Según una investigación de Check Point, la empresa de ciberseguridad israelí fundada en 1993 (o sea, vienen viendo esta película hace rato), los ataques informáticos contra empresas aumentaron en lo que va de 2025 un 47 por ciento. Dos cosas, antes de que empieces a bostezar. Si van por los negocios, van también por vos. Segundo, casi 50% de aumento de cualquier cosa es una catástrofe.
Especialmente si, como destacan en el infome, el nuevo cómplice de los delincuentes es (redoblante y platillos) la IA. Por supuesto que sí. Sin consciencia y por lo tanto sin la menor idea de los valores éticos o de cualquier otra clase, a la inteligencia artificial le da lo mismo escribir un plan de marketing o un correo electrónico engañoso diseñado para robar credenciales o instalar un ransomware.
A propósito, el ransomware, un tipo de ataque que encripta los documentos y otros datos importantes de la víctima y luego pide un rescate a cambio de la clave criptográfica para descifrar esos archivos, aumentó un 126% en 2025, según Check Point, y se ha convertido en una industria. El que se convierta en una industria suena un poco raro, para uno, que es decente. Raro y escalofriante. Significa que hay cadenas de suministro y fabricantes de malware que les venden las armas a su vez a los atacantes. Por si no lo sabían, algunas de estas organizaciones hasta tienen call centers de soporte. ¿No es lindo? Hasta Don Corleone se habría escandalizado.
Cuatro líneas de defensa
La situación es alarmante, especialmente para los que no se sienten cómodos con estas tecnologías. Hasta que la industria (la legítima) no se ponga las pilas y empiece a hacer algo real para blindar nuestros sistemas sin afectar nuestros derechos civiles (ya sé, no es fácil; si lo fuera, no estaríamos hablando de esto), hay que aprender a protegerse de alguna forma. Las compañías tienen su departamento de seguridad informática y un presupuesto más o menos generoso. Los particulares estamos bastante solos, a decir verdad. Dependemos de una serie de factores de los que se habla poco (me han descalificado en público por alertar sobre estas cosas, en su momento, y, como anticipé, el problema no hizo sino empeorar muchísimo) y sobre los que existen un montón de mitos.
El antivirus
Empiezo por el factor menos importante, porque es en general el que el público cree que es el más importante (he ahí un mito). Me refiero al antivirus (AV). Está todo bien, ayuda y eventualmente va a parar un pelotazo. Pero es la última línea de defensa. Windows ya viene con un antivirus y, si les prestás suficiente atención a las otras líneas de defensa, el AV ya no debería preocuparte. En Linux no usamos un AV, aunque existen; el caso es que por su arquitectura, bien usado, el sistema puede infectarse, pero el ataque no va a pasar a mayores. Es una larga historia. Si usás Linux ya la conocés, y también sabés que este sistema no es invulnerable. Si no lo usás, pasemos al siguiente ítem.
Fuente: La Nación

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