Todo vuelve a empezar: Ficha Limpia puede cambiar el escenario

Todo se volvió impredecible. La campaña parece haberse reseteado. Ningún analista, en serio y en la intimidad, se juega hoy por un resultado. Lo que parecía seguro se volvió dudoso. Un manto de oscuras sospechas, que con los días se volvió en certezas, cubre a los hechos que se vivieron en el Senado la noche del miércoles pasado: el impacto del rechazo a la Ley de Ficha limpia puede tener alcances desconocidos una semana antes de la elección local más determinante en el año tanto para la Libertad Avanza como para el PRO.  Para el kirchnerismo, la pelea de Javier Milei y Karina Milei en el ciudad para controlar ese territorio tan preciado parecía un regalo caído del cielo, pero ahora ni ese beneficio colateral esta seguro.

El impacto de ficha limpia puede tener alcances desconocidos. Una sensación de hartazgo de la sociedad con relación a la política, la casta, y los manejos de una clase que en los hechos no le solucionó sus problemas en los últimos 20 años fue lo que llevó a Javier Milei a la presidencia. Los libertarios deberían recordar hoy más que nunca como se originó esa base de sustentación que los llevó al poder para no cometer más errores ni soñar con negociaciones que pueden reeditar hastío social.

Un revelación que llega desde Misiones le puso más temperatura a las ya calientes imágenes que se vieron el miércoles pasado a la noche cuando los senadores Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, que tienen fama de no levantarse del recinto para ir al baño sin pedirle permiso a su jefe provincial Carlos Rovira.

Una orden que emanó del propio Carlos Rovira para que esos senadores dieran vuelta su ya confirmado votó a favor de Ficha Limpia y la afirmación del propio cacique misionero frente a decenas de personas de que esto sucedió por pedido directo de la Casa Rosada terminaron de hacer estallar en bronca lo que las sospechas venían cimentando.

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Si Rovira miente o no la verdad es que hoy ya importa poco. Sea como fuere, los dos misioneros garantizaron un fracaso de la ley y cuesta mucho encontrar alguna votación reciente en la que ellos no hayan estado en línea con el gobierno nacional. Para La Libertad Avanza el daño esta hecho igual: si el gobierno hubiera querido blindar la ley, esos dos misioneros no se le hubieran escapado. Las excusas que se escucharon en los últimos días por parte del oficialismo parecen no alcanzar.

La movida en el recinto, además, tuvo la suficiente premeditación y alevosía como para distraer hasta último momento a quienes pensaban que tenían garantizada la aprobación de la ley: al menos dos senadores le confiaron a MDZ que hasta minutos antes de la votación Arce y  Rojas Decut confirmaban su voto positivo. “¿Ustedes están?”, les preguntaron. “Estamos”, fue la respuesta.

Fueron esos dos votos los que hicieron la diferencia por lo que razonar que el PRO y los radicales no tenían el números suficiente a la hora de comenzar la sesión tampoco parece un argumento convincente.

El escándalo del Senado no puede considerarse un cisne negro en medio de la carrera electoral que arranca hoy en cuatro provincias, pero que tiene el domingo 18 una batalla de fondo en la ciudad, sino una muestra más de la casta, vivita y coleando como siempre, dando la espalda a las expectativas del votante medio. Fue un evento puntillosamente buscado.

Y esto impacta sobre todo en la ciudad de Buenos Aires donde pululan electores sofisticados que miran libertades, derechos y la moderación en las formas y también en los gustos a la hora de poner el voto en la urna. Son esos electores quienes han dado vuelta comicios  en varias ocasiones sin piedad cambiando el sentido y el partido y que se han arrepentido a la elección siguiente. Ficha Limpia ahora les dio una previa para reflexionar.

Lo que a algunos dirigentes o militantes podía parecerles de rentabilidad política evidente, para el votante medio puede haber pasado a resultarle un grotesco. Mauricio Macri lo detectó inmediatamente y se puso a la cabeza de la protesta y las denuncias contra Javier Milei, alimentando la guerra que mantienen ambos y que algunos, quizás con inocencia, creen que no tiene retorno. Desde la semana pasada la figura del expresidente no se separa de la de Silvia Lospennato, estrella en ascenso en la campaña desde la caída de Ficha Limpia.

El kirchnerismo no podía evitar proteger a sus propios condenados en el recinto del Senado, como Cristina Fernández de Kirchner. En ellos votar en contra de Ficha Limpia fue un acto obsceno pero inevitable dentro de la protección casi autodestructiva que le da el peronismo a Cristina sin medir consecuencias. 

Otro cuestión es el festejo de los kirchneristas en el recinto del Senado.frente la televisión en el momento de voltear la ley. Allí aparecieron además, las mismas caras que se vieron repetitivamente durante los cuatro gobiernos K mientras se consumaban los delitos por los que se condenó a Cristina en Vialidad y por lo que se la sigue investigando en otras varias causas igual o más complicadas que esa. Esa algarabía resultó de un impacto visual estremecedor para muchos argentinos que podían tener alguna duda.

Es seguro que Leandro Santoro, que se empeña día a día en querer mostrar que su carrera política no transitó los caminos que todos conocen, es decir, el kirchnerismo más absoluto, y agravado esto porque junto a Leopoldo Moreau integran la lista de los radicales que vendieron el alma al mundo K, la noche de la votación debió haber sido toda una experiencia de temor. Todo indica que con la caída de Ficha Limpia no le estaban haciendo favor alguno a su candidatura porteña. 

El impacto de las imágenes de esa noche en el Senado fue estremecedor, habrá que ver ahora si deja consecuencias en las urnas, sobre todo las porteñas, pero también en las cuatro elecciones locales que hoy se juegan en el país.

Los dos senadores misioneros, que en los últimos tiempos nunca supieron votar alguna ley en contra del gobierno, pasaron por todo el camino de la vergüenza posible. Virtualmente se escaparon del recinto por la puerta más cercana a sus bancas (ellos se sientan en el fondo del recinto, el mismo lugar, para hacer paralelismos, en el que los alumnos revoltosos se sientan en un aula escolar) y marcharon inmediatamente a refugiarse en su provincia. Las crónicas relatan que el viaje en avión de regreso a Misiones transcurrió en medio del miedo a ser reconocidos y escrachados.

Varios de los integrantes, según describió el diario La Nación, de la reunión que protagonizó Rovira en la cámara de diputados misionera relatan la felicitación del mandamás  a sus dos senadores y su confesión, casi como una fanfarronería de poder, del llamado directo de la Casa Rosada para pedirle el favor de voltear Ficha Limpia. En el gobierno, además, hubo tantas reuniones entre la Rosada y el Congreso ese día como para despertar cualquier sospecha.

Además, que Rovira haya quedado en medio de esta historia de transfugada parlamentaria es lo peor que le pudo haber pasado al gobierno. Si se trató de una operación, hubiera sido mejor elegir a otro personaje. Rovira es sospechoso de cualquier manejo político desde que quiso eternizarse en la gobernación y el Obispo Joaquín Piña le ganó la elección constituyente.

Ese antecedente, que tanto se mencionó en estos días tiene otra interpretación más concreta y peligrosa para la política: el gobierno debería saber que el fracaso de Rovira frente a Piña se debió al hartazgo de los votantes de todo el país en ese momento a los caciques que pretendían eternizarse en las gobernaciones en muchas provincias del país. Es decir, el nombre de Rovira siempre estuvo ligado a la práctica más deleznable de la “casta”. Deberían anotarlo en la Casa Rosada.

Silvia Lospennato, lejos de estar herida por haber fracasado ficha limpia, su ley de cabecera, puede haber recibido un regalo de los libertarios. La primera candidata del PRO paso a tener más nivel de conocimiento que  cualquier candidato. La imagen de Lospennato la noche de la votación cuando durante una entrevista en el canal TN la cámara la enfocó justo en el momento en que Ficha Limpia caía fue la prueba más acabada de la sorpresa del PRO ante la operación que se había consumado en el Senado. Ganancia pura en términos de credibilidad política en un tema tan “casta” como este.

El partido ahora parece haber comenzado de nuevo. El gobierno y el kirchnerismo no tienen una medida clara aún de hasta donde llegó al daño provocado en el Senado. Hay un actor que podría ponerle fin a tanto barro político-electoral, pero hasta ahora no hay indicios que vaya a hacerlo; un fallo final de la Corte Suprema sobre el recurso de queja que presentó Cristina Fernández de Kirchner definiría aun con más precisión los principios éticos que se quisieron sentar en Ficha Limpia. La diferencia es que la ley hubiera invalidado solo candidaturas nacionales, para Cristina o quien fuera; el pronunciamiento de la Corte impactaría también en las candidaturas locales. Todo está por verse, se acerca una semana sin respiro en la Ciudad de Buenos Aires.

Fuente: Mendoza online

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