Golpes y fracturas: el Dakar trepó al cielo boliviano y los pilotos lo pagan con dolor

TUPIZA, Bolivia.- El portugués Gonçalo Reis llegó con lo justo a la línea de meta, en la calle Quebrada de Remedio y casi sin pensarlo vació una botella entera de agua sobre su cuerpo y sobre la moto número 64. Al tiempo miró a su alrededor y vio la gran cantidad de residentes de la ciudad de Tupiza que se habían reunido para saludar la caravana y recordó que el agua en Bolivia es como oro en polvo. Rápidamente miró hacia los dos costados y pidió perdón: «Sé que no está bien desperdiciar el agua en este país pero hace dos días que tengo fiebre por el mal de altura y estoy exhausto».

Pese a haber arribado en el puesto 25° en la etapa, el piloto nacido en Cascais fue una de las tantas sorprendentes postales de la exigente cuarta etapa del Dakar edición 2017, en la que el rally entró a territorio boliviano para mantenerse durante cuatro jornadas a más de 3.700 metros de altura

«Al principio de la etapa parecían todos perdidos y la búsqueda de los puntos de control (way points) era incesante dentro de un terreno exigente y un tiempo cambiante de frío a calor… pero así es el Dakar», contó el motociclista checo Milan Engel apenas cruzó la meta y su suspiro pareció ser eterno.

Mientras el público boliviano vitoreaba la llegada de cada competidor, las caras manchadas de barro y arena daban cuenta de una jornada en la que la altura volvió a jugar un papel decisivo, como en el día anterior entre San Miguel de Tucumán y San Salvador de Jujuy.

Tan duro fue que el australiano Toby Price, ganador del Dakar 2016, debió ser evacuado en helicóptero luego de sufrir una caída y se fracturó el fémur de la pierna izquierda. «Justo iba por delante de mí y tuve que parar mi moto para solicitar ayuda médica. La verdad que fue un duro golpe en una etapa por demás exigente», contó el portugués Paulo Gonçalves, otro de los que arribó con notorios signos de cansancio.

Fue justamente el austríaco Mathias Walkner quien pese a haber ganado la etapa y quedar en tercer lugar de la general se preocupó por la suerte de Price: «Estoy contento por la victoria, pero lo más importante es lo que le ha pasado a Toby… una verdadera lástima».

Los rayos, la tormenta y la lluvia con mucha navegación de una mañana en el norte argentino rápidamente mutaron hacia el calor, la sequía, la altura y unos 30 kilómetros de exigentes dunas sobre el final.

Hasta las 20 se habían recibido en el vivac unas 50 consultas médicas tras el rigor de la etapa. «Habíamos advertido a todos los integrantes de la caravana en la previa, antes del inicio en Asunción y en el vivac de Jujuy sobre las precauciones para evitar el mal de altura», contó el médico Daniel Roubicek en diálogo con la nación. «Para los dolores de cabeza recomendamos ibuprofeno, además del oxígeno disponible tanto en el vivac como en cada uno de los vehículos de la organización. Además está el remedio casero local del té de coca y si bien nosotros no la proporcionamos también algunos nos consultaron sobre el viagra».

El español Armand Monleon se cayó y debió ser evacuado por el equipo médico, en una jornada en la que fue incesante el ir y venir de los helicópteros en búsqueda de pilotos necesitados de auxilio; el italiano Alessandro Botturi sufrió un traumatismo craneal: fue su quinto abandono consecutivo en el Dakar

Joan Barreda, segundo en la etapa pero que fue recargado con una hora por reabastecerse en una neutralización, también se refirió a la exigencia de este cruce a Bolivia: «Si bien la primera parte tenía unos paisajes increíbles, el recorrido fue terrible con unas dunas muy difíciles y una navegación muy complicada. En un par de ocasiones dudé.»

El cansancio y la angustia de esta etapa se mezcló con la frustración que vivió la española Laia Sanz, que resaltó el poco espíritu dakariano que tuvo el portugués Joaquín Rodrígues en el camino: «Estaba a 500 metros de un punto de control y ante la duda lo consulté y me dijo que estaba muy detrás y que ya lo había pasado. Fue adrede pero en el Dakar todo vuelve».

La síntesis de la angustia de los pilotos en este primer día boliviano del Dakar quedó a cargo del checo Petr Vleck, que poco le preocupó su pierna dolorida tras un golpe en las dunas y enfatizó: «Todavía nos quedan cuatro jornadas en la altura. Si bien hay una de descanso, esta situación pone a prueba la resistencia… Aunque si lo pienso bien, de eso se trata un Dakar».

Lo sufrió el equipo Peugeot, con una jornada de sinsabores: si bien el francés Cyril Despres ganó y pasó a comandar la clasificación general, su escolta Stephane Peterhansel se atascó en un arroyo y Sebastien Loeb tuvo una pérdida de aceite y cedió mucho terreno. La peor parte la llevó Carlos Sainz que a cinco kilómetros del final de la etapa y luego de un vuelco cayó en un barranco. «No creo que podamos continuar»

Argentinos, dos por uno

El Coyote Villagra, segundo en los camiones

El cordobés, acompañado por los mendocinos Adrián Yacopini y Ricardo Torlaschi sigue al pie de la letra su hoja de ruta en este Dakar que era seguir al ritmo de los punteros y luego de arribar quinto en la cuarta etapa se ubica segundo en la clasificación general detrás del Kamaz de Dimitry Sotnikov.

Franco Caimi, la sorpresa argentina en motos

El mendocino de Honda logró su mejor actuación en este Dakar al finalizar noveno la exigente etapa que unión San Salvador de Jujuy y Tupiza. «Fue una jornada muy dura pero estoy muy conforme con mi actuación y el rendimiento de la moto», enfatizó, ahora 13° en la general.

González, del triunfo al abandono sin escalas

«Queda mucho Dakar por delante y todo puede pasar», había advertido Gastón González luego del triunfo de anteayer, en la etapa a Jujuy. En esta cuarta etapa sufrió una fractura de clavícula y tobillo; estuvo dos horas atendido por la tienda médica y luego partió hacia Jujuy y de ahí regresará a Córdoba.

Fuente: La Nación

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