River también sabe ganar desde la lucha y el sacrificio

CORDOBA.- Toda la euforia que tuvieron los hinchas en el Mario Kempes por el regreso de Talleres a primera tras 12 años, le faltó a River durante gran parte del partido. Pero la terminó encontrando en el momento justo y a través del jugador menos pensado. A falta de media hora para el cierre, y sin tener claro cómo llegar al área rival, el equipo de Gallardo se despabiló. Driussi enganchó y remató en el área,el arquero Herrera dio un rebote corto y allí estaba esperando la figura del partido, listo para romper la red. Un furioso remate del ecuatoriano Arturo Mina le alcanzó a River para llevarse un trabajado triunfo y dejar a Talleres sin un invicto de 40 partidos como local (entre el Federal A y B Nacional).

La victoria le permite seguir en lo más alto del campeonato, con seis puntos en dos fechas, y estirar la racha más larga de partidos sin perder en el último año: lleva seis juegos invicto, con cinco victorias y un empate. Un récord que no lograba desde agosto del año pasado.

El conjunto cordobés no le fue para nada fácil a River, que debió afrontar un partido completamente diferente a los últimos. Y no se sintió muy cómodo hasta llegar al gol. Se encontró con un aguerrido, veloz y molesto rival, que le impidió realizar su fútbol y por momentos lo llevó a mostrar una versión más deslucida. La temprana lesión de Casco también complicó el panorama, ya que Moreira, una de las grandes cartas de ataque, debió dejarle su puesto de lateral derecho a Mayada, para pasar a la izquierda, donde en el segundo tiempo inquietó con dos remates de media distancia al enganchar para su pierna derecha.

Ante un Talleres punzante y con dos rápidos extremos como Ramírez y Palacios, más la conducción de Gil, los centrales Maidana y Mina lograron hacerse fuertes en la marca hombre a hombre y ganaron la mayoría de las pelotas áreas.

El ecuatoriano fue la figura: recuperó varias pelotas, molestó a los delanteros cuando recibían de espaldas, ganó de cabeza, salió con claridad cuando la situación lo ameritaba y reventó la pelota en situaciones apremiantes. Hasta logró tapar remates que podrían haber complicado a Batalla, quien continúa mostrando cierta inseguridad.

En líneas generales, River sufrió la poca precisión, aún más notoria a partir de la férrea marca de los cordobeses. Tal vez por eso sólo logró generar una situación clara de gol en el cierre del primer tiempo. Tal vez como un fiel reflejo de los primeros 45 minutos, el gestor de la jugada fue el propio Mina, quien se sacó de encima a tres rivales antes de cedederle la pelota a Pity Martínez. Finalmente, Mayada envió un centro desde la derecha, que conectó Driussi con una volea desviada.

Ni Nacho Fernández ni D’Alessandro, los principales encargados de la conducción, mostraron su mejor versión y no lograron conectarse entre sí para mover la pelota. Sólo Gonzalo Martínez, por momentos, contó con la soltura necesaria para despegarse de su marca e intentar llegar al área para lastimar, pero aún tiene como cuenta pendiente la correcta resolución. Ante esta situación, otra vez fue Driussi, la gran apuesta de Gallardo como titular, relegando a Mora, quien terminó siendo un pilar importante para River. El delantero fue el gestor de la jugada que derivó en el gol de Mina.

El cierre fue todo del Millonario, que se acomodó con el gol. Luego Talleres quedó con nueve hombres por las expulsiones de Guiñazú y Godoy, y Gallardo mandó al terreno a Alonso y Larrondo. A pesar de que no pudo liquidar el encuentro con un segundo gol, poco le importó. En un proceso de reconstrucción, y con un equipo que comienza a refundarse, pudo ganar un partido que no le fue tan favorable, mostrando otras armas. En el final, encontró conexión y profundidad para asegurar el triunfo. River continúa ganando y el viento sigue a favor.

Fuente: La Nación