Buenos Aires 2018: cuáles son los beneficios que la ciudad puede obtener de la organización de los Juegos

La aprobación del master plan para los Juegos Olímpicos de la Juventud fue la noticia más relevante de la reciente visita de la Comisión de Coordinación del Comité Olímpico Internacional (COI), presidida por la china Li Lingwei, que asumió el rol protagónico tras la renuncia del atleta namibio Frank Fredericks, sospechado de estar implicado en casos de sobornos. Con la confirmación del squash y el polo como deportes de exhibición, la visita a los cuatro Parques (Verde, Urbano, Tecnópolis y el Parque Olímpico) y la Villa Olímpica, el COI certificó la iniciativa del Comité local de acceso gratuito a las sedes en unos Juegos que tendrán a la igualdad de género como bandera. Li Lingwei, en una charla con La Nacion, realizó una evaluación de la evolución de las obras, las perspectivas de la experiencia olímpica en la Argentina y la significacncia para Sudamérica de unos nuevos Juegos, tras Río 2016.

-¿Cuál es su impresión acerca de la Argentina como sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018?

-Después de las reuniones de coordinación, y si bien todo está en construcción, logré una imagen clara de cómo está todo: las sedes para los distintos deportes, la Villa Olímpica…

-¿Está dentro de los plazos los tiempos de construcción de la Villa y de los campos?

-Están bastante avanzados, más adelantados de lo esperado. Cuando estuvimos en la Villa Olímpica por primera vez, en 2014, subimos a la grúa y pude imaginarme cómo iba a quedar. En ese momento no había nada de nada y tomé una foto. Ahora hice lo mismo y el año que viene también lo haré para tener una dimensión de la evolución. El concepto del parque es de una idea totalmente distinta e innovadora comparado con Nanjing (2014) y Singapur (2010). Es algo muy característico de Buenos Aires. Por todo esto creo que el año que viene se va a lograr algo muy festivo que va a abarcar a todas las áreas de la ciudad y no solamente la que alberga a la Villa Olímpica.

-¿Los 15 meses que restan serán suficientes para las obras?

-Mi experiencia es que nunca se tiene tiempo suficiente, porque no hay perfección posible. Se intentará hacer lo mejor, pero siempre quedará algo por mejorar, porque en el camino aparecen nuevos desafíos, problemas. Sí, es bueno estar adelantados en la agenda con la construcción de la Villa Olímpica, pero los imponderables siempre están. Hay que visitar el Parque Olímpico, la Villa y las distintas sedes, no se pude trabajar con una hoja y una lapicera en una oficina.

-¿Qué opinión tiene de los escenarios para cada deporte? ¿Cómo los imagina?

-Cada uno tiene una particularidad que lo caracteriza y lo diferencia de otros Juegos. Va a haber cuatro parques y cada uno estará emplazado en distintas áreas de la ciudad. Creo que va a ser muy especial, porque cada área tendrá un concepto distinto y un aspecto acorde al deporte que allí se practicará. Estoy muy entusiasmada.

-Será el acontecimiento más destacado de la región, después de los Juegos Olímpicos de Río 2016. ¿Cuánto influyó Río para la llegada de los Juegos a América del Sur y qué beneficios le dejarían los Juegos de la Juventud a Buenos Aires?

-Creo que fue muy importante, porque los Juegos Olímpicos, de Invierno y de la Juventud se realizan en distintos países, en distintos continentes. Sin embargo, esta vez Río y Buenos Aires ensayaron un impulso para el movimiento olímpico y para la comunidad deportiva. El público se interiorizará en disciplinas como el tenis de mesa, el bádminton, que son muy populares en China pero no en la Argentina, donde sí lo es el fútbol. La multiplicidad de deportes es una buena promoción, a diferencia de lo que ocurre con los campeonatos mundiales. Para el país, los Juegos traen beneficios a nivel cultural y financiero, sobre todo para los jóvenes. Uno de los principales aspectos que promueve es la educación, pero no solamente durante el evento sino en la preparación y en el post. Eso es algo que noto mucho en mi país, donde fuimos sede de los Juegos Olímpicos, de la Juventud y ahora lo seremos de los de Invierno. Los beneficios que trajo cada uno es lo que mueve a China a buscar ser organizador también en el futuro.

La china Li Lingwei, a cargo de la comisión de coordinación de los Juegos de la Joventud, que vino de visita a Buenos Aires
La china Li Lingwei, a cargo de la comisión de coordinación de los Juegos de la Joventud, que vino de visita a Buenos Aires. Foto: LA NACION

Dos veces campeona mundial en individuales (1983 y 1989), una en dobles femenino (1985) y cuatro veces campeona del Grand Prix mundial (1983, 1985, 1986 y 1987), Li Lingwei es considerada la mejor jugadora de todos los tiempos de bádminton e integrante del Hall de la Fama que la tiene como protagonista desde 1998. Su gran deuda fue ser atleta olímpica, ya que se retiró en 1989 y la disciplina se incluyó en la familia de los anillos en Barcelona 1992. Igualmente, fue una de las cinco ex deportistas elegidas para llevar la bandera olímpica en la ceremonia inaugural de Pekín 2008. Cuatro años después, en julio de 2012, fue elegida miembro del Comité Olímpico Internacional con 83 votos sobre 94 posibles, en una ceremonia que condujo el expresidente Jacques Rogge quien la presentó como una «medalla de oro para el COI».

-Usted dijo que los Juegos en Buenos Aires serán distintos a los de Singapur y Nanjing. ¿En qué se diferenciarían?

-Después de los Juegos Olímpicos de Pekín surgió la pregunta de cómo serían los de la Juventud en Nanjing o los de Singapur o los de Londres. Me parece que no es posible compararlos, porque cada ciudad tiene una cultura y un sistema único: son completamente diferentes unas de la otras. Los Juegos deben cumplir con los requerimientos básicos que el COI establece, pero una vez alcanzados esos puntos cada ciudad puede crear e innovar. Por ejemplo, en los deportes no se puede innovar en los campos de juego: el bádminton tiene sus reglas; el básquetbol, también. Pero más allá de lo específico de cada disciplina se puede brindar un espectáculo que dé a conocer la cultura propia y única de la sede y, así, cada Juego tiene un sabor particular que da a conocer a la ciudad y al país organizador. Para un chino, por ejemplo, Argentina es, en una primera impresión, un país muy abierto, muy optimista, donde la gente disfruta de la vida; algo muy diferente a cómo se vive en mi país.

-El presidente del COA, Gerardo Werthein, tiene una buena imagen en la familia del COI, ¿cree que estos Juegos de la Juventud serán una prueba en su aspiración de organizar los Juegos Olímpicos?

-Por supuesto, pero no es la ambición de Gerardo solamente sino que pertenece a todo el país. La ciudad y la comunidad se van a beneficiar con los Juegos: ese es uno de los legados. Va recibir mucha atención de todo el mundo y, además, quedarán los venues que se convertirán en centros importantes para el entrenamiento de los atletas. Creo que, en el futuro, va a ser muy relevante para el deporte en la Argentina en general y no solamente para Werthein que, como presidente del COA, puede obtener beneficios.

-En la Copa de las Confederaciones de Rusia el doping fue un tópico, ¿cómo concientiza el COI a los jóvenes deportistas?

-El doping es una temática muy importante en la comunidad olímpica, no solo en un deporte determinado o en una nación. Encontrar a aquellos que hacen trampa y no siguen las reglas en pos de lograr un objetivo sin importar los medios es una pelea en la que no se puede claudicar. Tenemos una política de tolerancia cero con el doping. En los atletas jóvenes la educación es un punto importante para ser un campeón, pero también para ser un modelo para la sociedad y ese es el sentido de los Juegos Olímpicos de la Juventud. En mi país, por ejemplo, educamos a todos los atletas, familias, entrenadores con los valores olímpicos y contra el doping.

-¿Qué opina del trabajo del Enard en la captación de talentos para formar la delegación argentina?

-Fue una gran inciativa, pero no se verán los resultados en un día: tomará varios años para convertirse en realidad. Por ejemplo, en China somos principiantes si nos comparamos con la Argentina en fútbol, pero en mi país se trabajó mucho a nivel escolar para progresar. De un día para otro no se construye un campeón mundial u olímpico, pero si se continúan con estas iniciativas y una buena estructura deportiva en el futuro cercano tendrán mayores talentos en los distintos deportes. Es una línea de trabajo que deberá continuar luego de los Juegos.

Fuente: La Nación

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