central obrera y el Gobierno, para Schmid el diálogo “no sólo implica sentarse a la mesa, sino también tener voluntad de cambio”.
La marcha federal se hizo del miércoles al viernes contra el ajuste, el tarifazo y los despidos. Durante el acto central, el dirigente Hugo Yasky anticipó que se viene la unificación de las dos CTA. “Hay muchos que convalidaban las políticas inflacionarias o de retracción del empleo del gobierno anterior como si no hubieran tenido nada que ver”, contestó el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, en alusión a la movilización.
Para el Gobierno, la marcha federal tuvo algunos reclamos aceptables, pero fue motorizada por seectores políticos.
Para Pablo Micheli, después de la marcha el Gobierno tiene que estar preocupado “y no patear todo para el año que viene”. “Está bien que el Gobierno haya recibido una herencia complicada, pero así como tuvo celeridad para darle beneficios a las mineras, que tenga también celeridad para resolver una herencia complicada. Así como tuvo celeridad para darle beneficios a las mineras, que tenga celeridad para resolverlas”, reclamó.
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