El nuevo Driussi: de querer irse a ser la carta brava de River

El destino suele jugar con cartas marcadas. Casi sin querer, por una de esas cuestiones imprevistas que ofrece el fútbol, Sebastián Driussi pasó de estar cerca de ser transferido a ser un titular firme en cuestión de semanas. Aquella lesión del uruguayo Mora, en los días previos al primer compromiso oficial del semestre (partido por la Copa Argentina ante Sportivo Rivadavia de Venado Tuerto), le cambió la consideración en Núñez y lo transformó en un jugador útil para el esquema 4-2-2-2 deMarcelo Gallardo .

Con potencia, despliegue físico y virtudes técnicas que explota mejor de frente al arco, el juvenil delantero de 21 años se ganó impensadamente el puesto de segundo atacante en el River que relanzó su idea futbolística.

Muchas veces cuestionado por la poca efectividad (7 goles en 66 partidos), Driussi comenzó a acallar las críticas con tantos (marcó dos en los últimos cinco partidos) y buenos rendimientos. Después de haber jugado en varios puestos (volante por izquierda y derecha, medio punta o enganche), sin poder mostrar todo el potencial que exhibió en las divisiones inferiores y en los seleccionados juveniles, la nueva función de conector en la que lo reposicionó Gallardo parece haberle sentado cómoda. Cuando muchos pensaban que su incipiente talento había sido malogrado, sorpresivamente se afianzó como compañero de Lucas Alario . «Es muy importante la confianza del técnico y la de los compañeros, que me dan esa libertad para jugar. Me siento muy tranquilo y muy cómodo», expresó el autor del primer gol ante Banfield.

El buen presente del pibe nacido en San Justo tiene a Gallardo como gran responsable. Cuando Driussi analizaba la posibilidad de buscar continuidad en otros clubes (Huracán y Vélez lo querían), una charla con el técnico fue suficiente para sentir que tenía el respaldo para ser titular. Sin analizar la difícil competencia que se le planteaba con la llegada de Marcelo Larrondo , un refuerzo de jerarquía, y la posible recuperación de Mora, el juvenil aceptó el reto y en sólo cinco partidos ratificó la decisión del técnico, un experto en darles posibilidades a los juveniles surgidos en el club.

Driussi comenzó estar en la consideración de Gallardo en la pretemporada que River realizó en Orlando, Estados Unidos. Allí, el entrenador confirmó que el juvenil tiene características similares a las de Teófilo Gutiérrez: se tira atrás para darle circulación al juego y genera espacios para la explosión de los volantes creativos. «Driussi nos puede dar lo que nos daba Teo cuando salía y jugaba con los volantes. Esa es la posición natural de él. Y lo veo bien: está con confianza, bien físicamente y tiene la técnica para esa función…», justificó el Muñeco, cuando le preguntaron sobre las razones que lo llevaron a inclinarse por el juvenil como titular.

La consolidación de Driussi es consecuencia de una idea que Gallardo implementó desde que llegó a River: darle oportunidades a los juveniles forjados en el club. Si bien muchos pibes fueron descartados por el propio entrenador y cedidos a préstamos (Lucas Boyé, Giovanni Simeone, Ezequiel Cirigliano, Tomás Martínez y Juan Kaprof), otros como Ramiro Funes Mori, Matías Kranevitter, Germán Pezzella, Eder Álvarez Balanta y Emmanuel Mammana lograron consolidarse en el primer equipo. Hoy la carta brava que tiene Gallardo para relanzar su idea futbolística es Sebastián Driussi.

Fuente: La Nación

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